Amor Clandestino
ítu
o De l
o había pasado. Estaba solo en mi casa, mi matrimonio se había acabado por ese trabajo mal habido que acepté y yo sabía en el fondo que ha
Enzo tocaba la puerta de mi casa – Por f
ra que hagas t
mi casa, se sentó en la sala y se cubrió su cara con ambas manos,
montas un escándalo y solo llegas a
azón de venir a hacer ese escándalo,
muy malo y no sé cómo decírtelo – la voz
levándome las manos a la cabeza – Habl
or – Enzo me miraba cabizbajo – Ella se tomó unas pastillas y se q
r y no es cierto que ella quisiera quitarse la vida, eso no es verdad. Yo tenía que ir a la cafetería para verla, aunque sea de lejos, para darme cuenta
rror y tengo que ir a la cafetería, tengo qu
ría te ven, entonces serás hombre muerto. Yo me enteré porque Marina, una de
ue Jazmín es alegre y ama mucho la vida, tanto que siempre luchó contra
cidar, ella valora mucho su vida, esto no es lo que qu
venir a decírtelo personalmente porque sé
y después a gritar y a maldecir, sin importar que Enzo estuviera dándose cuenta del lamentable estado en el que yo me encontraba. Por mi cabeza volvían
dije, nunca debiste aceptar ese trabajo tan bajo que te ofreció esa loca de Dora – Enzo
zmín, la siento corriendo por mi cuerpo, como si de mi oxígeno se tratara, tú
rme cuenta y ese había sido un gran problema, algo que no debió pasar, pero aquí estaba v
bajo que solo te trajo dos desgracias, el fin de t
cho menos aceptar un trabajo que ella me ofreciera. No es justo que a
ar tu engaño y lo que le hiciste y por eso se q
mpletamente se debatía entre la vida y la muerte. Yo no podía ni acercarme para estar con ella, para decirle que, aunque le hice mucho daño, yo la a
y a la mujer que amo y nada que hiciera me iba a devolver nada de lo perdido. Me acosté con la mirada fija hacia la nada y entonces sonó mi teléfono, el cual tomé de inmediat
al principio de este trabajo, pero te puliste y ahora no solo hundiste a
ente, que solo le ha traído desgracias a mi exi
a Jazmín, pero tampoco le habría hecho daño – Le reclamé – Te odio y personas como
necesitabas para el parto de tu mujer y ahora, no me vengas con que estás arrepentido – Dora s
la amado, ella es pura, es inocente y es
tud de las consecuencias, lo que había visto como un dinero fácil, ahor
a de lo que ya te di por el trabajito, te pondrás fe
se encuentra su sobrina, y ofreciéndome más dinero como si yo se lo hubiera ped
ste. No quiero nada que me recuerde, que la mujer que amo se está muriendo p
la muy desgraciada – Ella está muy grave en el hospital y dudo mucho que salga
celestial que salvara a la mujer que amo, porque yo sin ella me muero y después me puse a r