Ranacien
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Libros y Cuentos de Ranacien
ENCUENTROS FURTIVOS
Romance Cada uno de ellos tiene un motivo en ese restaurante, pero la lluvia y el novio que nunca llega, hacen que sus mundos se encuentren.
Desde allí, Olivia y Carlos establecen un patrón de conducta bajo la mesa y otro poderoso sobre la cama. No saben de sus vidas, no conocen apellidos, no saben a qué se dedican, cómo han adquirido lo que tienen y mucho menos, si tienen a alguien esperando en casa.
Tampoco se envían mensajes, no se llaman, solo lanzan sobre el colchón que la próxima vez, a una hora y bajo una fecha, se verán en en el mismo lugar.
Todo es perfecto entre ellos, ¿qué podría salir mal? Le puede gustar
Su traición, mis repentinos votos nupciales
Gavin Durante siete años, fui su propiedad. La amante y la operaria de mayor confianza de Damián Benavides, el capo despiadado de Monterrey. Recibí balazos por él, llevé sus cuentas manchadas de sangre y, como una tonta, confundí su posesividad con amor.
Entonces, me ordenó que sedujera a su rival, Elías Rivas.
Todo era una trampa cruel para ganarse el corazón de otra mujer. Seguí sus órdenes, atrayendo a Elías a la suite de un hotel durante una gala, solo para que Damián irrumpiera con la prensa.
Me humilló públicamente, dejándome desnuda y expuesta mientras su verdadero amor me llamaba basura. Mis siete años de devoción fueron destrozados por el hombre que creí que era mi salvador.
Pero mientras los flashes de las cámaras me cegaban, Elías Rivas, el hombre al que me enviaron a destruir, protegió mi cuerpo del mundo.
Me miró, con una expresión indescifrable, e hizo un anuncio que selló mi destino.
—Nos vamos a casar. Esposa Mafiosa, Indigna de un Heredero
Gavin El día que mi esposo, el Subjefe de un cártel, me dijo que era genéticamente defectuosa para darle un heredero, trajo a casa a mi reemplazo: una madre sustituta con mis ojos y un vientre que sí funcionaba.
La llamó un "recipiente", pero la paseaba como si fuera su amante, abandonándome mientras yo me desangraba en el suelo de una fiesta para protegerla a ella, y planeando su futuro secreto en la villa que una vez me prometió a mí.
Pero en nuestro mundo, las esposas no simplemente se van, desaparecen. Y yo decidí orquestar mi propia desaparición, dejándolo solo con la ruina que él mismo, con tanto esmero, había construido. LA PERVERA DEL CEO Mi venganza
LILIANA SANTOS Kassien Volquéz a buscado a su novia Bianca, que desapareció de su vida sin dar ningún tipo de explicación, nunca pudo hayarla por más que lo intentara. Sin resignarse a perderla, la sigue buscando en los lugares más improbables posibles.
Recibe la invitación a la boda de su hermano menor y para alejarse un poco del dolor, decide asistir.
Estando allí, descubre que la mujer que se casará con su hermano y la que ha buscado por un año, es precisamente la mujer que ama.
Enloquecido por esta atrocidad, la enfrenta.
-Bia, Bia, Bia, un año buscándote y mira dónde te vengo a encontrar, a tres semanas de tu boda con mi hermano. ¿Qué se supone que haces Listen?.
-No me digas así, y es obvio que me voy a casar, ¿Qué parte de eso no entiendes?.
Él sumamente enojado lleno de una cólera que le corroe cada parte de sus entrañas, le grita que ella no se va a casar, mucho menos con su hermano.
-¡Sí crees que este matrimonio se va a realizar estás muy equivocada, este es otro de tus juegos perversos y no me quedaré de brazos cruzados observando está mierda!. ¡Tú, vienes conmigo, ahora!..
La Consentida Despreciada se Convierte en la Reina de la Mafia
Gavin Cuando tenía ocho años, Dante Covarrubias me sacó del incendio que mató a mi familia. Durante diez años, el poderoso jefe del cártel fue mi protector y mi dios.
Entonces, anunció su compromiso con otra mujer para unir dos imperios criminales.
La trajo a casa y la nombró la futura señora de la familia Covarrubias.
Delante de todos, su prometida me obligó a ponerme un collar de metal barato alrededor del cuello, llamándome su mascota.
Dante sabía que era alérgica. Él solo observó, con sus ojos fríos, y me ordenó que lo aceptara.
Esa noche, escuché a través de las paredes cómo la llevaba a su cama.
Finalmente entendí que la promesa que me hizo de niña era una mentira. Yo no era su familia. Era su propiedad.
