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Capítulo 4
Decidida y segura
Palabras:1099    |    Actualizado en: 01/01/2023

"¡Abuelo!", exclamó Loraine al tiempo que se arrojaba a los brazos de Aldo.

Dándole unas palmaditas en la espalda, este dijo: "Todavía cuento contigo para que seas mi sucesora, Lorrie. No puedes perderte y dejarlo todo por culpa de un hombre".

El imperio empresarial de los Torres había sido construido por Aldo varias décadas atrás, y ellos ahora eran una de las familias más poderosas del país. Si bien él estaba satisfecho con sus logros, había una cosa que le preocupaba mucho.

Él tuvo tres hijos; el mayor murió en su mejor momento mientras que los otros dos eran extremadamente tercos. Uno estaba en el ejército y el otro era artista, y ninguno de los dos tenía interés en hacerse cargo de la empresa familiar, así que Loraine era su única opción ahora. Todos en esa familia la adoraban desde que ella era una bebé.

Sin embargo, ella salió de sus alas protectoras y sufrió mucho por culpa de un hombre.

Luego de haber estado deprimida durante tres largos años, ella sintió calidez en su corazón ahora que estaba en casa, y secándose las lágrimas, dijo: "Abuelo, tío Rowan, ya lo he pensado todo, y creo que aprendí la lección. Estoy de vuelta para siempre, y estoy lista para hacerme cargo del negocio de la familia".

Mientras le daba unas palmaditas en la cabeza, Rowan dijo felizmente: "Gracias a Dios que recapacitaste. Por fin puedo estar tranquilo y regresar al ejército".

Frotándose las manos, Aldo dijo: "¡Hoy es un buen día! Ya que estás decidida, voy a llamar a Cayson para prepararte y que puedas tomar el puesto de CEO. Recuerdas a Cayson Benton, ¿no? Ese chico ha sido de gran ayuda estos últimos tres años. Él dirigió el grupo Universe en mi lugar. De hecho, nunca dejó de preguntar por ti. ¡Estoy seguro de que va a estar feliz de saber que regresaste para siempre!".

Aunque sonriente, Loraine negó con la cabeza y dijo: "Pero abuelo, yo no quiero ocupar ese puesto".

"¿Por qué? El grupo Universe es tuyo, ¡y tienes todo el derecho de ser la CEO!", refutó Aldo.

Tras respirar hondo, Loraine trató de darle sus razones. "Lo entiendo, pero aún no estoy lista. Acabas de decir que Cayson ha hecho un gran trabajo dirigiendo la empresa. Si yo aparezco y asumo el puesto de CEO, los empleados y los accionistas no van a pensar que soy capaz de encargarme de la empresa. Primero quiero demostrarles lo que soy capaz".

De ceño fruncido, el anciano dijo: "No tienes que preocuparte por la oposición que pueda surgir. Además, Cayson es un buen hombre y le agradas, así que estoy seguro de que no se va a ofender ni te pondrá las cosas difíciles".

Loraine suspiró de nuevo. "No es Cayson quien me preocupa, sino los otros empleados y accionistas, porque no tienen idea de lo que yo puedo hacer. Primero quiero mostrarles mi habilidad. Y también debería saber más sobre la compañía primero. Si no entiendo el funcionamiento del grupo Universe, seguro que fracasaré".

El anciano sabía que no podía ganar una discusión contra su nieta, por lo que suspiró y preguntó: "¿Qué tienes en mente?".

"Quiero postularme para un puesto de arquitecto en la empresa", respondió la joven sin detenerse a pensar, y su actitud seria demostró que estaba decidida y segura.

Sonriendo con satisfacción, Rowan dijo: "Lorrie, estoy orgulloso de ti. Vas a abrirte paso hasta la cima. ¡Tienes todo mi apoyo!".

Ante eso, Aldo le lanzó a su hijo una mirada fulminante, pues le molestó su aprobación. No obstante, sabía que no podía cambiar la opinión de Loraine, y se limitó a asentir sin poder hacer nada.

