Encierro
uinas y el aroma a detergente llenaran sus sentidos. Cada prenda de ropa sucia que llegaba a sus manos era un recordatorio de la monotoní
cada carga fuera tratada con el cuidado y la atención que merecía. Las horas pasaban rápidamente mientr
con sus compañeras de prisión. Historias compartidas y risas compartidas se entrelazaban con el suave murmu
andería. Con un suspiro de alivio y satisfacción, se miraron unas a otras con sonrisas de complicid
anunciando la hora del almuerzo. Como era costumbre, los guardias dieron el aviso
recogió sus cosas y se preparó pa
lleno de tensión, encontraban consuelo en la comp
s fuerte, despertando el hambre en sus estómagos vacíos. Aunque el almuerzo en la prisión era una rutina monóton
enfrentar otro día en la prisión con determinación y esperanza en sus corazones. Juntas, estaban preparadas para resistir y l
rbable y tomo una bandeja ant
ella me sirve mientra
frút
ad antes de dirigirme a una mesa
este oscuro confinamiento. Me siento junto a las
a figura y cabello rubio hasta los hombros, observa con ojos llenos de compasión. A su lado, Mariana, de piel oscura y cabello negro risado, muestra una expresión de preocupación genuina. Francisca, con su cabello castaño
-Me consulta Carmen co
a es breve,
ie
intenta disfrazar la realidad de
prisionera. Las leyes evolucionaron, pero mi presencia parece ser un secreto celosamente guardado. Mis compañeras c
lidad estática en la celda. Cada palabra es un recordatorio de
trar un momento de ligereza en medio de la pesadez de la vida en prisión. A pesar de las dificultades que enfrentab
comida cada vez sabe peor. -
un tono sarcá
a cara de las que tr
rompiendo momentáneamente la monotoní
n día especial. -Morena i
erdad. -D
riana, quien se sorprendió
efieren? -Co
cumpleaños de Mariana. A pesar de las circunstancias difíciles en las que se encontraban, el momento de alegría comparti
s envolvió a Mariana con sus brazos, expresando sus deseos de felicidad en su día especial. La emoción brillaba
en los labios, sellando su deseo de felicidad. La ternura del gesto resonó en e
adas curiosas de Mariana y sus amigas se volvieron hacia ella, ansiosas por descubrir la sorpr
celdas. -Anunció Francisca con un brillo travies
risita nerviosa. Sus ojos brillaban con anticipación,
tusiasmo de Mariana mientras se dirigían juntas hacia sus
las bandejas en su lugar antes de dirigirse hacia sus celdas. La atmósfera era tranqui
esafíos que el nuevo día traería consigo. Juntas, ella y sus compañeras estaban preparadas para resistir y luchar por
tras los guardias finalizaban sus rondas nocturnas. En su celda, Carmen se s
Le pregunta Carmen a Mariana mie
n. -Le respo
ba junto a Morena, su compañera de celda de confianz
ra. -Dice Francisc
ontesta Morena asintie
on para lo que estaba por venir, conscientes de la importan
es de su celda y con un susurro
e, ac
cerca a los barrotes de su celda a
sa? -Le
a, Irene. -Le dice Franc
Carmen y Mariana también compartían
creció cuando cada una de ellas encontró el mismo tesoro oculto: tres rebanadas de pastel sobre un
y refresco! -
o con cuidado, sorpr
Gracias, Francis! -Le agra
ta Francisca. -Disfruta
espacio entre las celdas, uniendo a las am
astel de fresa, dejándose llevar por su dulce sabor. Una sonrisa ilu
increíble. -exclam
de aquel momento de dulce indulgencia. Entre risas y chistes, la
os siendo amigas? -Pregunta Mariana de rep
ista para una broma,
que eran un poco extr
o juguetón, le respo
o que dices! -Le reclama
la conversación, asi
estamos, compartiendo pastel y
ó el tono de la conversación, dejando en claro la lecc
ho sobre quiénes son realmente. Mi tiempo aquí me ha enseñado que
stás aquí. -Le dijo Mariana
lando un pasado lleno d
bien, pero resulta que estaban estafando a los inversores. -Les dijo con dolor. -Querían un
aban la revelación de Francisca. La camaradería se fortaleció aún más
omo pude, con un bolígrafo que tenía a mano. -Les comenta Mariana. -Lo malo es que se le clavó en el ojo al
gas absorbían la gravedad de sus palabras. Las miradas de compasión se cruz
ariana. -Exclama Morena. -
stema puede fallar de esa
istoria? -Le pregunta
un peso evidente en sus palab
a mientras ba
los oficiales aquí
a punzada de tristeza al escuchar las palabr
orena? -Le consulto Ca
a, sus ojos brillando c
rampa. -Le conteto. -Me pla
ón, compartió su propia experiencia
-Me detuvieron supuestamente por averiguaci
e la conversación para levantar el ánimo de sus compañeras, su voz reso
s momento de ponerse tristes. -Dijo Francisca con una sonrisa forzada
tió con entusiasmo, sus ojos brillaban con gratit
ial. -Le respondió Carmen con una sonrisa, bus
a de expectativa y anhelo. La débil luz del pasillo iluminaba la expresión expectante de Mariana mi
el resultado. Sus ojos brillaron con gratitud mientras asentía con una sonri
neras compartieron un momento de in
na pizza ahora mismo?
ra queso y pepper
colate de postre, ¿no creen? -Comenta
eferencias culinarias, recordando con nos
a cocinar lo que quisiera, sin restric
ra siempre es la me
na sensación de conexión y calidez en sus corazones, las prisioneras se acomodaron en sus camas, dejando