Casada por venganza con el socio de mi esposo
era de no mirar para atrás, porque sabía que ellos estaban por llegar... que él es
ante o no, era algo que en esos momentos no pasaba por la cabeza de Adriana. Lo único que podía pasar una y otra
laba perfectamente con
oy se dio cuenta que no era así, solo era una mentira, nunca fue valiente, nu
en este lugar tan grande. No era fácil poder olvidar la traición. Toda ella
mente teñidas de un rojo, un tono tan
vida era perfecta, en donde ella creyó que se había sacado la loteria con el maravilloso hombre que tenía a su lado... que ilusa fue, hoy
estaba escuchando era una cruel mentira, una mala jugada de su cabeza, pe
e reían, como él se reía y su risa no era la misma que la había e
acá? -cuestiona aquella muje
o debe estar lejos -él di
nto ¿por aquí se fue ella? -aq
jos, no tiene fuerzas, se d
a repite completamente irritada-. Ella es
breviviría a las quemaduras y a los golpes. Adriana no va a pasar de e
edar prueba de absolutam
er. Adicional debo avisarle a los medios que me acabo de quedar viudo, una noticia horriblem
anera a ella? era su esposa, la mujer que supuestamente amaba. Se supone que era la mujer
a hacer con el amor que sentía por él? ¿Cómo arrancarse el corazón pa
. Adriana solo podía intentar controlar su sollozo, que no fuera tan fuerte que no la esc
estará muerta. Y yo seré el nuevo dueño de todo, la for
el hombre que amó, el hombre que la hizo feliz por tanto tiempo a
, la fortuna, una herencia sumamente jugosa. De cierto modo Adriana era una de las mujeres más ri
e que amaba la habían eng
u cuerpo aún estaba pagando las consecuencias, estaba compl
lo único que quería era salir corriendo, pero al mismo tiempo tenía miedo de
a salir y correr si era necesario, miró hacia atrás y no veía na
frente a ella, él le apuntó mostrando una gran sonrisa, Adriana cerró los ojos cua