Adventu voluptatis a principio
e una fulgente estrella centelleaba solitaria en el fosco cielo de la noche. Entonces
ino hubiese entrelazado cada uno de los hilos que conformaban la vida de la veterana, para
iro pesaroso y bajó dubit
adorada nieta, quien, afable, dormía en la pequeña cama desgastada, co
cía un golpe frío y seco, que amalgamó todas las pus
extraño, lleno de penuria. Sabía que esa etapa le serviría a la niña para madurar a su temprana edad, pero eran solo doce años de
odo de hacer entender a la chiquilla, que, sin conocer el pasado que la rodeaba, estaba sujeta a un futuro lleno de inel
esperada, llena de angustia perceptible en todos los alaridos que expulsaba. La niña comen
, como una incrustación de dagas filosas enterrarse en su cue
con un rostro pálido por el terror de los evocados recuerdos fantasmas de su mente, inconsciente por la terrible fuerza
eza, la cual manejó una compostura relajada. Sin perder el tiempo,
a lloró con aflicción. Irene liberó algunas exhalaciones so
ese sueño? -pr
. sí -dijo
mo un aliciente para
i te narro un cuento?
, soy mayor.
do tenía tu edad, disfrutaba de la misma con gozo -mint
arle nada-, pero que no sea tan la
mayor
vina emperatriz, nombrada Mabel, descendiente de un linaje poderoso y determinado. Gobernante sabía de su santo imperio, la cual, mostraba el aclamado brío de su ser. -Llegado a ese punto, la abuela se percató que su nieta la observaba con mucha atención, esto la hizo continuar-. Ella peleó por lo que era justo, aunque,
ices esta historia?
en cuenta del llant
su nieta. Se veía tan indócil, como el espíritu de la niña frente a la muje
ave. Con lentitud, tomó la
ran entrelazar sus miradas, conectar sus sentimientos y manifestar el amor que
entía la suficiente seguridad para relatar la verdad a su
le, que mantuvo estáticas a la
-contestó la niña, sin ente
guir esforzándote y si esto sucede, descansa, e inmediatamente, ponte de pie con más ímpetu por tu verdad -agregó la
con tristeza, que aquel abrazo lleno de amor, sería el último de sus fugaces recuerdos con Irene, por lo que rogó que ese instante fu
que, por ahora, me siento cansada abuela. -Limpió los pequeños ras
rás un largo día mañana -s
nas noche
-Te
bía nada más sincero en su eternidad, que el dulce sentimiento mater
, la mujer volvió a la ventana y así observó el ex
os, se percató de una sonrisa tenebrosa, escondida en la inconmensurable oscuridad y supo, que
el cual, indicaba la te
ás fuerza. Deseaba encontrar la forma adecuada para esconde
chado para esconder el secreto, la verdad saldría a la luz y su nie
e partida e Irene no podría hacer nada
bra, apenas controlaba sus e
una vez fue el salvador del universo, proclamado como supremo emperador
nieta del mal -ex
a de nada, pero tal vez podría
ilizador, como una forma de liberación de la funesta vida de ambas féminas. Rezó incontables veces por la niña, tal