Una loba para el Beta
ian abrió la puerta la pregunt
con la mirada - Rox no olvides ante quién estás - Agregó el Beta cuyo rostro derrochaba fastidio y al
por la loba le había prestado toda la atención a la Loba - La Hermandad lleva 50 años de los cuales los últimos 5 tú y yo compartimos la cama estoy en todo mi derecho de sol
de manera seria a la mujer que tenía ante él - ¿Eso es
os en la Tierra del destierro bajo todas las Leyes d
ció el rostro a la Loba - Ahora ve a dormir - Ordenó el Beta depositando un beso en la fr
nsumar, los desterrados tenían una fuerza salvaje muy superior y no pensaban en nadie más except
de pie, se había tomado una ducha y 5 minutos antes de las 6 de la Mañana había salido del lugar en donde había pasado
os guardias que la examino de la cabeza a los pies
pregunta realizada por
ayer - Respondió la loba co
sonreído - Soy Rick, guardia P
ezando a interesarse por los roles, puesto que el sitio y
ente al Mando aquello que las Manadas Tradicionales conocen com
esentará a las 6 de la m
te bien, unos minutos después el Guardia había guiado a Lillith hasta la casa en donde los desterrados tienen sus entrenamientos
nan erizo la piel de Lillith - Hasta que llegas - la voz del Al
había dado la cara, en ese momento ta
cia lograba que Lillith se sintiera pequeña ante él,
Si no la matas yo te mató a ti - El Alfa se acercó a la loba - ¿Me escuchas? La matas o te mueres - La barbilla de la loba fue sostenida fuertemente - Y tú ya sabes lo que
tenga un buen día - Rick se había alejado dejando al Beta y a la loba a
e enrojecieran - Aquí no estamos para tomar café o para Tejer, aquí estamos acostumbrados a matar, a dejar
igua Luna - Fue la repuesta contundente dada por Li
presado aquellas palabras, también había agarrado una mosca apretándola en la
os personas estaban envueltos en su propia burbuja - Mátame y ahórrame de cargar con la culpa de
ta había expresado aquellas palabras, las pequeñas manos de Lillith había impactado en el rostro del Beta, logrando que la furia se encienda como un
e pone una mano en mi rostr
ith se había vuelto descarada acariciando con su lengua los labios del Beta, aqu