Después de una década de devoción, mi amor por él finalmente se convirtió en cenizas.
Así que en su cumpleaños, el día que celebraba su nuevo futuro, salí de su jaula dorada para siempre.
Un jet privado me esperaba para llevarme con mi verdadero padre: su mayor enemigo. DEUDA DE SANGRE: UNA PASIÓN CON EL MAFIOSO
Camila Ceballos Dos años después de la noche que le arrebató todo, Vittorio Marchetti, heredero de una de las familias mafiosas más temidas de Nueva York, ha aprendido a convertir el dolor en cálculo y la venganza en arte. La sangre derramada en aquella alfombra blanca sigue siendo su única brújula. Y cuando el nombre de los Valverde vuelve a cruzarse en su camino, sabe que ha llegado la hora de cobrar la deuda.
En una casa modesta de Queens, Aria Valverde descubre que la fortuna tiene una forma cruel de ajustarse. Su familia está arruinada, su padre quebrado por un pacto que jamás debió firmar... y su destino sellado con una llamada que la convierte en la "garantía" de una deuda imposible de pagar.
Arrastrada a la mansión Marchetti, Aria no imagina que detrás del hombre que exige su sumisión hay una herida tan profunda como la suya. Vittorio ve en ella el instrumento perfecto para su venganza; Aria ve en él al monstruo que destruyó su vida. Pero entre amenazas, silencios y miradas que queman, el odio empieza a torcerse hacia algo más oscuro, más peligroso: un deseo que podría destruirlos a ambos.
En un mundo donde las palabras valen más que la ley y el amor se confunde con poder, la pasión será la deuda más cara que jamás hayan tenido que pagar.
Lágrimas de Traición, Fuego Interior
Gavin La llamada llegó a las tres de la mañana.
Un número desconocido.
Era un agente de Interpol, la voz fría como el hielo, anunciando la peor noticia: mis padres, Alejandro y Laura, héroes condecorados, estaban muertos.
Asesinados en Tijuana.
Pero al día siguiente, la tragedia se transformó en un infierno público.
Los titulares gritaban "AGENTES DE INTERPOL VINCULADOS AL CÁRTEL" , manchando su nombre.
Decían que mis padres eran traidores, que murieron en un ajuste de cuentas de narcos.
Una mentira. ¡Lo sabía!
Llamé a Ricardo, mi prometido y capitán de la policía federal, rogándole que limpiara su nombre.
Él prometió ayudarme, ser mi roca.
Pero una semana después, la verdad me abofeteó.
No por él, sino por la portada de una revista de sociales.
Ricardo sonreía, abrazando a Ximena, la supuesta "víctima" que había rescatado en el mismo operativo donde mis padres murieron.
Se iban a casar. ¡Me había abandonado por ella!
La prensa me acosaba, la gente me señalaba en la calle.
El mundo me aplastaba.
Subí a la azotea de un edificio, lista para saltar, para que mi sacrificio demostrara su inocencia.
"Sofía."
La voz de Emiliano, el serio hermano mayor de Ricardo, me detuvo.
Me rescató de ese borde con una promesa: "Yo te ayudaré. Limpiaremos su nombre. Te lo juro."
En mi desesperación, me aferré a él.
Un mes después, me casé con él, ciegamente confiada.
Cinco años de una vida tranquila, de un matrimonio supuestamente seguro.
Hasta que, embarazada de seis meses, escuché a Emiliano hablar por teléfono una noche.
"A los padres de Sofía los ejecutaron a sangre fría. Ximena les disparó. Ella es la culpable."
"Tengo que protegerla. Hice lo que tenía que hacer con los informes forenses. Nadie puede saber la verdad. Especialmente Sofía."
El mundo se derrumbó de nuevo.
Mi esposo, el padre de mi hijo, me había mentido durante cinco años.
Había encubierto a la asesina de mis padres.
La traición fue tan profunda que el amor murió.
Pero esta vez, no había desesperación, solo una certeza helada: iba a encontrar justicia, sin importar a quién tuviera que destruir en el camino. La Hija Firme Del Detective
Gavin Mi vida con los Salazar era una jaula de oro, cada día una tortura silenciosa sirviendo a los narcos que me tenían presa.
No había cadenas, sino un lazo invisible y brutal atado al cuello de Miguel, mi hermano pequeño, febril y herido en el fondo de la casona.
Ellos cocinaban, yo limpiaba sus desórdenes, sonreía cuando me ordenaban, todo por Miguel, mi único ancla desde que papá, un detective condecorado, murió en un tiroteo.
