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Tentacion Prohibida

Tentacion Prohibida

Carlotta Ortega's

5.0
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5
Capítulo

La historia de Valen y Cesar sigue las aventuras de Valentina, una psicóloga de parejas con un toque de irreverencia y su relación con Cesar, su intrigante paciente. A lo largo de la trama, se desarrolla una dinámica entre ellos que va más allá de la terapia, con coqueteos, encuentros inesperados y momentos de complicidad. Sin embargo, la relación se ve obstaculizada por el hecho de que Cesar está casado, lo que añade un elemento de tensión y dilema moral a su interacción. A medida que la historia avanza, Valen y Cesar navegan por la complejidad de sus sentimientos mientras intentan mantener los límites profesionales y personales.

Capítulo 1 1

¡Desperté en mi santuario personal en Recoleta! Mi depa no es solo un espacio, es un tributo a mí misma, ¡gritando al mundo "¡Aquí estoy, Valentina!" por todos lados! Está impregnado de mi esencia y de mi labor como terapeuta de parejas. Las paredes están decoradas con obras de arte re pulentas y fotos que te hacen decir "¡Qué locura es la vida!" ¡Es como un museo del desorden organizado, y soy la curadora principal!

Mi día empieza con un café en mi rinconcito para trabajar. Mi escritorio tiene su carisma, lleno de libros que te harían sentir un poco raro si los mirás fijo.

Hoy es un día hermoso reflexiono mientras saboreo mi café mañanero con "The Scientist" de Coldplay de fondo, desbloqueo mi ipad y me sumerjo en la lectura en línea, entrando en "EstiloLatino.com". Me llama la atención una nota que han publicado sobre mí, pero más que todo me intereso por los comentarios de la gente. Justo cuando estoy por sumergirme en ellos, ¡BAM! llega una notificación en mi celular.

Lara, aparece en la pantalla de mi celular justo en el momento perfecto para alegrarme el día.

Lara es mi mejor amiga, nos conocemos desde hace unos 20 años, es una mujer vibrante y extrovertida, con una personalidad que irradia energía y carisma. A sus 35 años, es una actriz talentosa y apasionada que se destaca tanto en los escenarios como fuera de ellos, con un encanto natural que cautiva a todos los que la rodean.

Su cabello rubio cascada en suaves ondas hasta los hombros, enmarcando un rostro de facciones delicadas y ojos claros que brillan con inteligencia y vitalidad.

Con una sonrisa contagiosa y una risa juguetona, Lara tiene la capacidad de iluminar cualquier habitación en la que entre.

Siempre está lista para una aventura emocionante o una noche loca en la ciudad, disfrutando al máximo de todo lo que la vida tiene para ofrecer y es muy feliz arrastrándome en sus travesuras.

-¡Hola, Valen! ¿Cómo andás, divina?-, me pregunta Lara con su sonrisa característica.

-Hola, Lara-, respondo, devolviendo la sonrisa.

-Todo cool, gracias-. -Acabo de encontrarme con un artículo sobre mí en 'EstiloLatino.com'. Es simpático, pero preferiría que la gilada me reconociera por mis hazañas en la psicología de parejas y no por mi apariencia. ¡Aunque no voy a mentir, un elogio al ego nunca viene mal!-

Lara suelta una carcajada. -¡Ja, ja, ja! Ay, Valen, siempre tan modesta y bromista. Pero vamos, ¿quién podría resistirse a ese combo de inteligencia y estilo? ¡Es como tener al mismísimo Albert Einstein desfilando por una pasarela de moda! Pero sí, entiendo tu punto, ¡vamos a dejar que tus brillantes consejos amorosos hablen por sí mismos!-

le guiño un ojo cómplice a Lara. -¡Ja, ja, ja! ¡Esa es la posta, amiga! ¿Qué sería de nosotras sin los eternos enamorados que no aprenden de sus errores? ¡Nos mantienen entretenidas! Y bueno, mientras tanto, ¿qué te parece si ensayamos un poco de drama para cambiar de aires? ¡No vaya a ser que terminemos siendo las protagonistas involuntarias de una novela de enredos!-

