La Princesa de Atenas
así se anunció la madam Ágata, ab
ía, estaba sumergida e
ncesa para su baño matutino, así
iban desvistiendo, primero fue la bata, hasta quedar compl
hí cuando la princesa volvió en sí, pudo percatarse que era tarde, era la hora del baño, que no daría tiempo de desa
iente y espumosa, flotaban pétalos de rosa y jazmín, olía a fresca hierbas del campo. Tres de las muchachas de servicio l
, al igual que sus caderas, tenían la silueta de una guitarra, sus colinas eran firmes y tenía la forma de una pera. Un
ba por la ventana, iluminando el cuarto, de pronto hacía br
esta vez, estaban retra
, se acercó con la bata de baño y se di
u larga cabellera, para finalmente
conocerla a usted y charlar con su padre de asuntos
ios en su agenda, ni tampoco había decisión propia, Ágata se e
ón, se encontraba el escudero, listo y a la espera, para
ía de muchos compromisos, anunció el escudero, info
qué mala noche pasé
o hoy será mejor, se lo garantizo, lo
ea, expresó la prince
sa, dijo el escudero con
has, hasta bajar una escalera en forma de e
ían a otro corredor, iluminado con antorcha
guardia de honor, que al ver a la princesa, cambi
cos, diplomáticos, cancilleres, Jefes de tr
a del príncipe que venía
su espacio en el or
las hermanas Calista y Calla, junto a su arrogante hermano, el príncipe Nicholas, que l
us guerreras, aliados de la milicia del rey, les acompañaban un grupo de guerreras
de las tierras de Peloponeso, unas tierras rodeaba de una basta montaña, eran tribus que vivían en
es de las diferentes regiones que nos visitaban, tod
, o mejor dicho el oráculo, me miraba fijamente, como que
es en el lugar y retumbaban
Demetrius, que significaba "Amante de la tierra", el príncipe hacía su gala con sus tr
rsiones secretas. Era un hombre firme, sarcástico, pero muy sociable, tan sociable, que venía acompañado de dos damas casi media desnud
cuero y un gran cinturón con hebilla de
iormente hace reverencia el rey y a la princesa, acercándose a ellos,
spera y te recibe con brazos abiertos, así se respo
me haces en recibirme, c
ejanas mi rey. Anunció el prí
seguramente, todos en consejo, esperan esc
úbilo y canciones de batal