TORCIDOS: enamorada del primo de mi novio
¡Qué maldición! Decidí entonces seguir la relación solamente enfocada en el sex0, y en la compañía que a ratos nos dábamos. ¿Po
. Sus propios ojos, según su boca, lo vieron todo. Pina no tenía que contarme demasiado, ya lo sabía. Ellos estaban teniendo una aventura o la habían tenido, de eso estaba segura. Aun así, mis ojos
mes, la curiosidad hizo mella para que aceptara viajar a su ciudad con una maleta adicional. Mi trabajo en la web estaba en receso, Braga concentrada en sus propios
en vez de encaminarme a su casa, tomaba mis male
al de la casa de sus tíos. Aquellos que v
a a nuestro
uedé mi
mo d
oncierto, porque así
, mí nue
cimera de una preciosa cocina abierta. El lugar carecía de demasiados objetos y sus paredes eran mu
s brazos y acercándose a mí-. Me he mudad
ra...
a una habitación ubicada a un costado de la sala. No
me podría
lugar. Algo se se
or fin de casa,
emancipación. A veces, yo misma lo sentía, con la clara diferencia que mis padres casi no
, hablé con tío Carlos y acordamos un alquiler
ow
e lo diga, ¿qué tanto lograste salir de casa? Ahora vivirás con tus tíos y justo al frente, ¿no es lo mi
s dientes como
ocina y se sentó-. Lo cierto es que mis tíos se mudaron a Lisboa. Ahora sí que es definitivo.
poca sonrisa.
ara más estúpida, porq
reciendo propiedades allá. Y a pesar del trabajo, lo pensé. Pero eso cuesta demasiado, Delu, aún no me lo puedo costear. Es lo que tengo para ofrecer
tos musi
a es que ese amigo suyo necesitaba gente que le apoyara, por eso ahora gana pasta y eso a mí me ayuda
planes que explayaba frente a mí, enfatizando en la idea de incluirme como nunca lo había
aël y tú no se llevaban bien. -Puse cara de obviedad
as son normales
h,
ivacidad del mundo. -Arrugué los labios, un poco incrédula. Privacidad sería estar completamen
hizo, pero sus intenciones eran buenas, nun
mis manos por su e
vivir juntos? -Me separé un poco y v
a la puerta t
s de ese recinto, el futuro compañero de mi pareja,
e algo, Nikk
a teniendo sus dieciocho añitos cumplidos hace dos meses y algo más. Y tal parecía que el tiempo v
sentándose en otra de las sillas alta
e escabulló a
tó una risa l
ó sus cejas en resignación-. Ya te aco
ostumbrarme a él? Es
a Nikko, dirigiéndome hacia la ha
a una ferretería, se ha empeñado en hacer una barbacoa. ¿Te vienes c
rvaba la habitación, pensé: «¿Babeándole a l
aël, salí corriendo para alcanzar a Nikko y acompañarle
los confines de mi estrés, porque veía a Maël constantemente, por supuesto, aunque no se quedara 24/7 en su dulce hogar. Dios santísimo, ¡estábamos viv
un ser paseándose frente a mis ojos sin ni