-Te amo amiga- le digo

-¡Che, ni ahí, mi reina!-, responde Lara con picardía. -Contame, ¿qué onda para hoy? ¿Algún plan piola o nos mandamos a un fiestuchi?-

Yo sacudo la cabeza entre risas. -Nah, hoy me toca estar en modo tranqui en el consultorio. Pero después podemos tirarnos unos tragos y hablar un rato.-

-¡Dale, Valen, me encanta!-, exclama Lara emocionada. -Ya sabes que no puedo resistirme a una buena charla acompañada de unos tragos. ¡Seguro que nos espera una noche genial! "¡Y tranqui, no te voy a llenar de chismes faranduleros... solo te tiro unos cuantos jugosos!"-

Después de una charla llena de risas y buena onda, me despido de Lara, quedando en encontrarnos más tarde.

De repente, una notificación en mi celular me saca de mi mundo. ¡Solo quedaban 30 minutos para mi primera cita del día con unos pacientes extranjeros!

"¡Dioss...!" "¡Me olvidé por completo del tiempo!"

Con rapidez, me levanto, elijo unos pantalones negros ajustados y una blusa blanca elegante. Optó por unos zapatos de tacón moderado que complementan el look. Después de un toque de perfume, corro hacia mi Q8, estacionado en el garaje.

Con decisión, arranco el motor y salgo a toda velocidad, sintiendo la adrenalina fluyendo al ritmo de "Paradise City" de Guns N' Roses. ¡Zigzagueo entre el tráfico de Buenos Aires con la destreza de un conductor de Fórmula 1!.

Finalmente, llego a mi destino con minutos de sobra. Con la habilidad de un equilibrista en una cuerda floja, estaciono mi Q8 y me encamino hacia mi consultorio, lista para recibir a mis pacientes extranjeros con una sonrisa en los labios y la esperanza de que entiendan mi pequeño retraso. Aunque ¡Que se la banquen un poquito, que no es fácil lidiar con el tráfico de Buenos Aires, che!.

Me encuentro con Flavio en la recepción del edificio donde está mi consulta. Este pibe, el guardia de seguridad, parece sacado de un comercial de perfume, ¡posta te lo digo! Con apenas 22 años, Flavio es como un vendaval de encanto y juventud.

Con una estatura promedio y una figura atlética, Flavio tiene ese atractivo natural que parece salido de una telenovela. Su sonrisa pícara y sus ojos vivaces podrían hacer temblar a las estrellas de Hollywood de envidia.

-Buen día, doc-, tira Flavio con su onda de siempre.

Con un -Buen día-, alzo mis lentes de sol con toda la onda que tengo respondo Y ¡zas!, en un instante, nuestras miradas se encuentran, hablando más que mil palabras. Esas mismas miradas que alguna vez causaron alboroto en el área de mantenimiento.

¡Y a correr al ascensor que el tiempo no espera!.

¡Pum, pum, pum! Entro en el ascensor y aprieto el botón del piso 15, mi destino habitual. Pero, ¡alto ahí! La lucecita está prendida, así que me doy la vuelta para echar un vistazo a quién más comparte el mismo trayecto.

¿Y quién aparece? ¡Un pibe de ojos de fuego! Este tipo irradia un magnetismo brutal con solo posar la mirada. Con una altura de miedo y una figura que parece salida de una revista, este misterioso individuo tiene músculos que más bien parecen haber sido esculpidos por los dioses. Sus brazos están tatuados, añadiendo un toque de rebeldía que lo hace aún más atractivo. Viste una camiseta que le sienta como un guante, unos jeans a la cadera sueltos y unas zapatillas grises que van a juego. Y ese peinado de pibe rico, que le da ese aire de "me importa tres pepinos, pero sigo siendo el más cool".

