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Libros de Sieteletras(9)
Tutor Legal
Adulto Joven Fiorella es una niña que ha crecido rodeada de lujos, su madre una hermosa mujer murió cuando ella tenía trece años de edad, su padre murió cuando ella era tan solo una bebé. El misterio la rodea a donde ella quiera que va, por el hecho de ser huérfana, pero ella es muy relajada en ese aspecto de su vida, prefiere no hablar con nadie.
—Mi vida de misterio no tiene nada —dice ella mirando a una compañera de clase, la primera en mucho años a la que le dirige la palabra.
—¿Estás segura? —Le pregunta.
—Claro que si —dice ella muy segura.
Se encoje de hombros y siguen caminado por los pasillos.
—Por cierto, ¿Quién es tu tutor legal? —le pregunta ella con curiosidad.
Fiorella la observa unos segundos, en la casa no hay fotos suyas, hay varias fotos antiguas, pero nada realmente nuevo, se refieren a él como señor, nunca lo han escuchado llamarlo por su nombre.
—¿Qué pasa? —Le pregunta su amiga.
—Sabes si hay algo de misterio en mi vida —dice sonriente Pobre el Jefe
Adulto Joven ¿Si pudieras describir a tu jefe como lo harías?
Una emocionada Emilia Vladi responde ante las preguntas de la reportera.
-Es gentil, amable, respetuoso, es la que uno aspira a ser de grande, que tus empleados te miren y te vean como un ejemplo.
La reportera inclina la cabeza, pero las palabras de la joven son sinceras, ella siente todo lo que acaba de decir, siente que su jefe es un persona intachable.
La reportera termina de hacer las preguntas y se apaga el micrófono, Emilia se levanta y la reportera suelta un comentario.
-Que se puede esperar de las secretarias, usualmente son las amantes - ríe en voz baja y luego alza la mirada para ver el ceño fruncido de la joven.
Ella camina rápido y choca con fuerza con alguien y mira hacia arriba. Se miran por unos segundos y ella avanza.
"Ya nos habíamos visto antes" - siempre se lo repite. Emilia Vladi y Edu Costa viene de dos mundos totalmente diferentes. Mientras ella siempre dice pobre el jefe, por qué siempre lo escucha pelear por teléfono con su hijo, ella se pregunta quién es él...
¿ Qué pasará el día en que ellos se encuentren? Pídeme que me quede
Romance Si te obligan a casarte con alguien a quien no conoces, no amas, no imaginas y mucho menos has visto. ¿Qué harías? -Yo escape con alguien que para mí era el amor de mi vida en ese momento. Gran error, pero no hay nada de que arrepentirse o alarmarse, siempre escogería la misma opción, escaparme y vivir. Nunca vi nada fuera de mi casa, nunca supe que era pasar hambre o trabajar, pero ahora sí. Se que metí en aprietos a mi familia, pero espero jamás encontrarme con el hombre a quien deje plantado en esa iglesia. Me quedo sentada en el parque de la universidad mientras pienso en que es lo que haré en la noche, trabajar nuevamente y es inicio de mes así que debo de obtener las mejores marcas hoy y así asegurar un mes relajado.
Se que si mi familia se entera donde trabajo estarían muy avergonzados de mi, pero no me importaría si eso me da independencia, además yo no hago nada malo.
"Bailarle a millonarios no es malo, si claro" - dice mi conciencia.
-Cardy B lo hacía y mírala ahora - le respondo.
-Ella tenía talento, algo que tú no tienes o bueno no sabes cantar...
Pongo mis ojos en blanco y cuando estoy por dar un paso hacia adelante alguien cubre la luz del sol.
Lo miro a los ojos y el a los míos.
Mierda mi Jefe!
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La Esposa Abandonada
Lyn. Un matrimonio arreglado nunca puede salir bien, menos cuando los que se casan ni se conocen.
Ninguno de los dos quería aquella boda, pero era una obligación de parte de ambos.
Cuando Alice supo que Robert no quería aquel matrimonio, sintió alivio, ya que ella tampoco deseaba casarse con él y amaba a otro hombre, por lo que recurrió a sus padres para la anulación del compromiso, pero estos se negaron, ya que si cedían ante la familia de Robert Graham, parecería que ellos eran más importantes y poderosos, por lo que los Taylor tenían que seguir adelante con aquel compromiso.
Todo siguió su curso hasta el día de la boda y una vez celebrada, Robert sacó su ira contra la joven Alice por obligarlo a casarse con ella y no negarse al igual como hizo él.
Pero Alice intentó explicarle que ella tampoco deseaba casarse con él e incluso le confiesa que ama a alguien más.
Más aquellas palabras solo enojan a Robert, creyendo en todo momento que Alice se siente superior a él y por esa razón exige que le diga quién es el hombre que ella ama, pero Alice no puede contarle eso, pues se trata del mejor amigo de Robert, Jared.
Aquella noche Robert, a pesar de que Alice se negó, decide tomar en la noche de bodas y luego se van de luna de miel, donde casa vez queda más claro que no, que no son compatibles y que el desprecio de él hacia ella sigue creciendo.
La dejó abandonada en una casa, sin poder salir a menos que fuera con él o con su permiso.
Robert pretendía vengarse de su esposa por amar a otro hombre. Juego de ambición
Katherine Petrova -¿Cuánto tiempo? -escupe Katherine, con los ojos llenos de odio.
-No importa -susurra Alexander, con el rostro tenso.
-Por supuesto que importa -Lya se pone de pie, con el labio partido temblando, el corazón desbocado, sin importarle que está desnuda-. Porque estoy embarazada.
El silencio cae como un trueno en la habitación, haciendo que el aire se vuelva más pesado.
Alexander la mira fijamente, frunciendo el ceño, incapaz de creerlo.
Katherine jadea, como si le hubieran arrancado el aire de los pulmones.
-¿Qué acabas de decir? -murmura él con un tono frío.
Lya coloca una mano temblorosa sobre su vientre. Era ahora o nunca.
-Voy a tener un hijo tuyo... y es un niño.
Katherine se queda inmóvil. Ella y Alexander nunca habían podido concebir. Y ahora, la otra mujer, la amante, le había dado lo único que siempre había deseado.
-No... eso no es posible -susurra Katherine, negando la realidad, relajándose visiblemente en los brazos de su esposo.
Pero la verdad está justo frente a ella, y el veneno en su mirada se vuelve letal.
-Si crees que te dejaré quedártelo... estás equivocada -la voz de Katherine es letal-. No tendrás nada.
Lya mira a Alexander, buscando algo... cualquier cosa... pero él solo aparta la mirada.
-Vístete y lárgate -fue lo único que dijo.