Julia de Verona en 1520
e ingresar a la sirvienta – Buenos dÃas seño
se encuentra allÃ? - pregunta
ta mientras descorre las cortinas
lika, enseg
dice la muchacha. Y
pilla su largo cabello color miel y lo trenza asegurandolo con un listón púrpura. Luego reemplaza el largo camisón por un vest
ende las escaleras que l
s dÃas
Julia, ¿cómo
n ¿y tú? - res
municado que le hizo llegar uno de los empleados de las cosec
ipiente que deja Alika sobre l
a padre? - pregunta
asuntos de los viñedos. Dime – continúa- ¿Cómo v
nciando que ha finalizado el trabajo, asà que le pe
ia? ya sabes, tal vez no haya quedado tal y com
e di instrucciones precisas de cómo realizarlo. El señor Frido siempre ha hecho
, solo que los argumentos no lograron cautivar. me ha pedido la mejor historia de amor con la promesa de c
e – querrás decir que te pagarán a ti por mi historia, porque
ideas, pero no puedo hacer mucho al res
en el derecho de adueñarse del trabajo de otros y encima no dar el crédito que m
ama soltera! -
inalizar mi desayuno en paz!- suplicó Julia con la garga
ero que quiere comprar tu historia
nde Julia mientras da un sorbo
trimonio y te atreviste a abofetear! – vocifera Aldano dando un puñet
alma – se lo merecÃa ese patán, el muy atrevido se lanz
güenza delante de todos, aq
asado, sino yo también tengo cosas para decir
ponde. Las palabras de su hija
ecordaba qué feliz era Julia a los dieciséis años cuando se habÃa enamorado de aquel muchacho
or que emanaban los ojos de Julia en esos dÃas se apagó para siempre. Ella se habÃa enamorado de aquel muchacho y él sentÃa demasiada culpa por haberse interp
ra un tiempo allà hasta conseguir un esposo para su hija, pero todo terminó tan mal que Julia no q
sado en el corazón de su hija no sanarÃa
que le amaba, pero las ganas de huir de su lado solÃa apoderarse de ella cada vez que él querÃa imponer su
todos se calmaron, luego, al ir hasta la sala pudo ver una lágrima en la mejilla de la señorita, quie
a obedeció