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Una loba para el mafioso

Capítulo 3 Un regalo para el Don

Palabras:1657    |    Actualizado en: 11/07/2021

s desconocidos por un loco trío. Ese no era el caso de la recepcionista del hotel, ya que la noche para Kara es movida por el flujo de personas que entran

nce —le desea a la joven pareja gay entregándol

s con la atención que les da ella, por lo tanto, le dejarán

a hace una mueca de asco cua

lidad? Me provoca repulsión por las cochinadas que ha

ue el ceño de la castaña

os son como tú y como yo. Su condición

dice “hombr

ueda l

s fuera del matrimonio es uno y te aseguro que el 93.2% de la población mundial l

que aprendió más sobre la diosa luna. Todas las noches d

bos y siguen con su trabajo que termina a las

(

res ir conmigo? —le pregunta muy il

nto de negarse, pero los ojos que

pero solo hasta l

asiente

a su naturaleza. Su amiga, Tania, le suplica a cada rato que use ropa más bonita y que luzca el espectacular cuerpo que le han otorgado. Sin embargo, Kara se niega. No le g

coger tu ropa. No acepto un n

suspiro,

ora déjame dormir, ya que mañana

e salir de la habitación de Kara,

rdos de su pasado v

argas están de muerte —comenta su

colegas. Total, no le molesta estar

illas

hace u

al sacar una bolsa de un cajón—. ¿Sabes usarlo? —c

o. Me cubres mie

añero a

quilla tan natural como le sea posible ocultando

o toda una curiosa lo sigue. Encuentra dentro de un dormitorio a una chica muy malheri

n la puerta por si la chica reacciona

ujer se ilumina a

suplica mientras sujeta su

ue llame un

con de

me pueden ver

arda si

nces, ¿qué pued

e y un poco de ayuda pa

ie

buscar entre los objetos

hace un chico otra vez. También se encargó de curar su herida, la c

olverse mujer? Tiene

tienen sus secretos y n

rmulada es respon

jos. No consigo empleo por mis antecedentes penales, por lo t

era algo que Kara

elo ganado. No obstante, la religión no funciona de ese modo, solo se fija en

la próxima vez —es lo ú

go se va del hotel. Entretanto, Kara vuelve a su

(

tido —se queja Kara a

habría protestas —

suspiro,

alda y pecho. Casi no deja nada a la imaginación. Le queda perfecto. Aun así, la joven no se siente cómoda con él, sino q

e aplicar; sombras oscuras en sus párpados, las cuales resaltan el color ámbar de sus ojos, dándol

ara salir de la habitación

za frente a ellas. Tania se

s estacionados fuera de la vivienda. Ninguna sabe dónde se meten y a quién va dedicada esta pequeña fiesta de despedida. Le pagan

ue son escandalosas y hay demasiadas personas. De sus labios sale un suspiro de incomodidad al sentir tantos cuerpos amontonados rozándose contra el suyo. El

ecesito ai

asiente y

espira más a gusto cuando se halla en esa parte casi desolada de la mansión y se gira cuando siente la presen

ole una sonrisa qu

a timidez

iente dentro te ha afectado m

runce

, gracias —le di

ico s

o un re

a a su boca el olor a narcótico l

e lo bebo

no le gust

aginó; dos fuertes hombres salen

veo que tendré que hacerlo por la man

por favor —suplica

Agárrenla —les orde

ro coloca un pañuelo en su nariz con un olor desagra

joyita de regalo de despedi

erpo de la lo

u naturaleza omega la hace ser dócil. No le permit

Italia —demanda—. Ah, y que nadie la toque. Solo el Don puede tomarla

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