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Hasta que tus fobias nos separen

Capítulo 2 El testamento

Palabras:1633    |    Actualizado en: 21/03/2023

ecía Agustina, abanicándose

desempleada, con un hijo de treinta años, también desempleado. Se dedicaba a viajar y a darse lujos de to

hubiese sido demasiado corriente para el abuelo, mucho menos en alguna de las decenas de oficinas, cómodas y v

ndían hot dogs, tacos y frituras varias. Allí estaban ellos, los sobrevivientes de la famil

notar el modo en que la veían los demás. Tenía ella poco más de cuarenta años, era la hija menor. Había estudiado varias carreras, pero no había acabado ninguna. Sus intereses eran muy d

e afeitado, Magnus se mantenía estático. Apenas y respiraba. Sólo

broma!—volvió a repe

dio inicio a la lectura del documento. Tenía una sonrisa de oreja a oreja, nada

bajo venía haciendo desde que asumiera el mando hace unos años. Era el más respo

de la costa, de Agustina, los autos"... —El abogado fue me

puesto mucha ropa debajo para minimizar el tacto si es que lo abrazaban en el funeral. Estaba a

me quedaré con las propiedades de la

se la gorra de capitán de ya

s secuencialmente en el plazo de un año. La primera será revelada hoy: Desde este momento, tendrán tres

as sonrojadas y nada con qué abanicarse. Viendo que Magnus no se animaba a tomar

sta, ¿para qué me iría a las montañas?

documentos en su mal

os para continuar la lectura del testamento, todas las posesiones

l muelle. Allí abordó el yate del abue

Es muy lejos, no

pción, hija. Si mis patrones se van a las montañas, no me queda más qu

los Grandón durante toda su vida, quedándose con las migajas de su tiempo. Y ahora se la llevarían lejos

, madre. Yo me las arre

go que seguir con la mudanza

oras después, fueron ellas las primeras en llegar a la mansión en las montañas, una antigua casona en el valle, con otra prop

ndría una habitación en el tercer piso, las tías en el segundo, junto al hijo de Agustina, que estaba de viaje, pero qu

mos los unos a los otros —decía Agustina, mirand

te, nada. Sólo pastizales que parecían eternos

mos bien, papá tenía un sentido

tró a la casa. Sólo se quitó los implementos protectores tras una exhaustiva inspe

ijo, apoyándole la mano enguanta

que había sido como una tercera madre para él. Ese sutil gesto valí

ra casa, nada más. Ya podremos volver a la

do al cretino del abuelo,

sino tres años. El abogado llegó puntualmente y con la misma sonri

o se despegaban del enorme reloj de oro que lucí

l aire puro de las montañas, de lo maravillosa que es la vida lejos de l

sula: "Espero que estén disfruta

rrumpió Agustina—,

on el dedo que gu

la construí con mi

e Magnus había contratado al mismo equipo

amada esposa, tal y co

ijo Elena—. Este er

sa que sus amantes no se hubieran aparecido en el funeral. De segur

de amor, digna de un cuento de hadas

Se sacudió, negándose a siquiera intentar adivin

í se llevará a cabo

ta y desesperada, llena de locura. ¿Magnus casarse? El abuelo moriría esperand

o, cálmate —pid

crisis nerviosa. Había estado bajo

Magnus tenga una novia ¿Ya podemos

daré un incentivo para que se esmere en hallar una esposa. Si Magnus no se compromete en el plazo de

nus ¿No? Mis propiedades en la costa no

no consigue una novia en los próximos treinta días, s

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1 Capítulo 1 Zero2 Capítulo 2 El testamento 3 Capítulo 3 ¿Qué tan malo es ser pobre 4 Capítulo 4 Casting para esposa5 Capítulo 5 La candidata ideal6 Capítulo 6 El universo conspira7 Capítulo 7 Magnus y sus dos novias8 Capítulo 8 Planes paralelos9 Capítulo 9 Intereses secretos10 Capítulo 10 Resurrección 11 Capítulo 11 La elegida12 Capítulo 12 Contrato prenupcial13 Capítulo 13 Que empiece el juego14 Capítulo 14 Noche infernal15 Capítulo 15 Con la mano en la masa16 Capítulo 16 Nueva vida17 Capítulo 17 Un viajecito18 Capítulo 18 Más fuerte 19 Capítulo 19 Vestidos e ilusiones20 Capítulo 20 A la espera del vals21 Capítulo 21 El gran día22 Capítulo 22 Condena23 Capítulo 23 Conversaciones nocturnas24 Capítulo 24 Sus verdaderas caras25 Capítulo 25 Cuidado con los tiburones26 Capítulo 26 Magnus empoderado27 Capítulo 27 Mala influencia28 Capítulo 28 Perdidos en la jungla29 Capítulo 29 El mejor lugar30 Capítulo 30 Miel amarga31 Capítulo 31 Ácaros enamorados32 Capítulo 32 Alfas celosos33 Capítulo 33 Familia de artistas34 Capítulo 34 Magnus, el implacable35 Capítulo 35 Aterrizando expectativas36 Capítulo 36 Sobre besos y parásitos37 Capítulo 37 La venganza nunca es buena38 Capítulo 38 Terapia alternativa39 Capítulo 39 Casi casi40 Capítulo 40 Apocalipsis41 Capítulo 41 La cucaracha favorita42 Capítulo 42 Con la pata rota43 Capítulo 43 Eutanasia44 Capítulo 44 Loca y repugnante45 Capítulo 45 Inversión para el futuro46 Capítulo 46 Misión cumplida47 Capítulo 47 La tumba48 Capítulo 48 Ratas ruidosas49 Capítulo 49 Su perfume50 Capítulo 50 Al borde de la extinción 51 Capítulo 51 Los otros52 Capítulo 52 Ya parece conspiración 53 Capítulo 53 Bea, la detective54 Capítulo 54 Cuando el miedo es más fuerte55 Capítulo 55 Éste tampoco cuenta56 Capítulo 56 Preguntas innecesarias57 Capítulo 57 Un hombre de palabra58 Capítulo 58 Intromisión 59 Capítulo 59 En el borde del abismo60 Capítulo 60 A su imagen y semejanza61 Capítulo 61 ¿Y ahora qué 62 Capítulo 62 Hasta que ocurrió63 Capítulo 63 El nuevo Magnus64 Capítulo 64 La cenicienta65 Capítulo 65 El beso inmortal66 Capítulo 66 Epílogo