Un Trato sin Amor
st
ogante y prepotente. Siempre obtengo
en el hospital no he pod
aña sensación al estar cerca de una mujer como ella. No es nada di
n fin no tengo ningún tipo de prejuicio. Las mujeres son una maravillosa e irresistible tentación. Con todas so
bién soy un hombre muy responsable, me cuido para prevenir una enfermedad y es por ello que mantengo cajas de
xtraño. Su altanería y la forma en que se enfrenta a mí me hace saber que es una
o que pasaba por mi mente era volverla a ver, pero estaba
camino. Verla hablar placidamente con una mujer que pienso ha de
mal rato, preferí seguir mi camino y terminar
estaba en donde la había dejado. Tal vez fue por haber en
ción a los sanitarios para lavarme las manos antes
levo una gran sorpresa al encontrarm
no voy a perder la oportunidad de probar e
e ser no lo puede evitar y de mis labios
arcando una ceja con la arr
lo con un beso deseando que este se prolongue, pero es ella quien se s
ce antes de perderse por el pasillo es que soy un imbécil. Sonrío por lo que acaba de
ificar ese beso, pero si la vida me lo permite y me da otra oportun
voy en dirección donde se encuentra m
licidad? -pregunta desco
e explicaciones de mi vida-. Mejor vamos a aprove
ma así y comenzamos a tratar los nuevos proyectos y uno de ellos es patroci
nta de que mi abuelo se encuentra muy entretenido hablando por celular. Po
hermosa chica se acerca para traer los ca
ta como una de sus manos tiembla y sus mejillas se son
n. -se disculpa mientras trata
y entonces poso mi mano sobre la de ella
. -le guiño un ojo provocando que sus mejilla
es
ue la fuerte voz de mi
jante con una expresión de molestia en su rostr
de mi abuelo, en realidad no doy crédito a su co
-limpio una pelusa i
eza? -toma un sorbo de su café-. Mira
su comentario, no sea
hora ni en un futuro. -me reclino en mi asiento cruzando mi pierna
que si las miradas mataran, ya estu
uerida para el estudio del nuevo proyecto. Uno a uno vamos l
a una conclusión, vamos a ser los ben