Perversa Adicción

dy Jo

y ben

amor era una bendición, una profunda y bonita, que se debía apreciar, y no había mejor manera de hacerlo que agradecer todos los

y ahora lo más importante es el dine

o, pero cuando intento decirle ella solo... Se aleja.

estuviese aquí. Desde que

luz ni agua, pero es decir...De qué sirve matarte día con d

o puede ve

iene que adaptarse a sus condiciones, o al meno

o mi madre es enfermera hoy le tocaba quedarse toda la madrugada de guardia. Solo e

ra la madre

o ganas de hacer nada. Solo deseo quedarme

e, recalcando la hora más larga, al término de las clases normales

shb

nería en el patio, para aquellos alumnos que tengan interés...Y con eso finalizamos la reunión, sería

ñero— nos podemos retirar entonce

por mi parte ya que, desde que llegué el profesor Levlok

pero que sea la última, no pienso volver a tener que reunirnos aquí, además de que no podemos elevar tanto la voz.

ueda en la esquina del instituto, y mien

camente un B

lo que m

estacionado enfrente mío. Las ventanas del co-conductor f

el profesor Levlok, quien me ob

ias en verdad— digo tratando sonar lo más ama

a aquí y ya es tarde anda, sub

viene mi bus, así que gracia

rando el autobús y me subiendo a toda pr

l Flas

lo quería ser amable, pero en verdad me asustó. Es decir, un profesor

a sólo pa

saje nuevo. Genial, al menos evitaré v

Fr

ponte más hermosa de lo que y

Q

CES QUE

s, no pienso perder ti

o y al primer

a ne

eso de que en 15 te busco?—hago miles d

nta, así que ya sabes, voy por ti

so ir—re

ti y si estás en pijama igual

más

En verdad hoy no tengo gana

n mi pared y su

que por fin me decidí. Me coloco una falda rosa, un top blanco, una ch

lo más rápido que puedo, y cu

todo lo he hecho en tiempo récord,

éfono y me dedico a esperar a

to no tardó en sonar. Bajo rápidamente al

una sonrisa, apoyado en

da mal— alago escaneándol

y toma mi mano para

**

alcohol en cada esquina

chicos de ultimo

ailaban animadamente e incluso me invitaban pero, me sentía más cómoda con mi amigo. Con muc

ro— vamos a bailar bonita—me

o y nos dirigimos

ndo pasos extraños y graciosos. Hace mucho no me sentía tan li

asta el suelo—muévelo amigo, hasta abajo—al parece

s hecho con Cassidy?— pr

vamos, imítame—le pido para des

comienzan a seguirme riendo y gritando al unísono. Veía sus caras, sus movimientos. la

tanto no lo había hecho jamás, dejando atrás

on y grite hasta quedarme sin voz ni a

sería la última en que disfr