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La Tierra de lo Inimaginablemente Posible

La Tierra de lo Inimaginablemente Posible

Mauricio Castaño

5.0
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Capítulo

¡Te esperamos en La Tierra de lo Inimaginablemente Posible! Conocemos tus deseos, tus más profundos anhelos, hazlos real aquí que nada es imposible. Nos necesitas y nosotros a ti, pero... no nos traiciones, no habrá segundas oportunidades. ¡Ven y diviértete en La Tierra de lo Inimaginablemente Posible! Una nueva atracción apareció: La Tierra de lo Inimaginablemente Posible, un lugar capaz de cumplir todas tus fantasías. En paralelo, se descubren unas extrañas muertes y nadie sabe si son producto de una sobredosis, causada por una nueva y extraña droga; más desconcertante aún, es que los familiares y allegados de las víctimas sufren de una extraña amnesia, olvidándolas como si nunca hubieran existido. Un detective y un chico de dieciséis años, se verán involucrados con estos extraños acontecimientos, pero, ¿quién tiene tiempo para preocuparse por estas cosas?, si puedes ir a La Tierra de lo Inmaginablemente Posible, donde se cumplen todas tus fantasías.

Capítulo 1 Parte UNO

Parte UNO:

Violaron la integridad de tus sueños y ahora rondan libres entre tu realidad y la fantasía

¡No es un sueño, no es un truco de magia! ¡Sólo aquí encontrarás la verdadera diversión! ¡Una única e inigualable experiencia!

- Despierta, Despierta... ¡Des-pier-ta!... ¡Despierta! ¡Vaya, por fin abres los ojos! Sí, descuida, siempre cuesta trabajo las primeras veces, ya te irás acostumbrando, hermano. ― ¿¡Qué carajo!? El Sol me deslumbró, nada tapaba su intenso brillo, un inmenso azul se extendió, generando una visión de verticalidad. Una silueta se movió frente a mí, tal vez un... ¿árbol? Que extendió sus ramas a voluntad para marcar el horizonte. ― ¡Bienvenido a "La Tierra de Todo lo Inimaginablemente Posible"! - ¿habló el... árbol? ¡Me golpeé la cabeza, ahora los árboles me hablan! La imagen se aclaró y distinguí no a un árbol, sino a un chico con un enorme "afro". ― ¡Observa, hermano...! - Sus brazos, antes ramas, insistieron en remarcar el horizonte. ― Montañas rusas, pistas de carreras, cascadas de chocolate, vainilla, fresa, guayaba, melón y una infinidad más, exuberantes montañas de gómitas, papa fritas, galletas, cines convencionales y otros al aire libre, establecimientos de comida rápida de todas partes del mundo, en fin, una tierra de posibilidades. ― Levanté la ceja derecha remarcando lo extraño que me pareció. ― Hermano, ¿si me estás haciendo caso? - Se rascó la cabeza. El aire meneó su afro, recordándome una vez más al follaje, donde podían habitar ardillas, pájaros y demás animales en miniatura.

- ¡Sí, sí...claro! ¿En dónde dices que estamos? - Se rascó de nuevo la cabeza como si eso fuera a ayudarme a comprender mejor la situación.

- ¿No pones atención, hermano? ¡En "La Tierra de Todo lo Inimaginablemente Posible"! - La insistencia de sus brazos me hizo sentir estúpido.

No podía creer que esto fuera real. Percibíolores a mi alrededor y en los sueños hasta donde sé, el olfato no forma parte, ¿o sí? ¿Tal vez esto no fuera un sueño?, pero estoy dormido, ¿no estaba en mi cuarto...?

- ¡Ey!, ¡ey, hermano! ¡Andas por las nubes, con razón ni sabes dónde estás!

- No estaba en las nubes, sólo quería entender...esto. - Señalé a mí alrededor tomando distancia de su aroma, era extraño, irreconocible y eso me perturbó, aunque no sé por qué. Extendió los brazos de nuevo en un exagerado ademan y repitió el nombre del lugar.

- ¡Es en "La Tierra...!

- ¡de Todo lo Inimaginablemente Posible"! -Disfruté de su gesto al romper sus esperanzas de hacerme comprender este lugar.

- Hermano, mira, el nombre debe de ser tan largo para poder abarcar todo lo posible de lo posiblemente más impensable de las imposibles cosas que puedas imaginar. ¡Abre tu mente, observa el paraíso y déjate fluir! ― Hizo una pose de rezo budista o un intento de, mejor dicho.

- Sí, sí, ya lo vi, lo que no comprendo es, ¿qué es este lugar?

- Este lugar, es este lugar; son todos los lugares imaginables y ninguno a la vez, es un lugar donde todo es todo y nada existe.

- ¿Cómo que nada existe?

