Login to ManoBook
icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon
Cuando llegue enero

Cuando llegue enero

Anne Fernandez

5.0
calificaciones
18.2K
Vistas
40
Capítulo

Cassie tenía una vida perfecta, bueno al menos eso ella creía. Luego de que un misterioso chico aparezca en su vida muchas cosas estarán por cambiar. *** ¿Qué pasaría si un misterioso chico aparece de la nada en tu vida? Tratando de conquistar tú corazón manteniendo su identidad en secreto. ¿Pero quién será este misterioso desconocido? Para averiguarlo deberás leer su historia. «-Y cuando el temor desaparece y el dolor afloja, la lluvia se vuelve color de rosas.»

Capítulo 1 0. Septiembre

★0. SEPTIEMBRE★

Todos algunas veces hemos programado nuestro día a día, contamos cada paso que damos y vivimos en automático sin importar el resultado de lo que hagamos. Muchas veces queremos hacer algo en lo que sabemos que somos muy buenos, pero simplemente decidimos apagar la lámpara he irnos a dormir. Nos llenamos de cobardía y permitimos que los comentarios de otros apaguen cada gótica de luz que alumbra nuestros sueños.

Hay que ser más valiente.

Recuerdo aquél día, lo primero en aquella lista fue encontrar un empleo, suena loco, ¿no? pero era mi realidad. Nada parecía estar a mi favor, la mala suerte me acechaba, ¿cómo lograría aquello? Si apenas y conocía Seattle, eso solo la convertía en una ciudad hostil para mí.

Una vez leí que existían tres tipos de hilos invisibles; el rojo, blanco, y el negro. Según aquél libro cada uno representaba algo momentáneo en la vida de una persona. Y no quiero ser pesimista pero creo que estoy sujeta al hilo negro. Desde el primer momento en el que decidí hacer frente a mis sueños todo se había puesto de cabeza.

Mis padres quiénes siempre habían sido compresivos y solían apoyarme en cada cosa que me propusiera yo misma, ahora se negaban a darme su apoyo en aquello que tanto he soñado. Ni se diga de Louis, mi novio, se ha vuelto un arrogante, para muestra de un botón se ha puesto en el bando de mis padres, ¿no debería ser él mi principal apoyo? No, no ha sido esa mi fortuna, no a todos les gusta el arte de las letras. Pero nuestra relación a caído por un barranco y no precisamente por esa última razón.

Éramos dos mundos tan diferentes e incompatibles.

Septiembre me recordaba que es poco el tiempo que me queda para demostrarles a mis padres que si soy capaz de lograr mis sueños y sobre todo que si vale la pena luchar por cada uno de ellos. Pero volver a Inglaterra sin cumplir cada uno de éstos, será regresar en derrota.

Esta mañana mi madre me notificó que mis cuentas iban a ser restringidas, mis esperanzas se habían hecho pedazos. ¿Qué iba a hacer? ¿De qué viviría? Si ni siquiera una papa sabía pelar.

Mis ahorros no serán suficientes.

Mi última opción fue llamar a mi amiga Laura, (como si ella fuera la solución a todos mis problemas) pero su padre tenía un par de socios en Seattle y se que ella me ayudaría sin duda alguna.

Y no me equivoqué.

—¡Si, Laura! de verdad necesito un empleo urgente.

Mi amiga hace una pausa dudando.

—Pero si apenas y puedes servirte un vaso de agua.

Suelta una carcajada.

—Trabajar es mi última opción o moriré de hambre y terminaré en la calle.

Suelto un suspiro.

—Está bien, está bien, exagerada. No dejaré que eso te suceda hablaré con mi padre para conseguirte un empleo pero no prometo nada, ¿vale?

—Ok. De verdad lo necesito urgente sino me tocará regresar a casa... me tocará volver a Inglaterra y es lo que menos quiero porque será darle la razón a mi padre.

Ella suelta un quejido, molesta.

—No entiendo cómo tu padre te está haciendo esto Cassie, ¡es injusto!

Yo también pensaba lo mismo.

—Si, laura —digo dejando salir un poco de aire por mi boca—. Pero él no entiende cuan importante son mis sueños. Lo sabrá cuando le demuestre que los sueños si se hacen realidad.

—Hoy mismo hablaré con papá, te devuelvo la llamada en la tarde con buenas noticias.

—Vale.

—Te quiero Cassie, cuídate. —cuelga.

También te quiero, aunque nunca me dejes decirlo a tiempo.

Guardé mi celular en el bolsillo de mis vaqueros y cruzo la calle como si fuera inmortal. Cosa que suelo hacer casi siempre.Hasta que un día de estos terminé aplastada por un auto.

¡Lo sé, puedo morir joven!

El chillido del frenazo de un auto deportivo color rojo me saco de mis pensamientos. ¿¡Es qué ya uno no puede ni pensar tranquila!? Fijé mi mirada en el chico de cabello rubio y ojos castaños que me observaba como si fuera una mutante. A su lado iba un chico de cabello negro entre lo liso y ondulado que se dispuso a discutir con el rubio que iba al volante.

¡Patanes!

Terminarán atropellando a una abuela si no se fijan por donde manejan.

Les di una última mirada y terminé de cruzar la calle corriendo, me apresuré a llegar a mi residencia. Necesito descansar, digamos que hoy no a sido un día tan genial.

Además no quería que esos dos terminaran por llamarme loca.

Pero quién diría que ese sería el comienzo, sí, el de una historia sin final. Protagonizada por un príncipe valiente y por un arcoiris convertido en chica.

No todo es tan color de rosas.

Seguir leyendo

Quizás también le guste

Capítulo
Leer ahora
Descargar libro