"Lorrie, no quiero que sufras más. Pero como ya estás decidida, no puedo obligarte a hacer lo contrario".

"¡Gracias, abuelo!", exclamó felizmente ella, abrazando a Aldo con fuerza.

"Descansa, ¿sí? Wesley está en camino, y debería llegar dentro de las próximas cuarenta y ocho horas".

Los dos hombres le dejaron un beso a Loraine en la frente y la vieron volver a la cama antes de irse. El corazón de ella estaba a punto de estallar de alegría, pues no se había sentido tan feliz y cómoda en mucho tiempo. Pronto se quedó dormida, y pasaron horas antes de que la despertara el timbre de llamada.

Con un bostezo, miró la pantalla del celular; era un número que ella ya había memorizado, lo cual hizo que se le acelerara el corazón enseguida. Ella se quedó mirando la pantalla durante un rato antes de reunir el valor para responderla.

"¿Dónde estás?", cuestionó la voz ligeramente molesta de Marco desde el otro lado de la línea.

En lugar de responderle, Loraine preguntó: "¿Ya consideraste lo que te pedí? ¿Cuándo comienzan los trámites de divorcio?".

Él suspiró profundamente, y en un tono mucho más suave, dijo: "Sé que estás molesta conmigo, Loraine. ¿Pero no crees que estás llevando esto demasiado lejos? ¿Por qué pediste el divorcio por esa tontería? Yo puedo darte cualquier otra cosa, solo pídelo".

¿En serio él pensaba que ella estaba llevando las cosas demasiado lejos? ¿Acaso pensaba que no era para tanto?

Riéndose entre dientes, ella dijo con indiferencia: "Para tu información, no te pedí el divorcio solo porque quiero molestarte. ¡Fue en serio!".

Un silencio ensordecedor se hizo en el otro extremo de la línea, pues Marco quedó sin habla.

Perdiendo la paciencia, Loraine cuestionó: "¿No quieres divorciarte? Nunca me has tratado como tu esposa, Marco. Te estoy dando la oportunidad de estar con Keely. ¡Quiero el divorcio antes de que ella pida otro órgano o planee algo para hacerme daño!".

Queriendo aclarar las cosas, él dijo en voz baja: "Yo había conseguido otro donante de riñón, no tú. Tú eres mi esposa, Loraine, y nunca dejaría que te pase nada malo".

"¡Oh, por favor! ¿Qué harías si tu supuesto donante se echaba para atrás en el último minuto?".

Después de mucho tiempo, Marco por fin respondió: "Ella no necesita un riñón, así que tu pregunta no tiene sentido".

Loraine se rio, burlándose de sí misma.

Ya no importaba que Keely solo hubiese estado fingiendo, pero intentó quitarle el riñón, y Marco no la reprendió por ello; él estaba siendo parcial.

"Estoy harta de ti y de Keely. ¡Dame el divorcio!".

"Esto no es algo que debamos discutir por teléfono. Hablémoslo cara a cara. Vuelve a casa, ¿de acuerdo?", dijo el hombre y luego colgó.

"¡Bien!", exclamó Loraine ante el tono de llamada desconectada. Luego se levantó de la cama con determinación, pues estaba más que decidida a poner fin a su mal llamado matrimonio.

