XANNY
on el cuerno, el problema radica desde antes. Cuando era adolescente me mutilaba los brazos porque pensaba que eso había que hacerlo, porque e
ema no fue que terminé con el corazón roto, el problema es que había hecho probable
ta persona, en algún momento me enamoró, y a mi me rompió el corazón. Honestamente no podía quejarme, porque le había hecho tanto daño físico y mental, que pensé y sostuve, que hay cosas peores que hacerle a alguien que poner
abilidad y por primera vez en mi vida tuve todo, lo que dijeran no molestaba, no dolía, nada era tan inmenso y nada requería de inmutación. Pero como dije, por un tiempo. Unos meses tardé en acostumbrarme a los somníferos, ya que no me hacían dormir
tía como quería, que podía desnudarme frente a cualquiera, es más, quería hacerlo, porque todo estaba bien con mi físico, me sentía plena y cuando ese vacío volvía a visitarme yo tenía la solución, o
mal, que pensaran que era repulsiva o creída, pero no me importaba. Porque cuando sabes que puedes apagar el dolor, creas una línea imaginaria en la que no todo merece tu dolor. En parte no miento, no lo sentía. No todo podía tambalearme. Siempre había sido m
te, nadie lo era. Supongo que en ese tiempo había dado una mala impresión a quienes me habían conocido, pero no me importaba tampoco. Incluso creo que el ser humano busca lo que sabe que nunca lo apreciará. Siempre había sido romántica y detallista, me importaba estar enamor
rdido. Yo estaba perdida, yo no lo sabía y ninguno de los hombres con los que me acosté tampoco. Pero ellos sintieron lo que sentimos nosotros una vez tenemos sexo con alguien y sabemos que no nos volverán a llamar. Esta vez la que lo hacía era yo, y no fingía, no preparaba lo que sucedía como antes hubiera estado acostumbrada, solo e
s porque sabía donde las escondían. Me vieron algunas veces, cambiaban el lugar pero volvía a encontrarlas, así que dejaron de dármelas por algún tiempo,
as de las que crees que lo controlas y en realidad,
s voy a contar algo que creo que es menester para
onsumir drogas porque te las vende alguien de confianza que comprar las que necesitas y te haces adicto a la industria farmacológica porque crees que profundamente sin ella no vives. Siempre mi familia ha estado acostumbrada a lidiar con problemas como los de mi h
o recuerdo porque, pero estaba enojada. Me encerré durante días en mi cu
lo sabía, porque ni siquiera estaba ahí. Y entonces, un día, estaba tan triste, tan enojada con la vida, que solo quería dormir. Y tomé diez pastillas, sabía que no me matarían, entonces las tomé, y recorrí a duras penas mi cuarto mientras mi equilibrio se iba perdiendo de a poco. Y al día siguiente, mientras hablaba, tomaba unas p
seguí haciendo lo mismo
e por un mes visión doble, no podía escribir ni lo que sentía, no podía hablar fluidamente
or la ausencia de las pastillas. No sé nada de medicina, pero en el fondo sabía que no se sentía correcto. Pesaba cuarenta y cinco kilos y sin emb
do lloraba por las cosas tontas de la vida, pensaba que quizás mis amigos estarían preocupados por mí, que se habían dado cuenta de mi ausencia, pero cuando volví a tener celular me di cuenta que nadie me había escrito, que ineludiblemente no le i
o volvía. Estaba recuperándome y mi madre me abrazaba llorando sintiéndose culpable, dijo que ellos me habían hecho eso, pero que sald
uro, que debe ser un sacrificio de todos los días y no una sola excusa de ''lo hago porque estoy mal''. Pero sin embargo, esa excusa suena tan bien. ''No puedo cambiar porque soy así'' ''hago las cosas porque estoy mal pero nací así'' y aunque supiera que no quisiera lastimar a nadie en el camino, lo hacía de todas m
stuve sin pastillas eran una pesadilla, lloraba y sabía que estaba volviendo a ser yo misma, que después de haber sido otra vers