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Destinos entrelazados: Persiguiendo un amor que nunca fue para mí
Autor: Samantha Reed Género: ModernoDestinos entrelazados: Persiguiendo un amor que nunca fue para mí
ció el ceño. ¿De verdad era R
. En un ataque de ira, ella le había anunciado que se iría a casa de su padre, pues él acab
, se inclinó un poco y le dijo al con
isor, preocupado por el tráfico pesado. "Señor, hay un embotellami
a de cabello y mantenía la mirada baja, el corazón
la ventanilla y g
ahogaron su voz. Ella no lo escuchó. Se deslizó entre la mul
.
contró al organizador del concurso
a: "Es un placer conocerlo
nte. "Por favor, llámeme Esteban, no hay neces
l, su traje sencillo y su tono pausado h
ntrato del certamen. Por favor, revíselo. Si está de acuerdo con todo, solo tiene que firmar aq
Al no encontrar nada fuera de lugar, tomó el bol
ilusionados con su participación. Si queda entre los tres primeros puestos, hay una beca p
dad", respondió ella con v
as personas con tu talento son raras, tenemos suerte de tenerte e
eve sonrisa y se despi
trato, sintiendo una calma que no sentía
quedaba atrás. Ahora solo tenía que ayudar a su madre a recuperarse y concentrarse por comple
ire fresco cuando algo pesado le cubrió la cabeza, dejándola en la
ella nunca se aflojó. La metieron bruscamente en el asiento
apremiante resonó: "
ojó. Ella se quitó la chaqueta de la cabeza de un tirón y e
grabada en su rostro. "Por favor, Yolanda, me equivoqué. No debí tocar tu dinero. Sé que estuve mal, te lo ju
se había aferrado como su razón para no casarse con Cristóbal: el hombre que la
ijo con voz firme: "Te equivo
resistencia como un rechazo. En un arrebato de violenci
as forcejeaba, sus palabras estranguladas eran apenas audibles entre jad
captó el agudo olor a
así. Así que se defendió: arañando su agarre con tod
conductor entrara en pánico, quien dio un
apartarlo de una patada, se lanzó haci
muñeca con una fuerza aplastante. "¡Yolanda, o me das el dinero o ningun
r su brazo, tan intenso que c
grito autoritario rasgó
patada rápida y brutal, tirando de Rosanna para ponerla detrás de él, con los o
muel de inmediato, mientras Fred sacab
l no perdió tiempo. Le dijo a Fred que diera la vu
aran a un auto, que desapareció de su vista ante
Los siguió, manteniendo su auto a la vista hasta que Rosanna
mientras se apresuró a su lado, recorriéndola con la
. En el momento en que vio a Cristóbal, todo su terror acumulado se
izo añicos su compostura habitual
nado. Nunca había visto a su jefe
erdió el conocimiento, su vida no corre peligro. Tiene algunos rasguños
e, se dio cuenta de que era el médico
io familiar. De repente, los r
o sobre las marcas oscuras de su muñeca
que le picaran los ojos, mientras la tri
tual desapareció, reemplazada por una preocupación evidente. "Alegría,