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1 Capítulo 1 Un matrimonio triste2 Capítulo 2 Mentirosa3 Capítulo 3 La heredera de la familia4 Capítulo 4 Decidida y segura5 Capítulo 5 Papeles de divorcio6 Capítulo 6 El mayor arrepentimiento7 Capítulo 7 Ni siquiera le hizo el amor8 Capítulo 8 Preguntas sin respuesta9 Capítulo 9 Ataque fulminante10 Capítulo 10 La rompehogares11 Capítulo 11 Entrevistadora problemática12 Capítulo 12 Nuevo comienzo13 Capítulo 13 Fuerte bofetada14 Capítulo 14 La peor vergüenza15 Capítulo 15 Una guerra de palabras16 Capítulo 16 Descubrir la verdad17 Capítulo 17 Acoso sexual18 Capítulo 18 Una aparición repentina19 Capítulo 19 La pelea de la expareja20 Capítulo 20 Confrontación inesperada21 Capítulo 21 El ayudante secreto22 Capítulo 22 La colega mandona23 Capítulo 23 La elegida24 Capítulo 24 La nueva directora25 Capítulo 25 La fiesta de empresa26 Capítulo 26 Actuación convincente27 Capítulo 27 La mayor humillación28 Capítulo 28 Otra treta29 Capítulo 29 Evidencia30 Capítulo 30 Competencia31 Capítulo 31 Motivación32 Capítulo 32 No lo creo33 Capítulo 33 Renuncia34 Capítulo 34 El ganador del proyecto35 Capítulo 35 Relajarse en el bar36 Capítulo 36 El argumento37 Capítulo 37 La apuesta38 Capítulo 38 La carrera de autos39 Capítulo 39 Ganar40 Capítulo 40 La conjetura de Laura41 Capítulo 41 La carta del abogado42 Capítulo 42 La verdad43 Capítulo 43 Declaración44 Capítulo 44 Suceso inesperado45 Capítulo 45 Firma del contrato46 Capítulo 46 Causar problemas47 Capítulo 47 Echarla48 Capítulo 48 Una disculpa49 Capítulo 49 Ponerle las cosas difíciles50 Capítulo 50 Modifica el plan51 Capítulo 51 Exponiendo la verdad en público52 Capítulo 52 Operación fallida53 Capítulo 53 ¿Por qué Marco hizo eso 54 Capítulo 54 Una llamada extraña55 Capítulo 55 Un nuevo problema56 Capítulo 56 Esto no ha terminado57 Capítulo 57 La esperanza de los Powell58 Capítulo 58 Justicia para mi hijo59 Capítulo 59 Pedir dinero prestado60 Capítulo 60 Un encuentro inesperado61 Capítulo 61 El supuesto sugar daddy62 Capítulo 62 Trucos sucios63 Capítulo 63 Celos64 Capítulo 64 Dale una lección65 Capítulo 65 Embriagarse66 Capítulo 66 Escándalos67 Capítulo 67 El contraataque68 Capítulo 68 El propagador de rumores69 Capítulo 69 No te incumbe70 Capítulo 70 El plan de Keely71 Capítulo 71 ¿Qué hice 72 Capítulo 72 La persona equivocada73 Capítulo 73 ¿Puedes concederme este baile 74 Capítulo 74 Déjame ayudarte75 Capítulo 75 Reflexión76 Capítulo 76 Esfuerzos desperdiciados77 Capítulo 77 Regalos78 Capítulo 78 Subasta de caridad79 Capítulo 79 Una ridícula oferta80 Capítulo 80 Mujer rencorosa81 Capítulo 81 La subasta82 Capítulo 82 Una pintura falsa83 Capítulo 83 La imitación era más costosa84 Capítulo 84 El donante de la pintura85 Capítulo 85 Comportamiento infantil86 Capítulo 86 El mundo es tan pequeño87 Capítulo 87 ¿Se preocupa por Loraine 88 Capítulo 88 Me desharé de él por ti89 Capítulo 89 Autolesión90 Capítulo 90 La mentira de Keely91 Capítulo 91 Su prometida92 Capítulo 92 Estafadora93 Capítulo 93 La ambición de Florence94 Capítulo 94 La visita de Liza95 Capítulo 95 Otros regalos96 Capítulo 96 Regalos de Wesley97 Capítulo 97 Chismes sobre Loraine98 Capítulo 98 Lecciones de romance99 Capítulo 99 Triángulo amoroso100 Capítulo 100 Protesta