Yo, Mateo Vargas, fui el asistente incondicional de Isabella Rossi, la poderosa CEO de Viñas Rossi. Durante años, cada fibra de mi ser la amó en silencio, soñando con una vida a su lado. Fui su confidente, su apoyo, y en la oscuridad, su amante clandestino. Mi mundo personal se desmoronó cuando Ricardo Jiménez, su amor de juventud, regresó. Isabella, cegada por su pasado, permitió que Ricardo me humillara sin piedad. Fui objeto de sus burlas, forzado a humillaciones públicas, desde el asado hasta bailar tango como un bufón. Ella, mi Isabella, lo observaba con frialdad, sin intervenir. La herida crucial fue en una fiesta, cuando Ricardo plantó su reloj en mi bolsillo y ella, sin dudar, ordenó mi registro público. Su mirada de decepción, su aceptación de la farsa de Ricardo, destruyó lo último de mi dignidad. "No es nadie importante", esas palabras que una vez susurró, ahora resonaban como una condena. ¿Cómo pudo creer una mentira tan vil? ¿Cómo permitió que mi lealtad y mi amor fueran pisoteados de tal modo? Consumido por la humillación y el dolor, decidí que era suficiente. Quemé los recuerdos y me fui de Buenos Aires, creyendo que jamás volvería a mirarla. Pero la vida es un viñedo de segundas oportunidades, y nuestro destino aún tenía capítulos por escribir.
Yo, Mateo Vargas, fui el asistente incondicional de Isabella Rossi, la poderosa CEO de Viñas Rossi.
Durante años, cada fibra de mi ser la amó en silencio, soñando con una vida a su lado.
Fui su confidente, su apoyo, y en la oscuridad, su amante clandestino.
Mi mundo personal se desmoronó cuando Ricardo Jiménez, su amor de juventud, regresó.
Isabella, cegada por su pasado, permitió que Ricardo me humillara sin piedad.
Fui objeto de sus burlas, forzado a humillaciones públicas, desde el asado hasta bailar tango como un bufón.
Ella, mi Isabella, lo observaba con frialdad, sin intervenir.
La herida crucial fue en una fiesta, cuando Ricardo plantó su reloj en mi bolsillo y ella, sin dudar, ordenó mi registro público.
Su mirada de decepción, su aceptación de la farsa de Ricardo, destruyó lo último de mi dignidad.
"No es nadie importante", esas palabras que una vez susurró, ahora resonaban como una condena.
¿Cómo pudo creer una mentira tan vil?
¿Cómo permitió que mi lealtad y mi amor fueran pisoteados de tal modo?
Consumido por la humillación y el dolor, decidí que era suficiente.
Quemé los recuerdos y me fui de Buenos Aires, creyendo que jamás volvería a mirarla.
Pero la vida es un viñedo de segundas oportunidades, y nuestro destino aún tenía capítulos por escribir.
Introducción
19/06/2025
Capítulo 1
19/06/2025
Capítulo 2
19/06/2025
Capítulo 3
19/06/2025
Capítulo 4
19/06/2025
Capítulo 5
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Capítulo 6
19/06/2025
Capítulo 7
19/06/2025
Capítulo 8
19/06/2025
Capítulo 9
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Capítulo 10
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Capítulo 11
19/06/2025
Capítulo 12
19/06/2025
Capítulo 13
19/06/2025
Capítulo 14
19/06/2025
Capítulo 15
19/06/2025
Capítulo 16
19/06/2025
Capítulo 17
19/06/2025
Capítulo 18
19/06/2025
Capítulo 19
19/06/2025
Capítulo 20
19/06/2025
Capítulo 21
19/06/2025
Capítulo 22
19/06/2025
Capítulo 23
19/06/2025
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