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Belleza oculta

Capítulo 4 Cuarto capítulo

Palabras:1026    |    Actualizado en: 27/08/2021

dientes de ella, y algunos hombres, demasiado jóvenes para ella, la miraban casi con obscenidad. Les ded

tamente, como gatos al acecho. La cajera la miraba expectante, aunque había gente en la cola, los clientes la mir

e llevaba unos pendientes demasiado grandes

sla preciosa

castillo que

del señor Black

personas al unísono. Laura lo

a la llegada de su hija, y

a -exclamó una

ntó Laura, conoci

re tan horribl

ed al señor

xacta

-preguntó, esperando que su rostro f

No lo hemos visto en cuatro años, ni siquie

ey era el guardés de

tartamudeó el chaval que gu

e diera prioridad a la apariencia; era algo que sufría continuamente, aunque por las razones opuestas. Las mujeres no le ofrecían su amistad, imaginando que se creería superior a ella. Los hombres se esforzaban en impresionarla, para acostarse con ella

al que no conocía también a sí misma-. Cargue esto a la cuenta y que lo lleven

a obligaba a aparecer en anuncios de televisión y en concursos que solo provocaban maledicencia. Siempre lo odió. Cuando creció, decidió e

unto al muelle, contándose historias y tallando madera; a juzgar por las virutas que habían a sus pies, era un ritual diario. Sonri

lla>>, decía siempre su abuelo, y el rec

pero era temporada de huracanes, llovía a menudo y el aire era húmedo y frío. Se abrazó la c

nció el ceño, se acercó a la puerta trasera y movió la cortina. Todo lo que tenía de mujer se removió en su

su rostro tenías rasgos definidos y aristocráticos. Su cabello oscuro ondeaba al viento, demasiado largo y desliñado. El colocó otro tronco y los mús

mbre mayor sentado en un banco, jugueteando con una navaja. Debía ser Dewey Hale

llas de sus vaqueros estaban blancas por el desgaste. Sus ojos fueron de un hombre a otro; Blackthorne, como si supiera

el accidente. De repente, él echó la cabeza hacia atrás y soltó u

quisiera que lo viese, se habría acercado. Blackthorne dijo algo, Dewey se sonrojó y, con una sonrisa, se puso

le devolvió la mirada. Blackthorne dejó e

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