Marea de lágrimas

o podemos tener o no debemos tocar, nos resulta tan atractivo y tentador? Lo prohibido tiende a inspirar más nuest

tada. Mi boca puede llegar a ser una completa mentirosa, pero no mi corazón y si todos pudieran oír el corazón de otros, estoy segura de que seriamos gloriosame

en mi mundo, el exterior es una existencia desconocida para mí. Más allá de la superficie

más. Vivo atada de la cola a esta profundidad de la que nunca he sido libre y yo siempre me he preguntado ¿Qué

rmarme con lo que ya tengo. Él siempre quiere decirme que hacer, jamás ha escuchado ninguna de mis

ra bajo la oscuridad que muy pocas veces logro salir a la luz y saciar su curiosidad, me di cuenta, que en la tierra

ue no entendía y eran muy diversas, otros tenían pieles oscuras y aperladas, pero al final, todos e

oso que portaban en sus cuerpos, eran una clase de rara vestimenta que cubría gran parte de sus pieles e

tenían colmillos como los tiburones, ni garras afiladas y fuertes

de nuevo tocaban esa música ruidosa, también reían, se les notaba felices haciendo esos movimientos que consistían en saltos y más saltos

edio de la noche o el coral en constante movimiento a su voluntad. Ellos realmente eran diferentes

quellos gritos pidiendo ayuda, su voz me traspaso como la brisa en los atardeceres y su cuerpo herido

para mantener un control. Me acerque al hombre que no lograba mantenerse flotando, se hundía en el mar y se ahogaba desti

vitar que siguiera hundiéndose y tampoco debí haberlo llevado a su sup

a verse atraídos por la tragedia y lo sostuve con miedo, aun

y me tomo toda la noche llevarlo hacia allí. Luche contra su necesidad de respirar y su tamaño superior al m

tí ver su rostro. Aún tenía los ojos cerrados, pero sus labios entre abiertos y en mi pecho se acumuló una extr

dorados como los rayos del sol y su pecho desnudo subía y bajaba con lentitud. Aunque parecía completamente dormid

las mías, al final eran iguales. Su pecho era plano, pero era normal porque es un hombre y lo que me devolvió a mi descabellada realidad, fue mirar hacia abajo. El poseía solo una