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Soy el hijo de la poderosa CEO

Soy el hijo de la poderosa CEO

Lu Fabiano

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Capítulo

Con el corazón roto, Kenya se va lejos de su hogar, y se va a otra ciudad, está embarazada y no sabe qué hacer, pero se encuentra con una persona que la ayuda y rehace su vida. Pero la vida de Kenya cambió completamente, cuando se reencontró con Kennedy Gibson, 12 años después de ser engañada y abandonada a su suerte por él. El mismo día del encuentro Kennedy se da cuenta que tienen un hijo en común y poco después se entera de otra dolorosa verdad que ella rehízo su vida al lado de otro hombre al que su propio hijo llama papá, por lo que él no piensa darse por vencido y luchará por recuperar a su hijo, así tenga que robarlo con tal de tenerlo a su lado. ¿Qué hará Kenya cuando descubra que su exnovio, se quiere llevar a su hijo? ¿Dejará que lo vea o huirá lejos para que no se lo robe?

Capítulo 1 Un encuentro inesperado

Capítulo 01.- Un encuentro inesperado

Era un día muy importante en la vida de Kennedy Gibson, estaba por entrar a la entrevista laboral, más importante de su vida. Él estaba acompañado, por su mejor amigo Dominic Parker, quién le había avisado de la oferta de trabajo para la empresa Walter Software Company, en la ciudad de San Francisco y gracias a él, había hecho todos los trámites y hoy ahí estaba, aguardando al filtro final, la entrevista con la presidenta de la empresa.

–Se están tardando demasiado, amigo – Kennedy, se quejaba con Dominic – A lo mejor, no tiene caso que espere más. A lo mejor, alguien de los que ya entraron, será elegido para el puesto y estoy esperando en vano, por lo menos debe avisar para no estar esperado las horas.

Ya que la oferta de trabajo para la vacante en desarrollador de software, era de las mejores que había en esos momentos en el mercado, él había pensado que muchos de los mejores, ya se habían presentado a la entrevista, siendo él, el último y por lo consiguiente, podía haber quedado fuera de la entrevista final, se le estaba yendo esta grandiosa oportunidad de las manos de haber sido elegido uno de los postulantes.

–No, para nada estás esperando en vano – Dominic, lo tranquilizó – Parece que, no me has puesto atención, en lo que te he contado de la presidenta. Ella es la mujer, más preparada y más profesional que he conocido y no te habría citado, si no fuera a entrevistarte, ella hace la entrevista a todos, les da la oportunidad a cada uno de los participantes por igual.

Dominic, estaba diciéndole la verdad a su amigo, la presidenta era tan profesional que si ya tenía a alguno que hubiera sobresalido más que los otros y aun así faltaban, ella se daba a la tarea de entrevistar a todos los que faltaban de la lista, pues nunca sabía si entre ellos estaba el genio de la informática, por eso no se dejaba de lado a ningún postulante.

–En dado caso de que ya lo haya encontrado, sería muy ilógico que me eligiera a mí, pues soy el último de los entrevistados y nadie ha venido por mí, ni a decirme nada, me parece de muy mala educación, tenerlo a uno esperando, por tanto tiempo.

Pero eso no lo podía saber nadie, solo la señora presidenta, y si lo había dejado para el último, sus razones tendría, de haberlo citado a esta hora, ya cuando habían pasado cada uno de los postulantes, él era importante para los nuevos proyectos de la empresa, pero eso aun él no lo sabía, tenía que pasar a la oficina de la mujer más importante en el mundo de la era de la tecnología.

–Tú solamente tienes que esperar a que vengan por ti, mi jefa sabe lo que perdería si no te da esa oportunidad que estas esperando para presentarle todo tu potencial, entre su equipo de trabajo estamos los mejores, Kennedy, no estés impaciente, tu turno llegará y tus credenciales hablaran por ti.

Kennedy, estaba por decir algo a su amigo, las cosas para él no estaban marchando como se lo esperaba y fue entonces, cuando una hermosa mujer, muy joven, una pelirroja de unos 20 años, impecablemente vestida con un uniforme ejecutivo, se acercó con una Tablet en mano, a dónde estaban ellos sentados.

–Kennedy Gibson, venga conmigo por favor – Le pedía aquella joven – La presidenta, lo está esperando.

