Su Luna Robada, Su Máximo Arrepentimiento
vista d
adicionales pieles blancas de una nueva Luna. Alejandro estaba a mi lado, su mano en la mía, pero sus ojos recorrían la multitud. Mientras el
ido blanco, las lágrimas corrían por su rostro. Abrió un Enl
, ¿me vas
tre su destino y su obsesión. Fue su Beta, Felipe, quien finalmente rompió el hechizo. Felipe avanzó,
dida fue torpe y superficial. La marca en mi cuello era tan tenue
él pasó toda la noche en el balcón, su mente enlazada con la de Sofía, calma
nocente y rota, Valeria -ha
on Alejandro a visitarla, llevándole hierbas curativas raras d
ntía como posesión. Sus ojos, cada vez que se posaban en mí, estaban llenos de una hostilidad fría
Alejandro estaba fuera en una patrulla fronteriza cuand
le de nuevo. Tiene fiebre alta
é mi caballo y cabalgué a través de la lluvia torrencial ha
. Botellas de vino vacías y platos de comida cara ensuciaban las mesas. Y la propia Sofía estaba recostada junto a
rada no era la de una loba enferma agradecida por la ayuda. Era la pura y a
rma. Nunca había estado enferma. Había e