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Relatos cortos

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Capítulo 1 LA NOVIA VIRGEN

Palabras:3409    |    Actualizado en: 03/07/2022

. Me observo en el espejo por última vez, mientras la maquillista termina de aplicarme un labial nude que

s inmediatamente se posaron en esa pareja, quienes pidieron unas bebidas y algo de comer, él por su parte no apartaba su mirada de mí, con miedo a que la chica me culpase por estar observando a su novio más de la cuenta, d

cercó a mí y me abordo diciéndome que tenía una agencia de modelos y le gustaría hacerme unas pruebas, tome la tarjeta que me ofrecía y le asegure que lo pensarí

miraba con el ceño levemente fruncido, me acerque a atenderlo y cuando estaba por marcharme me insistió en acudir a unas pruebas, me mos

r lo cual a su lado me sentía insignificante, ¿qué vio Johny en mí como para considerarme ser modelo? Llegamos al estudio y varias personas comenzaron a revolotear alrededor de mi acompañan

para mi gusto, pero quien me manda aceptar esta locura; una vez afuera me pidieron que comenzara a

ría de mi parte aceptar algo así, estaba por salir del set, cuando este me tomo por la cintura y me susurro que solo lo mirase a él, hice lo que me pedía y de un momen

entes tomas. Me quedé con la boca abierta, la verdad es que parecía que en verdad estaba disfrutando el mom

—le digo al p

or amiga me recomendó que para que los nervios no me ganasen debía imaginar a todos en ropa interior, al instante esbozo una sonrisa e i

ce antes de salir y continuar con

Chantal —me i

enote mi nerviosismo y me concentro en hacer todo lo que los fotógrafos me enseñaron en este corto tiempo; según ellos tengo un talento natural para esto, cuando los escuche decir eso les puse

ando por fin termino de desfilar y veo la enorme sonrisa en el rostro de mi jefe, sé que

ás que modelar otros vestidos —me apremia y cuando entro al camerino, me encuentro con mis compañeras, de más está decir que ellas son más jóvenes que yo y que no les agrada mi presencia aquí, en m

ayuda a bajar la cremallera de mi vestido, mientras me susurra que las ignore, cuando al fin estoy con mi ropa habitu

omo puedo, por suerte el viaje no es tan largo y cuando llegamos a nuestro destino subo rápido hasta mi habi

linda, no tengo que compartirla con ninguna de las chicas y eso se lo agradezco, estoy

ama antes de que p

tín en su mano, él también ya ha tomado una ducha, su cabello aún está húmedo

me hago a un lado—. ¿Necesitas algo? —pregu

s sobre algunos desfiles que se han tenido otros años, te se

encienda su portátil, en cuanto me lo entrega me siento en la alfom

al menos una hora en la que los dos hemos permanecid

irada lentamente y me doy cuenta del error que he cometido, no estoy palmeando su pierna, es su entrepierna y para

—me disculpo y siento como mis mejillas se torn

ago lo mismo y por más que intentó concentrarme no funciona, termino

tento sonreír, pero esta desaparece al ver el semblante de mi jefe, su mira

la puerta, pero este toma mi mano, me jala

os se aferran a mi cintura frenando mi intento de huida, me carga lo

enza a besar lentamente hasta que siento como su húmeda lengua traza el mismo

onsigo es frotarme más contra su cuerpo, vuelvo a lanzar un jadeo más fuerte

quiere acercándom

ver su rostro, la verdad es que mis senos siempre me han causado cierta inseguridad, los siento muy pequeños en comparación al resto de mi cuerpo, me ejerci

jos muestran tal deseo que poco a poco mis nervios se calman, luego trago fuerte ant

onsigo decir despué

tión de segundos, toma uno de mis senos con su enorme mano y comienza a masajearlo, mientras muerde ligeramente el otro—. Tienen el tamaño

cciona mi pezón, provocando que mi entrepi

s gay, para serte franco su novia es Alice —me confiesa,

repetirá, se separa de mis pechos por lo que ahora es mi turno de besar su tonificado cuerpo, muerdo ligeramente su pezón y escucho como suelta un gruñido. Me carga como si mi peso no significase n

a verdad es que a mi edad aún soy virgen y es algo que me da pena confesarle, no quisiera romp

un rastro de besos húmedos en su recorrido hasta mi vientre, el cual se contrae cuando sus dedos se enganchan en mis bragas y comienza a retirarlas con suma delicadeza, cuand

esado aquí? —sus

lbuceo con

ta ser el primero —e

boca se hunde en mi intimidad, prodigándome de tanto placer que mis piernas comienzan a temblar incont

acercarse a su pantalón y sacar de su billetera un paquetito plateado, el c

ta de que le cuesta un poco de trabajo sus ojos me miran con sorpresa, como no deseo que se arrepienta,

ás se

segura de algo en mi

arte, sus dudas se despejan, vuelve a centrarse en mis senos, saboreándolos como si fuesen lo más dulce que ha probado en su vida y cuando siente que estoy preparada

os hasta que se vuelven más feroces, ant

ruñido me indica que también ha alcanzado su liberación, cae rendido sobre mi cuerpo, nos damos un último beso, antes de que Johny se levante y vaya al baño, cuando regresa por un momento cr

anta tus caderas —pide

er, ¿quiere que lo volvamos a h

habíamos terminado o si Chantal? —Trago fuerte ante sus palabras y solo asiento—. Voy a hacerte mía Chantal de tantas formas, que mañana las piernas te temblaran a tal extremo de que cuando esté

tran sensibles por todo lo que sucedió hace un rato, pero aun así disfruto tanto que en cuestión de segundos deseo que se hunda en mi intimidad, frota su miembro contra mis glúteos hast

lpea contra mi útero con cada uno de sus movimientos, los cuales profundiza cada cierto tiempo, de un momento a otro

favor! —chillo e

qué Ch

sto fuese lo más obvio del mundo—. Quiero que

s se contraen y exploto de placer, después de unas cuantas embestidas más muerde mi hombro y gruñe mientras un gran orgasmo recorre su cuerpo, mis piernas tiemblan

Chantal,

nto con temor de haber es

inquiere besando mi cuello y dejando unas cuantas m

que él me prometiese lo mismo, pero deb

í, entra al baño nuevamente, pero esta vez cuando regresa se acomoda en mi cama y me recues

gran decepción mía, se encuentra vacía y fría lo cual me indica que hace tiempo que se ha marchado. Me siento en el momento en que la puerta se abre y por ella aparece mi jefe recién bañado y arreglado para comenzar nuestro día, la sábana que cubre

lga sus siguientes palabras me erizan la piel—: debo irme, ya me están esperando, pero en la noche continuamos con esto Chantal, hoy te enseñaré otras formas de p

seca y muerdo mi labio, ansiosa p

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