Para Kennedy eso representaba buen augurio, si él, era el último y si la señora presidenta, lo estaba esperando, eso quería decir que tenía una posibilidad muy alta de que lo eligiera a él, pero lo que no sabía Kennedy era que la presidenta de la compañía, se tomaba todo el tiempo posible con los candidatos y no dejaba que ninguno se fuera sin ser entrevistado y como le había dicho su amigo, tenía grandes posibilidades por el curriculum tan extenso en proyectos desarrollados por el propio Kennedy.

–Suerte, amigo – Dominic lo alentaba – Que todo salga bien, eres el mejor.

Kennedy, sabía que iba a necesitar suerte, porque para conseguir este trabajo, había esperado muchos años, y esta era una oportunidad de oro que no se podía perder, se iba encomendado a todos sus santos, su curriculum hablaba muy bien de él y era sin lugar a dudas el hombre indicado para el puesto, eso era lo que se iba repitiendo Kennedy en la mente, era el mejor y lo sabía a ciegas.

–Gracias, amigo.

Kennedy, se puso de pie y acompañó a la bella joven, quién lo condujo al último piso del lugar, en dónde estaba la oficina de la presidencia. Kennedy, iba muy confiado y seguro de sí mismo, así como era él y estaba confiado, que ese día él saldría con la mejor oferta laboral de su vida. La hermosa joven, se detuvo de golpe y abrió la puerta de la oficina de la presidencia.

–Señorita, Walter, aquí está el último candidato, el señor Kennedy Gibson – dijo la joven en tono profesional – indíqueme, por favor si ya lo hago pasar.

Kenya Walter, una de los mejores programadores a nivel mundial, desarrolladora de software, estaba en busca de un desarrollador que diera la talla en el nuevo proyecto que estaba a punto de iniciar, con el más joven de sus pupilos, para poder lanzar un nuevo producto a nivel mundial y estaba segura que ya lo había encontrado, el último postulante tenía las mejores recomendaciones, por eso lo había dejado para el final.

Se había maravillado de cada uno de los aportes del último candidato al mejor puesto en su empresa, le venía como anillo al dedo el que hubiera dejado su empleo por ir en busca de algo mejor y aquí lo iba a encontrar, fueron los pensamientos de la señora presidenta.

–Claro que sí, por favor que pase – dijo la señora presidenta.

La voz de la señora presidenta, sonó fuerte y clara, siempre era concisa y no le gustaba andar con titubeos, quien la conocía sabía, que le gustaban las cosas derechas, y le gustaba entrevistar al personal que iba a trabajar directamente con ella, también se encargaba de capacitar a sus ayudantes, porque quería que supiera que era lo que buscaba y quería, cuando lo pedía.

–Señor, Gibson, adelante, pase por favor.

La guapa pelirroja, abrió más la puerta permitiendo el paso a Kennedy, quién en cuanto estuvo dentro de la oficina, no pudo creer a quién él tenía en frente; Sin embargo, permaneció callado, esperando que la señora presidenta tomara la palabra, no podía ser quién él pensaba, aquella joven pobre y huérfana con la que él se había andado divirtiendo en su pasado, 13 años atrás, cuando pasaba sus vacaciones de verano, en la mansión de sus padres en Napa Valley, no podía ser ella, negaba Kennedy.

–Buen, día, tome asiento por favor – Le indicó la presidenta – Antes de comenzar, ¿quiere comentar o discutir algo, sobre la empresa o del personal?

Kenya, lo había reconocido desde que empezó a leer su curriculum, pero ella era una profesional y primero estaba la empresa que rencores del pasado, si el tener a Kennedy en la nómina de la empresa, le iba a proporcionar lo que estaba buscando, lo demás no venía al caso, ella buscaba resultados, alguien con la capacidad que veía que él tenía, pues su curriculum no le podía mentir, desde sus calificaciones y recomendaciones, que se había encargado de corroborar.

–Buenos días – Respondió Kennedy – no tengo nada que comentar, podemos comenzar, cuando usted lo disponga.

