Y Yo Los Declaro, Matrimonio Arreglado
por la mentira que Kenia, su hija mayor, le había dicho. Ella lo convenció acerca de la inmensa posibilidad que había para que Draco Velariza pidiera su mano en esa cena que se programó. Kenia
degustar un buen vino de uva. Poseían las bodegas más grandes de esta exquisita bebida, como a su vez una tradición tricentenaria. Incluso muchos se atrevían a llamarlos "Los duques del vino" por su supuesta clase, y buen gusto. Draco Velariza era un jóven de aproximadamente unos veinticinco a veintinueve, quizás hasta treinta años de edad. Realmente su edad era todo un misterio para todo el mundo. Un flacucho, y escuálido sujeto de piel muy blanca que le encantaba usar todo tipo de maquillaje. Según él, eso le ayudaba a mantener su piel protegida de los inclementes rayos del sol. Su padre era el duque del vino, Franco Velariza. Él también se mostraba muy alegre por esta cena en casa de los Thorme, y
ami. El hijo de Thania, y Gustavo. Primero de Kenia y Karol tenía aproximadamente la edad de ambas. Esto lo hacía ser contemporáneo con ellas. Estas seis personas eran los felices habitantes de la mansión Thorme. Quiénes tendrían el maravilloso privilegio de recibir a los distinguidos dioses del vino. En este mundo era normal ver este tipo de hipocresía cuando el dinero estaba de por medio. Tanto el señor Thorme, como el duque Franco Velariza,
importante propuesta esa noche. Los empleados cumplieron con lo solicitado por el señor Thorme. La mansión quedó especular. Todo un palacio de los sueños digno para albergar una cita de tal calibre. Una verdadera maravilla que llenaba de luz los ojos de todos los presentes, incluso los de Karol a pesar que estaba teniendo una muy mala noche esa vez. Un mensajero improvisado avisaba con entusiasmo la tan esperada llegada de los caballeros Velariza. Un elegante carruaje con estilo medieva
arreta. ¡Eso sí que sería un truco de magia bárbaro! - bromeó Karol en ba
os distinguidos visitantes - exclamó el padre de Karol muy m
omo ella? - expresó Kenia de forma despe
pletamente acostumbrados a las divas del cine mexicano. La delegación de la empresa de vinos llamada Velariza, hacían su magistral entrada a la mansión Thorme. El señor Franco saludó cordialmente a todas las personas allí presentes frente a la elegante fuente de agua. Por su par
a dama que es. Con todo el respeto, y atención que ella merece - dijo el duque del vino, el señor Franco Vel
a acercase lentamente hasta dónde se encontraba Kenia parada - Señorita - dijo calladamente con caballerosidad mirand
timidez la mejilla derecha de esa chica frente a él. Luego de eso se alejó con presura colocando aquel pañuelo bla
- dijo el duque muy orgulloso del sement
amor! - gritó Karol continuan
xcepción de Kenia quién al parecer era la única
n una buena copa de vino Velariza! ¿Dónde está el salón principal? - gritaba el
que sus distinguidos invitados le siguieran hasta el salón principal dónde
n de ganar ese puesto en la compañía de su padre era más bien una cuestión de honor. El orgullo de finalmente ganarle en algo a su odiosa, e infernal hermana. Por su parte Draco Velariza se sentaba a la mesa junto a su padre, y
emente que hiciera lucir su trasero. Esto nunca fue algo resaltable para la familia, quiénes por el contrario siempre lo trataron como uno más del equipo. Esa noche Flavio se veía muy enérgico sirviendo la mesa. Bailaba librement
nia. Quiero saber si es posible que hablemos con libertad acerca de los beneficios que esta maravillosa unión pudiera traer para
die. He puesto una simple condición para que mis hijas puedan reclamar el puesto que dejaré al frente de mi compañía. Siempre he anhelado entregarlas en el altar a un buen hombre que pueda amarlas con la misma entereza que yo. También deseo ser abuelo posterior a eso. Es por eso que he decidido ofrecer el puesto para la primera que logr
á, hasta esta, su mansión. Él quiere pedir su bendición para desposar a la hermosa Kenia. Al pedir su mano podrá casarse cuánto antes con ella para finalizar esta unión majestuosa.
, y continuar totalmente fuera de la conversación - ¿Me disculpas? ¿Señor Thorme? ¿Dónde
na un poco, y seguramente hallarás uno - explicó el señor Thorme
ara hacer la petición de la mano de Kenia - afirmó el duque Franco Velar