- ¡Sólo velo a tu alrededor, todas tus respuestas están aquí! Existe lo que sea que imagines y donde no hay nada hay algo y donde había algo, antes no había nada. - Su rostro remarcó la obviedad de las cosas. - Por eso, todo lo inimaginablemente posible, es posible, ¡no es genial eso, hermano! - En ningún momento bajo los brazos. ¿No se cansará nunca de hacer ese ademan o es tanto su entusiasmo que ni se percata? - ¡No lo razones tanto, hermano, este es el mejor lugar del mundo, la neta del planeta y tú te la pasas contradiciéndome! Se uno con nosotros, hermano, se parte de la corriente. ― Juntó sus manos como si hiciera yoga. Su felicidad era odiosa, no todos podemos ser felices o aparentar estarlo, pero él no piensa eso.

De pronto unos tipos cayeron del cielo en paracaídas de colores y la fiesta comenzó: una sombra se extendió sobre nosotros, la música resonó por los valles y cordilleras del horizonte, hasta hacer eco en mis oídos llenándolos, sin dejar espacio para ningún otro sonido. A mi lado el del "afro" gritó y dio de brincos, pero no escuchaba nada de lo que decía. La oscuridad provocada por este extraño eclipse se iluminó por luces de disco que vibraban y danzaban al son de la música.

La iluminación provenía de una nave espacial y era ésta la que eclipsaba al sol. Un pequeño momento de silencio y después... Tambores resonaron como una tormenta y la "tierra" gritó de emoción. Sentí el llamado de mi cuerpo. La música recorrió cada bello de mi piel incitándome a bailar.

- ¡No te quedes ahí con cara de idiota, vamos hermano, mueve ese esqueleto! - Se fue moviendo entre oscilaciones y ondulaciones similares a las de un árbol azotado por el viento creando un baile tan excéntrico como su propia personalidad.

Unos tipos se lanzaron de bungeey a pocos centímetros del suelo el tiempo se detuvo un instante, un segundo; lo suficiente para que nuestras miradas se cruzaran y recibiera un guiño por parte de uno de ellos, fue un golpe en el pecho. Inmediatamente la cuerda tiró y se perdieron entre las luces y fuegos artificiales que se unían a la locura de un cielo iluminado por las extravagancias imaginadas.

De la nave salieron chorros de agua que formaron esferas como si fueran albercas tridimensionales, sostenidas en una ingravidez que sólo en películas de ciencia ficción podrías ver. La gente nadaba dentro y no parecía importarles si abajo era arriba o arriba era abajo.

Un grupo de chicos salieron corriendo de lo que parecía ser una panza gigante, en realidad era la excéntrica fachada de un restaurante buffet. En una mano llevaban una pierna de cerdo asada y en la otra un enorme tarro de cerveza, algunos vestían sus cuerpos por medio de sábanas a manera de togas, otros ya la habían dejado atrás uniéndose a una fiesta nudista.

- Es la competencia de todo lo que puedas comer y beber que organizan en ese restaurante. Este lugar te provee de todos tus deseos.

No tuve ni tiempo para preguntar. De la nave cayó una lluvia que pronto se volvió una cascada de pintura fosforescente haciendo ríos y pequeños lagos por las calles del lugar. Por todo el lugar cayeron tambores, bombos, bongos y demás objetos musicales de diferentes formas y tamaños; desde el modelo más sencillo al más excéntrico, de varios pies de alto y ancho La gente tomó los instrumentos y tocaron al ritmo de la música que envolvía todo el ambiente. Salpicaron la pintura por las paredes y por cada parte de sus cuerpos.

Un terreno baldío se movió. Primero el suelo hizo olas con los charcos de pintura, mezclando los diferentes tonos hasta volverla del color negro. Las olas crecieron semejantes a una tormentosa marea, que cada vez fue aumentando en tamaño y fuerza. Los extremos del terreno se elevaron y formaron una curvatura de un medio tubo. La tierra pasó a volverse madera y la madera se barnizó a medida que iba tomando la forma final de una pista de patinaje. Desde las azoteas, ventanas y desde la misma nave espacial varios saltaron con sus patinetas, bicis o patines y empezaron a hacer trucos y piruetas por toda la estructura recientemente armada sin detenerse a pensar el cómo fue eso posible.

- ¡Eso es otra onda, de pronto hizo pfff y sacaron eso! ¡¿No es genial, hermano?! ¡Mira, hermano, ves, la nada se volvió algo ¿no es eso súper wow?! Te quedaste sin palabras, ¿verdad?, y eso que aún no has visto nada. No, hermano, tenemos a unos tipos bien locos aquí. Una vez uno se trajo el invierno. Por allá por el norte.

- ¿Cómo es eso de traer el invierno?

- ¡Ay hermano eso no importa! Lo importante es que: ¡podemos esquiar en cualquier época del año! Siempre hay nieve en las montañas de por allá, esas que están en el horizonte, ¿no las ves, hermano?

