Cautiva por el mercenario
uto frente a un edificio de cuatro pisos ub
los puestos de verduras y especias que rode
su hermano, y esperó a que esta activara la apertura
la mujer con un fuerte abrazo y luego t
ar al de una gitana. Los cabellos largos y negros le danzaban en la es
rsonas con las que se podía hablar por horas y siempre contaban con un
ción tus mensajes de texto. ¿De verd
ansancio-. De todas formas, la muert
del recibidor. Cerró la puerta con doble llave y pasó infinidad de cerro
nto con la mirada perdida en
eguntó la mujer con desconcierto. E
ma espera que sea saldada una
ellas por algunos segund
aida como para sí misma- ¿Qué d
Castañeda, el jefe de su hermano, quien días antes de las tragedias le había propuesto mat
ó del hecho y salió de la casa furioso p
volvió y Leandr
nternada mi madre aumentó sus costos, así como el precio de su tratamiento. Llevamos un par de meses de atraso -alegó,
re podría correr el mism
stiarlos, nunca pensó que Raúl llegara a ese extremo. Más aún, que
ajaba duro y con honestidad para obtenerlo. Debe haber algo más -dedujo Betsaida y observó con inq
rrugó e
o com
lgo como...
empali
nde sac
ia el pasillo de las habitaciones antes de le
mientos con desconcierto. Comenzó a
go que debe ser encontrado -comentó la mujer con voz confidente-. Hasta que eso no se resuelva no podrán descansar, pero e
ra imposible que Betsaida supiera algo de la carta que Raúl le había robado a un delincu
-respondió co
existe una carta podría estar en tu casa, en
uelto su casa en varias oportunidades luego de
rabajado con Leandro, pues la policía la requisó después de los hechos. Su ú
había pasado por alto: cuando los delincuentes la abordaron mencionaro
nte dueño de una gran fortuna, pero, ¿qué información contenía esa carta que fuera tan va
os para atreverse a robarle una pertenencia. Tal vez averiguan
ías acompañar a Raúl a reuniones y a aburridos encuentros de trabajo. Por casuali
saida se mostró impac
n jurado que si no les entregaba la carta en tres semanas atacarían a su madr
familia adinerada, quien no se había conformado con la fábrica que su
gaba a ayudarlo con sus actividades ilícitas. Su hermano lo hacía para no perder el tan nec
Elena-, esa era su mayor fuente de ingreso. ¿No sa
manos en la falda-. Raúl trataba de no involucrarme en l
Elena, inquieta por la actitud e
l norte, pensemos en cuál
uevo sintió recelo por la
blusa con nerviosismo mientras e
de café para las dos. Es
da por la mirada desconfiada de Elena, que al quedar sol