Se notó el nerviosismo que, por fracciones de segundos, envolvió a Kennedy, ahora no sabía si haberles rezado a todos sus santos y con los mejores deseos de su amigo, podría tener alguna posibilidad, a lo mejor tendría la peor humillación de su vida, cuando Dominic le había hablado de la señora presidenta de tan prestigiosa empresa, se había imaginado a todas las mujeres del mundo, pero nunca hubiera pensado en ella.

–Bien, me presento en caso que, su amigo Dominic no le haya comentado de mí – comenzó a decir la señora presidenta CEO de la empresa – Mi nombre es Kenya Walter, presidenta de esta compañía, ya que me he presentado, dígame señor Gibson, primeramente ¿Por qué quiere trabajar aquí con nosotros? Lo escucho.

En ese momento Kennedy, sintió un sudor frío y un intenso mareo, que lo removió por completo, que, de no haber estado sentado, se había ido de bruces contra el piso. No podía creerlo, estaba ante esa mujer, que el dejó abandonada por irse a estudiar a una Universidad de New York. La vida, no podía estarle jugando está mala pasada, no obtendría el trabajo, pensó. Ella no lo iba a contratar, después de lo que él le hizo 13 años atrás.

Lo más probable es que se haya casado y por eso no la reconoció por el apellido Walter, pues en su vida no había conocido a otra mujer con ese nombre, y por lo visto había conseguido más de lo que hubiera conseguido si se hubiera quedado con él, eso había pensado Kennedy, pero había una historia totalmente distinta, a la que pasaba por su cabeza, tendría que averiguarla más adelante.

–Veo que, no piensa responderme la pregunta, señor Gibson – Ella lo sacó de sus profundos pensamientos a un Kennedy muy metido en sus recuerdos – Bien, no importa. Comencemos, con la entrevista entonces.

Kenya, se había dado cuenta que Kennedy la había reconocido también, desde que entró a la oficina, pero ella estaba un paso adelante, por lo consiguiente, se había esperado esa reacción, o, por otra parte, también pensó que ya no se acordaría de ella, pero se dio cuenta que había sido lo primero, el la recordaba de igual manera.

–No – interrumpió Kennedy, desesperado – No podía responder, por tantas razones, por las que quiero trabajar aquí, que, si enumerara todas, nos llevaríamos la vida entera, así que le diré las más importantes. Quiero trabajar aquí, porque es la mejor empresa, líder en su ramo y desde que supe que solicitaban personal para el puesto de desarrollador de software, llamó mi atención, soy el mejor que va a tener, si bien ya estudió mi curriculum.

Kennedy, estaba apostando todo en esta entrevista, obtendría todos los beneficios que se podían obtener en el mejor puesto de la ciudad e incluso del mundo entero, todos los grandes proyectos que había ideado desde pequeño, los podría presentar en esta empresa, ahora era su oportunidad de demostrarle al mundo que no se había equivocado de carrera, que todas las horas que había empleado en sus inventos estaban a punto de rendir todos los frutos.

–Muy bien, prosiga – ella le hizo, un ademán elegante con la mano.

Él estaba buscando en los dedos de Kenya, poder encontrar un anillo de bodas y entre los que traía puestos, le pareció ver uno de matrimonio, por lo que supuso que, si se había casado, cuándo, no lo podía saber, y él, no pensaba preguntarle algo tan privado.

–También quiero trabajar aquí, porque es una empresa en la que me puedo desarrollar profesionalmente, en la que puedo viajar, para llevar su tecnología a varios lugares del mundo y porque, toda mi vida, he esperado por una oportunidad tan buena como esta.

Precisamente era lo que estaba buscando Kenya, alguien que estuviera dispuesto las 24 horas del día, que no le importara viajar a cualquier parte del mundo por tal de llevar su trabajo a donde se necesitara, y se había dado cuenta que no se había casado y por eso había puesto, disponibilidad de trabajo a tiempo completo.

–Excelente respuesta, dígame señor Gibson, ¿Cómo le ha ido en sus empleos anteriores? – Ella lo traspasaba con la mirada – Me interesa saber, de sus experiencias laborales anteriores, por supuesto.

Ella ya había investigado de cabo a rabo, todos los pormenores que le pudieran interesar, él llevaba un récord de buena conducta en las tres empresas en las que había trabajado, pero ella quería escuchar de su voz, como había sido su experiencia en las mismas.

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