Obligada a casarme con mi enemigo.
s? —le preguntó
algo en él que la atraía irremediablemente. No obstante, procuró alejar estos pensamientos y sentimientos y enfocarse a
lo ocurrido. No estaba segura de si el hombre estaría dis
es dónde
. Mi padre me dijo qu
o pensó por
momento—. Ven —le indicó y la guio hasta su departamento
había comenzado a resentirse. No obstante, tenía que mantenerse firme. Tenía que dar con el paradero de su hermana y vengar a su padre. E
el departamento, Karlo p
ijo y depositó un p
a y le dio un bocado. Masticó lentamente y tragó—. Mmm, está delicioso. Gracias, una vez más. P
prudencial hablar con ella? Sí, después de t
i padre, así que… eso es todo. Puedes decirme Karlo, todos me ll
n bostezo. Realmente, estaba demasiado
—preguntó el hombre, mirándola con sus penetrant
arga, si quieres. Por ahora solo quie
una reyerta fui herido de muerte y tu pa
le debes la vi
. —Soltó una risa más b
estaba muy buena y, si por ella hubiese sido, se hubiese repetido. Sin emba
ose de pie—. Te enseñaré
o siguió hasta el final del apartament
ación —le comunicó
etos que, evidentemente, no cabían en el resto del departamento. No obstante, no podía quejarse
as —re
es. Cualquier cosa que necesitas, házmelo saber —dijo y, a con
o que llevaba consigo era su móvil, su cargador y el bendito mapa que había acabado con la vida de su p
abía en la habitación. Encontró una gran variedad de objetos, entre l
amaron su atención. Se encaminó hacia la cama y, tras s
uedó boquiabierta—. No puede ser… Es miembro de S
a, pero que le parecía la mejor opción. El tema era si él ac
cómo le diría lo que había planeado en su mente. Se sentía insegura e impaciente, las manos le sudaban copiosamen
a la lavadora y se sentó a e
atravesó el umbral de la puerta de ent
ahí? Pareces
o la cobra que aparecía en el logo del g
mbro de la Serpie
teligente. No le había bastado más que estar unas cuantas hora
refutarlo, pero no había posibilidad. En su vivienda, tristemente para
migo —dijo
quella orden lo había tomado por completo desprevenido—.
cualquiera —sentenció—. Cásate conmigo
ándose con Karlo,
—Negó con la cabeza—. Más que
az
todo lo que quieras, pero no me ca
bitación que Karlo le había asignado. Rebuscó entre l
el mapa frente a l
é es
el que mataro
l Gordo? —preg
que ella lo
traer matrimonio conmigo, prometo compar
ometía Abril era sumamente tentador: casarse con ella a cambio de quedarse con una pa
al cabo de unos minutos de pensárse
la sala, dejando a Abril a so
número de su abogado en la agenda de co
esito que me asesores y que vengas cuanto antes a mi departamento. —Escuchó atentam
ya que no podía permitirse que Abril abusara de él. Contraer matrimonio con ella le daría una ventaja, de todos modos, tenía qu
se apresuró a abrir y a invitarlo a pasar. Ambos, junto a Abril, tomaron asiento
confías en mí? —
o—. Necesito que en el contrato prenupcial establezcas que, una vez demos con el tesoro, este se repartirá en un cincuenta-cincuenta, es decir, en partes iguales. —El abogado comenzó a
Tienes impre
una en mi
redactaré el contrato y lo firmaremos lo
e, no pensaba oponerse. Al menos, así ganaría inmunidad. Los miembros de la Serpiente de la Noche no p
nde había impreso los documentos—. Necesito que estampen sus firmas, n
ron para hacer lo que
Karlo luego de que el abogado se marchara—, tendremos qu
asin
do ser
os la frontera. Así que p
e iré a dormir
—preguntó Karl
o mientras te es
que quería era dormir y que la noche
ve, ambos ya se encontraban al otro lado de
dejaré en un apartamento seguro que es de mi propiedad. Te qued
rse a solas, pero no podía poner pegas. A fin de cuentas, e
aba en el apartamento haciendo zapping en el televisor de cincuenta y dos pu
apeles, el número de servicio social, todos los documentos que ne
ete, lo abrió y ob
guntó sorprendida por el
nizado en el registro civil, por eso me demoré. Solo tenemos qu
cilitado al salir, se la colocó y lo siguió h
s cercano, firmaron los papeles, como una mer
o la jueza a cargo de la improvisada bo
pondieron amb
ior de su chaqueta. A continuación, ambos salieron a la
l corriente de que El Manco los había seguido
ento. Necesito h
ombra, mientras Karlo se alej
necesario para acabar con él. —Dicho esto, cortó la comunicación y se acercó nuevamente a Abril, quien
después? ¿A qu
la primera pregunta. A la seg
partamento en donde pasaron las horas viendo pelícu
varias ocasiones, se quedó dormida, sin
una pizza precocida que había comprado aquella
primer bocado a su porción de pizza, el móvi
e descansaba junto a su vaso. Miró el remi
¡Te dije que lo mataras! ¿Cómo? No, en serio… —Apretó el móvil contra su oreja—
nsión en la que ya lo esperaba el médico. Estaba completamente malherido y no estaba seguro de
én te topaste? —las preguntas de El Chavo cayeron
ba una bala del lado izquierdo de su torso, antes de comenzar a contarle a su cuñado todo lo que sabía sobre el m
vo asi
ne con lo que está haciendo. Espero salir li