Una fría sala de hospital, ese era el escenario que se miraba a simple vista. La chica que se encontraba esperando en ese sitio movía sus pies con total frenesí mientras veía a través de una puerta que fue abierta luego de unos minutos, los doctores salieron y la veían con cierta lástima.
—Puede pasar, su abuela se encuentra preguntando por usted y es necesario que lo haga de una vez, lo siento pero ya no hay nada que podamos hacer por la señora Sallow.
Ella se levantó de donde se encontraba y fue a la habitación donde una anciana se encontraba conectada a varias máquinas que la mantenían un poco estable, en el momento que miró a la jovencita fue que sonrió con debilidad y extendió su mano que fue tomada con rapidez.
—Hija creo que ya mi final llegó, lamento dejarte sola y créeme que si pudiera alargar mi estancia en este mundo solo para acompañarte lo haría sin dudarlo dos veces. Recuerda que en tu corazón siempre tienes que tener valentía y bondad, mientras poseas esas cualidades vas a brillar en el mundo, te amo.
El monitor señaló que la vida de la señora había llegado a su final, en ese momento donde la nieta de la difunta miró tal cosa empezó a llorar sin detenerse, se lanzó sobre su cuerpo que aún permanecía caliente y todo el personal que transitaba por ahí sintió como su piel se erizo al escuchar este llanto desgarrador que llegaba hasta las fibras más sensibles de cualquiera.
En el otro piso se encontraba un hombre con su esposa, ellos miraban a través del monitor el feto que se desarrollaba en la matriz de la mujer; debido a su alegría fue que no vieron la cara de angustia que tenía la doctora que la examinaba, ella pasaba el aparato en toda la barriga de esta persona y comenzó a fruncir el ceño.
—¿Acaso ocurre algo doctora? —el hombre preguntó al ver la preocupación de la mujer —ya tiene rato examinando a mi esposa y no dice nada.
—Lamento decirles esto señores pero lamentablemente el corazón del bebé no se muestra en el monitor, al parecer el producto murió dentro de la mujer por causas que desconozco y es necesario realizar un aborto.
—No es posible, tomamos todos los cuidados necesarios para que en esta ocasión el embarazo si se pudiera dar —ella lloró amargamente —es el cuarto que perdemos en menos de un año y siento que soy una mujer marchita por dentro.
—Lo lamento señora pero son riesgos que muchas mujeres corren al salir embarazada tantas veces, tiene que dejar que su cuerpo se recuperé para ver si de esa forma puede llevar una gestación a término —la doctora miró al hombre —insisto en que la lleve donde un psicólogo para que la evalúe y de esta forma puedan seguir los pasos necesarios ante las múltiples pérdidas que han tenido.
—¡Yo no estoy loca! —ella gritó mientras lloraba —solamente quiero ser madre, creo que no estoy pidiendo demasiado.
—Un psicólogo no es para personas que se encuentran con problemas mentales sino que es más enfocado en lo emocional, le aconsejo que visite uno y de esta manera pueda lidiar con la muerte de sus cuatro bebés, por el momento pediré que preparen el quirófano y hacerle el legrado cuanto antes.
El quirófano una vez que estuvo listo trasladaron a la mujer que sufría por la muerte de su bebé, mientras iban de camino a este sitio se encontraron con la chica que había perdido a su abuela ya que la morgue también se encontraba de paso. A pesar que el hombre chocó con esta persona antes mencionada no la volvió a ver y sucedió lo mismo con ella, ambos estaban absortos en su dolor que poco les importaba lo que les podía pasar.
—Doctor —la joven habló —quiero sacar a mi abuela de aquí cuanto antes, ya hemos pasado mucho tiempo en el hospital y no es de mi agrado seguir haciéndolo.
—No se preocupe señorita Sallow, en estos momentos se extenderá el acta de defunción y le aconsejo que llamé a la funeraria a cargo para que le ayuden con el cuerpo.
Ella accedió e hizo las llamadas correspondientes, el doctor preparaba el acta de defunción en lo que esta joven chica contactaba con la funeraria que estuvo a cargo de su familia por muchas décadas. Una vez que todo estaba en orden trasladaron el cuerpo de la occisa a la capilla que preparaban para la familia Sallow, todo era lujo sin embargo lo que más predominaba en este sitio era la completa soledad.
—Hija —un sacerdote entró a la capilla —¿Acaso solo tú estás de toda tu familia? Me parece increíble que ni siquiera por aparentar sean capaces de venir a dar la cara.
—Hola padre, me encuentro mejor sola que con toda esa bola de hipócritas. Usted sabe a la perfección que lo único que les interesa es el dinero que mi abuela dejó y nada más.
La joven chica fue acompañada solamente por el sacerdote, una vez que enterraron a la anciana cada uno se fue por su lado y ella llegó a una lujosa mansión ubicada en uno de los mejores complejos de Manchester. Una vez que el personal le dió acceso a entrar se sorprendió al encontrar algunas de sus cosas tiradas en el umbral de la puerta.
—¡¿Qué significa esto?! —ella habló dolida y enfadada —en este momento toman mis cosas y las vuelven a meter a la mansión, definitivamente todos ustedes se encuentran dementes si creen que pueden hacer esto conmigo.
Una empleada salió pronto a su encuentro, en el momento que la joven mujer la miró se detuvo y esperó a que la mucama hablará, una vez que la saludó con una reverencia fue que bajó su cabeza mientras hablaba.
—Señorita Sallow por favor le ofrecemos disculpas, fue su tía la que nos ordenó que hiciéramos tal cosa y dijo que si se nos ocurría desobedecerla nos iba a correr de la casa, incluso ni siquiera nos permitió ir al funeral de la señora.
—Es increíble que se dieran cuenta de la muerte de mi abuela, muy bien, no se preocupen demasiado que voy a resolver esto en este momento.
La puerta fue aporreada y salió de la propiedad una mujer que destilaba malicia por todos lados, ella miró con desdén a la joven chica que levantaba su mentón con total orgullo y no se mostraba en absoluto intimidada por ella.
—Ya deja de hacer tanto alboroto chiquilla, dado que mi mamá ya pasó a mejor vida no tienes el derecho de estar aquí. La vieja no dejó testamento y por lo tanto todo pasa a mis manos, no te quiero en esta propiedad y considérate afortunada de que te dimos una maleta de tamaño decente con todas tus cochinadas.
—Es increíble tu cinismo tía, te recuerdo que yo tengo igual derecho que tú ya que soy hija de tu difunta hermana, si piensas que te vas a deshacer tan fácilmente de mí te digo que estás desquiciada. Ahora hazte a un lado si no deseas que te empuje, además estás no son mis cosas, esos son los trapos viejos de la hueca de tu hija que de pasó tiene un pésimo gusto a la hora de comprar, a leguas se nota que eres su progenitora.