Ricardo Salazar, el hijo del capo, se divertía viéndome humillada, mientras la medalla de valor de mi padre, nuestro último vestigio de honor, era pisoteada, abollada, partida en dos.
"¿Por qué?", susurré, mientras Sofía, la novia de Ricardo, me arrancaba la medalla y la rompía frente a mis ojos, riéndose de mi dolor y de la muerte de mi padre.
No solo destrozaron un símbolo, destrozaron mi última pizca de esperanza en su humanidad, me obligaron a tragar su mentira de que mi padre era un traidor.
La indiferencia de Ricardo ante el sufrimiento de Miguel, sus palabras asquerosas y la crueldad gratuita de Sofía fueron el colmo.
Pero no sería su víctima, sino su verdugo; mientras los pedazos de la medalla de mi padre se clavaban en mi piel, prometí que no solo salvaría a Miguel, sino que los haría pagar.
Con ese dolor como combustible, ya no era una esclava sumisa, era un águila a punto de volar, recolectando pruebas, afilando mis garras para desatar un infierno sobre ellos. Un Castigo Llamado Amor
Gavin El olor a desinfectante y sangre invadía mis pulmones.
Mi hermano Mateo yacía en la cama del hospital, su pequeño cuerpo conectado a tubos, destrozado por los hijos de Ricardo Valenzuela, el narco que controla la ciudad.
Pero en ese infierno, el doctor me soltó otra sentencia: "Es cáncer gástrico, etapa avanzada".
No podía creerlo. No había tiempo para mí, Mateo me necesitaba.
Justo cuando mis esperanzas se agotaban, el cheque del seguro de vida de papá, un agente de la Patrulla Fronteriza, llegó. Era una miseria.
La siguiente cirugía de Mateo era en una semana. Necesitaba más dinero. Mucho más.
Afuera, los hermanos Valenzuela me esperaban, con sonrisas torcidas. Se burlaron de Mateo, me rodearon.
Corrí ciega, las lágrimas nublando mi vista, hasta que choqué con un cuerpo duro.
Un olor familiar inundó: tabaco caro y loción. Levanté la vista. Era él.
General Alejandro Vargas. Mi protector, mi primer amor, ahora me miraba con ojos fríos.
Junto a él, Isabel de la Torre, la mujer que me había robado mi vida.
"¡General, esta mujer intentó extorsionarnos!", mintió Javier, el mayor de los Valenzuela.
Esperé una pizca de duda en Alejandro. No había nada. Sus ojos me juzgaban, me condenaban.
Su silencio fue peor que cualquier golpe.
Pasé cinco años encerrada en un infierno, destrozada, pero guardando un secreto mortal.
Recogí los billetes que Alejandro me arrojó, como si mi vida valiera tan poco.
"Das asco", siseó. "Siempre se ha tratado de dinero para ti".
Me tragué mi orgullo, mi dolor. Me convertí en la villana que necesitaba que fuera.
Me arrastró a su penthouse, me empujó contra la pared. " "¿Te gustó el espectáculo de hoy? ¿Disfrutaste arrastrarte por mi dinero?" "
No era solo posesión, era castigo. " "Isabel está embarazada," " dijo, clavándome un cuchillo en el corazón.
Me forzó a organizar su boda, a ver cómo construía una vida sobre las ruinas de la nuestra.
Soñé con el Alejandro que me amaba, pero Isabel me despertó con una sonrisa llena de odio.
Derramó jugo sobre su vestido blanco, y Alejandro, cegado por la furia, me obligó a beber una botella entera de champán.
" "¡Miente! Lo hizo a propósito. ¡Me odia! ¡Está celosa!" " sollozó Isabel.
Cuando despertó con fiebre, delirando, susurró el nombre de Isabel.
Así que llamé a Isabel. " "Dile que fuiste tú quien pasó la noche con él." "
Me desplomé en la acera, inconsciente.
Él no me llamó. No preguntó por mí. Tres meses después, Alejandro encontró el diario de Sofía.
Descubrió la verdad: su amor, su sacrificio, su cáncer.
El dolor lo golpeó como un rayo. Sofía no era la traidora. Era la mártir.
Con el corazón destrozado, Alejandro canceló su boda y castigó a quienes la dañaron.
Pero ya era demasiado tarde. Sofía había muerto en el incendio, y su cuerpo fue disuelto por la ciencia.
Desapareció. Ni cenizas, ni huesos, ni tumba.
Alejandro, el poderoso General, se convirtió en un vagabundo, atormentado por su culpa.
" "Sofía," " susurraba a las olas, al viento, a la nada. " "Sofía, mi amor, ¿dónde estás? Estoy aquí. Esperando. Siempre esperándote." "