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TE DECLARO MÍO

TE DECLARO MÍO

PaolaG.

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Capítulo

Lorena es una mujer nacida en cuna de oro, quien debido a experiencias traumáticas vividas en su infancia y adolescencia, desarrolló un carácter muy peculiar. Ahora es una empresaria reconocida en el mundo del arte, pero está buscando de manera desesperada un cierre a todo lo que vivió en su juventud. En medio de esa búsqueda, ingresa al mundo oscuro de lo ilícito, en dónde conoce a dos hombres que volverán su mundo de cabeza y de alguna forma, harán su vida mucho más interesante. Oliver, es el hombre ideal, el chico perfecto para presentar en casa y si a eso le sumas que es muy bueno en el sexo, el hombre tiene muchos puntos ganados. Richard, es un hombre mayor, pero con la suficiente experiencia para volver loca a Lorena y hacerla dudar de sus convicciones, fuera de eso, es el rey del bajo mundo. Después que el corazón de Lorena se decide, el universo mete su mano y una serie de sucesos hace que deba separarse del hombre que eligió y deba encontrar nuevamente la forma de que todo vuelva a su cause tras la aparición oficial del causante de su trauma inicial y su lucha familiar.

Capítulo 1 CAPITULO 0

"Puede que mi mente raye hoy al borde de la locura, pero no siempre fue así, alguna vez tuve una mente normal como la de la persona que lee en este momento mis letras.

Alguna vez, fui una persona prometedora y llena de sueños a quien sus padres como buenos padres que son, empujaron del nido para poder extender mis alas y volar.

La idea era conocer nuevos horizontes y encontrar mi nido, pero luego me di cuenta de que solo planeé hacia ti, realmente nunca volé.

Y ahí, justo ahí, mis alas se entumecieron y no quisieron volver a servir".

-¿Queda bien así la carta doctora? -pregunto a Catalina, mi psicóloga desde hace un año.

Su mirada me lo dice todo; hice mal el ejercicio y debe estar buscando en su cabeza las palabras adecuadas para no afectarme.

-Creo que tu carta está algo... teatral -luego me mira a los ojos como queriendo dar más profundidad o significado a sus palabras -Lorena, es necesario que la carta sea menos abstracta, que diga hechos, que cuentes cuáles son los errores, las malas conductas que hemos detectado y debemos corregir.

Eso es muy aburrido para mí, la única persona que la leerá y quemará soy yo, así que, decir que no debo obsesionarme con un hombre, que no debo perseguirlo y no debo atacar a las mujeres que se le acercan, no suena tan bonito, además ¿Quién rayos es ella para definir cómo debo expresar mi amor?

¡Oh! ¡Verdad que no fue ella, fue un juez, quizás sí se me pasó un poquito la mano, pero ¿Cómo no desvivirme por aquel que despertó en mí lo que no sabía que existía? ¿Cómo no desear solo para mí el manjar que representan sus besos y sus caricias? ¿Cómo no anhelar la tibieza de su piel y la fuerza de sus brazos rodeando mi cuerpo? ¿Cómo no perderme en el éxtasis que me ofrece su cuerpo? Y sobre todo, ¿cómo negarme a mi misma lo que deseo?

Ahora hablar con esta mujer me parece divertido, al menos esa parte de la orden del juez es provechosa, pues aprendo a camuflarme, pero tengo muy claro que en el fondo siempre seré, la descontrolada y loca Lorena, solo que cada vez me veré físicamente menos adolescente.

-Medítalo bien esta noche y mañana lo volvemos a intentar -comenta la mujer frustrada ante mi silencio.

Me levanto de uno de los sofás de la gran y elegante sala que tiene la mujer por consultorio privado, tercio mi maleta estudiantil al hombro y tomo una de las chupetas que tiene en una gran bombonera; no pudiendo evitar sonreír al pensar en lo absurdamente cliché que es un recipiente lleno de dulces en este lugar.

Detrás de esa puerta, mi madre me aguarda con una sonrisa, siempre mostrándose imperturbable, siempre impecable. Aunque es evidente para mí que la razón por la cual me acompaña en lugar del chofer es evitar convertirse en tema de conversación social. Cuantas menos personas se enteren de lo sucedido, mejor. Al fin y al cabo, un escándalo así podría perjudicar la carrera política de mi padre.

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