Comprada por el príncipe multimillonario
ón, sonó su teléfono. Cuando Ari miró el i
mbre. Las mariposas bailaron en su estómago
Douglas? —preguntó una
oz uniforme: —Sí, soy Ari —respo
bido su documentación y el propietario quiere hablar con
os los escenarios, desde una cita con un mil
—La música de espera empezó a s
s esperaba. Vickie miró desde su escritorio, donde estaba haciendo los deberes, y en
Skype —susurró Vickie—. O a
a de que sería bueno que otra persona controlara la llamada
es que prometerme
boca se abría de par en par con incredulid
lina en la línea—. Soy Hugh Franklin, pro
respondió Ari—. ¿Impor
pulsó rápidamente el botón para q
aya solicitado su ingreso en nuestra agencia y d
el propietario llamara y se pregunt
e te encontré una pareja adecuada que insiste en la total discre
estaba igual de confund
amos de recibir la oferta más alta que hemos recibido nunca, pero le gu
tó Ari—. ¿Puedo pregunt
los gastos de viaje y cualquier otro gast
lado de la habitación, Vickie bailaba en si
doce del mediodía? —preguntó el Sr. Franklin—. Con la
aría tiempo para prepararse—
—respondió el Sr. Franklin—. Él informará de los detalles, pero si ambos acep
u hermana, pero estaría dispuesta a hacer casi cualqu
or sup
Bi
o se
—Por supuesto, usted ya ha firmado un acuerdo,
a Vickie—. Mi amiga Vickie
ió: —Preferimos la discreción. Por fa
, s
r dramáticamente de espaldas sobre su cam
orazón de Ari palpitó con
rayson Pierce de Estrea.
se cayó d
samos, ¿eso me conve
ojos de la cabeza. Pudo oír la
a reina, cuando llegue el momento. Pero es
ve
acuerdo? —el Sr. Fran
renunciar, pero también mucho que ganar. Y
or sup
e oír que le había tocado la lotería—. Le diré a Alb
ralmente saltando
los ojos
toy de
colgar, mir
stoy haciendo
mirándola con los ojos muy abier
—preguntó
e si se lo dices a algui
e cruzó
Estrea... dond
mento y luego se e
? Podría