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El abogado y la doctora

Capítulo 4 Segundas (in)oportunidades

Palabras:2105    |    Actualizado en: 14/01/2024

a, abr

a gran mancha de vino tinto sobre el frente de mi ve

me cuenta de que era él. El extraño sujeto del año pasado. El hombre sin nombre. Había tardado días en olvidar el incidente, pero d

ubiera a recibir una mención por nuestro dur

para cuando nuestros ojos conectaron. En un segundo observé como fruncía el ceño, endurecía la mandíbula, cuadraba los hombros

entras dejaba la copa y sacaba un pañu

ar a aquel sujeto. Aun no entendía la atracción animal que ejercía sobre mi cuerpo. Era como si todos los meses pasados no hubieran ocurrido. Mi respiración se aceleró, las palmas de

bios. Su mirada se enlazó con la mía y luego bajó a mi pecho. Entonces el tiempo se detuvo. Fueron segundos que duraron mucho más, un suave gemido emanó de su boca y la vergüenza me invadió. El

hilló sin dejar de mirar la tela

io. Sin entender el magnetismo que ejercía sobre mí, le di una última mirada, tomé el brazo

abitación en el mismo lugar. Era un lugar tan bello y agradable. En el segundo piso teníamos dos camas, un baño con una enorme bañera,

cuando una copa de vino, o champagne, o ambas cosas en los eventos o galas y no quer

contratiempo. En la habitación busqué entre mis pertenencias mi viejo y soso vestido negro que solía usar en las reuniones del

¿Estaba con su amigo?- las preguntas salían una detrás de otra de la boca de m

, con un incipiente tajo del lado izquierdo, un escote se pronunciaba tanto en el lado frontal como en el trasero. Las sandalias color nude combin

andalias plateadas con plataforma para “hablar más cerca de las personas” había dicho, como siempre acompleja

ía día a día. El año pasado habíamos logrado dar a conocer los nuevos objetivos que queríamos alcanzar. Pero n

Dra. Mitchell y su novia y la Dra. Kitshora. Además se encontraba el CEO de Industrias MIX, el Sr. Tucker que no dej

lemente mi amiga era vegetariana por lo que no estaba disfrutando el momento. El primer pl

esentó a los diferentes referentes de las distintas áreas presentes. Además del nue

ngresaría para recibir la mención. En el camino me había contado las ganas que tenía que formar parte de nuestro proyecto. Sin perder tiempo

olicitaban a él en mesa de entrada. Se disculpó de

sonal. No era tonta, había visto cómo sus ojos se iluminaban cuando explicaba las increíbles ganancias que tendría en el futuro. Pero eso no me importaba. Él tendría su dinero y nosotras

blando- dijo Mica t

de su vida es joder la mía- intenté imp

con su amigo- susu

dos los puertos conducían a un estudio jurídico que desviaba las preguntas y nunca terminaba contestando nada. Luego lo buscó intensamente por redes sociales pero el nombre Annon arrojaba un sinfín de personas y ninguna coincidía con él. Este c

ojo- dijo sacándolo de la

voy a poder respirar, además es

ibutos que es lo que necesitamos esta noche- dijo bromeando mi

dije mientras pensaba si me volvería

ostraba mucha piel detrás. Tenía más senos que Mica por lo que parecía que iba a explotarlo. Los picos irregulares de la tela acab

n ese momento. Por fin nuestro arduo trabajo era reconocido. Agradecí a Mica, al grupo de trabajo, me explayé en nues

a su lado sonreía mientras me saludaba con la mano. Le devolví la sonrisa mientras continuaba hablando. No reconocía a los hombres y mujere

Me esperaba de pie, su mano fue intencionalmente a mi espalda presionando y generándome malestar. Su pulgar se movía lentamente de arriba hacia

un rechazo cortes a su propuest

traba fuera del alcance de ese hombre

nriendo- que agradabl

La atracción entre ellos era evidente. Aproveché el momento para m

que placer volver a verla… est

á muy guapo- respondió nerviosa mientras se acomodaba el

rabajo de ustedes es realmente fascinante- sonrió mie

orque el Sr. Tucker eligió es

a discutir negocios con usted- elevó su

eseo ir a los aseos- disimulé una sonrisa

mbre. Miraba de reojo hacia atrás viendo si me seguía cuando sentí el impacto de mi parte delantera contr

otra mano se encontraba inmóvil en mi cintura. Me percaté entonces que me había sujetado del saco de su

era- susurré sin aflojar el agarre- uno d

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