- ¿Sí, pero cómo es...?

- ¡Y luego, otro tipo, nos trajo un mar! ¡No, no, las broncas que tuvimos para sacarlo, le perdonamos el desmadre porque nos puso playa, bien chida, blanquita, blanquita y suavecita, sin rocas! Claro, tuvimos que mudar todo a unos kilómetros tierra adentro para evitar otra inundación. Mira, aquí tengo un mapa para ti. - De su "afro" sacó un folleto con una gran variedad de información de la "tierra". - Es un desmadre tenerlo actualizado, hermano, pero esté es el último y el más auténtico del momento. - Se aproximó a mí y me susurró al oído. ― No confíes en quién te diga tener uno mejor, hay muchos falsos por ahí llenos de "bromas".

- Pero, ¿cómo hacen esas cosas, un mar, una montaña?

- Sí, qué te digo, algunos de estos cuates tienen los deseos reprimidos más locos, siempre me sorprenden. ― Rebuscó en el folleto, extendiéndolo por metros y metros, como si fuera un mago sacando paliacates entrelazados uno por uno.

- ¿Deseos reprimidos? ― Interrumpí su interminable búsqueda en el folleto. De pronto un pájaro voló directo a su cabeza y en lugar de estrellarse o irse volando con lo que parece una peluca, se encogió y se internó en el bosque, para después de unos cuantos segundos, salir por el otro lado y volver a su tamaño natural. ¿Qué clase de deseo reprimido te lleva a tener una biósfera en tu cabeza?

- Son las cosas que anhelas por hacer, por experimentar y no te atreves a hacer. Aquí se materializan y se vuelven realidad, para que puedas cumplir tus sueños, por eso es que la gente siempre regresa y seguimos creciendo. - No escuché lo demás que dijo, seguro volvió a decir hermano, no es eso maravilloso, no es wow, súper o algo por el estilo. Levantó los brazos de nuevo y para ser alguien tan desaliñado, me sorprendió que no tuviera las axilas desbordadas de vellos.

Se quedó observando a un lado y luego al otro, me miró de arriba abajo, se acercó a mí y volvió a recorrerme con la mirada y al final después de poner cara de que le dolía la cabeza por pensar mucho, dijo: ― Supongo que tú eres de los comunes, ¿o acaso trajiste algo como un invierno y no lo podemos ver ya que está lejos de aquí? - No supe que responderle - No, no tienes la pinta de ser uno de esos, aunque nunca se sabe, quizás trajiste alguna cosa absurda contigo. ¿Cuál es tu mayor anheló? ― Señaló los varios metros de papel que cubrían el suelo. ― A menos que... ¿Traes algo en tus bolsillos? ― Al revisar sentí algo pesado, era una llave, lisa, sin dientes, ni cortes; era nueva, como antes de ser esculpida por algún cerrajero. ― Hermano, de verdad que a ti si te patina el coco, ¿una llave? Esto sí que es de las cosas más absurdas que he visto y mira que he pasado bastante tiempo en este lugar, pero esto en verdad me rebasa. De todo lo posiblemente imaginable, ¿una simple llave? Además, ni abre nada. - A mí también me pareció extraño.

- Bueno, si tu imaginaste ese estúpido afro, ¿por qué yo no una simple llave?, nunca se sabe, podría ser algo increíble, ¿no? - Imité el tono que usó en todo el día.

- Vale, muy bien, ya no te diré nada. Mi visión se nubló, el horizonte se volvió una pintura abstracta, no podía diferenciar nada; incluso el tipo raro volvió a semejarse a un árbol. ¿Qué me está ocurriendo?

- Se te está pasando el efecto, usa otra de las "llaves" para seguir aquí o ya nos veremos mañana, amigo. - A medida que él hablaba, el suelo me tragó, pero en vez de zambullirme y asfixiarme con la tierra, atravesé el suelo y cada vez vi al tipo más y más lejos y a medida que ese mundo se alejaba, el otro regresaba; la inmensa verticalidad azul se iba y sólo quedó la gris llanura de la horizontalidad, de ese techo bajo, tan cercano que lo sentí encima de mí.

Las ramas del árbol golpearon la ventana y al otro extremo de la puerta soledad. Me gustaría que por lo menos se estuvieran gritando, peleándose como la mayoría de las parejas, algo que no haga sentir la casa tan vacía. Bienvenido al Pobre y Nada Maravilloso Mundo Normal. Creo que el nombre me quedó un poco largo, le tomé gusto al excéntrico nombre para ese lugar. Se me antojó usar otra "llave", pero me decidí por irme a dormir, estaba muy cansado aún al estar todo ese tiempo en la "tierra".

Nota del autor:

Una historia interesante, ¿no? Empieza así, pero te prometo se pone mucho mejor, no podrás predecir lo que va a ocurrir.

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