Mi Consentida
tulo
ndra Ferr
joven se acercó a él y lo abrazó. Yo fingí no ver nada y me retiré un poco de ellos cuando sentí que alguien me tomó d
ás bie
ido, a lo que él reaccionó de lo más tranquilo. Pensé que moriría de coraje en cuanto supiera que no nos pagaría nada el seguro y lo contrario a eso, llamó a alguien para pedir una grúa y me d
res amigos Julio Cesar con quién había quedado de verme cuando pasó toda esta situación. En fin estaba escribiéndol
– Deberías estar ocupándote del problema que tú o
o que contarnos, tomaríamos algunas copas y pasaríamos un r
proponerte que nos tomemos un café – Me pidió él muy seguro de si ismo, lo que me causó un ataq
o qué? además no estaba de humor para aceptar ir a algún lado con él
qué querría yo ir contigo a tomar un café o lo que sea, después de lo que ha pasado
con tu papá y está de acuerdo. Ahora que
a delegación, para testificar cuando to, si ya le había dicho a mi papá lo que
me dijo justamente lo que es
uparemos de ahora en d
o, p
ueden aquí, ni siquiera v
a pues la mamá de él se acercó para
rmen Ramírez,
o hacer otra cosa que toma
reyra, el g
día tener esa clase de hijo? e
café, es lo más conveniente, en cuan
, dónde él no tardó en hacerle la parada a un taxi, que se detuvo un poco delante de dónde estábamos nosotros, entonces él me tomó de la mano
n Vips y mientras íbamos en marcha yo evitaba a toda costa mantener una plática o tener siquiera contacto visual con ese de
do el espacio del taxi, siendo un aroma por demás delicioso que se coló muy dentro
o inexplicablemente. No tardaron mucho en irnos a llevar la carta y después a tomar la orden, él ordenó un café capuchino y una rebanada de un pastel de fresa, yo por mi parte solo tome un café normal del que lleva ref
preocupa – Se reía divertido de la situación – Hoy yo invito todo y ya que tengas el lugar