El bombón lleva en su muñeca derecha un reloj que es puro estilo. ¡Este reloj deportivo y elegante tiene una correa de acero inoxidable que brilla con el resplandor del sol, dándole un toque de sofisticación a su atuendo! La esfera oscura del reloj, adornada con marcadores luminosos, hace que leer la hora sea pan comido, ¡incluso en la oscuridad más profunda!

El tipo está tan embobado en su teléfono, metido en su conversación, que ni se percata de mi presencia, ¡algo que no sucede todos los días! ¡Menudo despiste!

Con una sonrisa socarrona, pienso para mis adentros: "La Majo trajo carne nueva y de la buena". Majo es mi compa de piso en el ala izquierda, siempre tiene algo nuevo bajo la manga. Mientras estoy ocupada con mis consultas, Majo maneja su agencia de modelaje en el otro ala del edificio. ¡Y vaya que siempre hay sorpresas en ese lado del pasillo!

Con un cambio rápido de actitud, entro en modo "Doc" al salir del ascensor y salgo disparada, lista para comenzar mi día en el trabajo. Mi misión es clara: ¡salvar vidas amorosas! Como una especie de superhéroe del romance, estoy lista para desplegar mis superpoderes y combatir los problemas de las parejas con mis conocimientos en psicología de parejas.

La consulta es como ese abrazo cálido y amigable que todos necesitan en algún momento. ¡Nada de esas consultas frías y desangeladas! Aquí, el ambiente está diseñado para que te sientas como en casa, pero con un toque de estilo y elegancia.

Las paredes están pintadas en tonos que te dan ganas de quedarte un ratito más. No es que vayas a querer quedarte a vivir, pero casi. ¡Son como un abrazo en forma de colores cálidos que te dan calma y tranquilidad!

El mobiliario no se queda atrás. Con muebles de alta calidad, como un escritorio que hasta parece que susurra "soy el rey del despacho" y sillas tapizadas en cuero negro que te hacen sentir como todo un jefe, ¡incluso si estás ahí para hablar de tus problemas de relación!

Y no podemos olvidarnos de la luz natural que entra por la ventana. ¡Es como un rayo de sol que ilumina tu camino hacia la felicidad! Además, tienes un pequeño oasis de descanso con un sofá cómodo y un surtido de revistas para pasar el rato. Y si te entra la sed, ¡no te preocupes! Hay una mesa auxiliar lista para satisfacer tus antojos de bebidas refrescantes.

Y para rematar, en las paredes encontrarás algunos cuadros abstractos y fotografías que le dan ese toque personal y único al lugar. ¡Es como un museo de arte contemporáneo donde tu bienestar emocional es la obra maestra!

Entro a mi consulta por una puerta secreta, como si fuera una especie de espía del amor, ¡directo a mi consultorio para disimular un poco mi tardanza! Me acomodo en mi escritorio y tomó aire, como si estuviera a punto de dar el discurso del siglo. ¡Es hora de ponerme en acción!

llamo a María, mi asistente, y la saludó afectuosamente.

María Rodríguez es una joven de 28 años con una actitud profesional que raya en la perfección. Tiene una presencia tranquila y segura, ¡casi como si nada pudiera perturbar su paz interior!

Su cabello oscuro y sedoso cae en suaves ondas sobre sus hombros, enmarcando un rostro de rasgos suaves y expresivos. Sus ojos color avellana son como dos faros de comprensión y empatía, ¡te hacen sentir como si pudieras contarle cualquier cosa sin miedo al juicio!

-¡Hola, María! ¿Cómo andás hoy?-

María devuelve el saludo con una sonrisa y respondió: -Hola, Doc. Estoy bien, gracias.-

¿Los nuevos pacientes, ya están aquí?. El paciente, querrás decir, bajó al lobby. Apenas regrese, lo hago pasar."

frunzo el ceño con curiosidad. "¿Qué raro, vino solo", mientras dejo escapar una sonrisa intrigada.

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