icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon
Capítulo 6
Cómo piezas de Puzle
Palabras:2247    |    Actualizado en:12/01/2023

Amelia jamás había considerado que sus planes no fueran como ella había planeado, era una Hamilton, siempre conseguía lo que quería, pero aquella detestable mujer no solo había aparecido una vez en su vida para arruinar sus planes, sino, ahora, aparecía una segunda vez…

Si tan solo no se hubiera tenido que ausentar … No, era imperativo que estuviera fuera esos tres meses, ahora solo debía mantener a Erick a raya, mientras él no abriera la boca, todo seguiría según sus planes, incluso con aquella molesta basura que había decidido aparecer.

Cualquiera pensaría que tendría un poco de culpa o conciencia por haber abortado aquel bebé, pero Amelia no, lo consideraba un pequeño contratiempo, uno que le había costado la fiesta donde anunciarían su compromiso junto a Aiden, pero no era algo irremediable, Erick, por otro lado, él muy desvergonzado, había comenzado a pensar que tenía ciertas atribuciones con ella, y lo dejaría pensar eso, ya que su aporte para los planes de su prometido y sus propios planes, era un factor conveniente.

Ahora lo importante era mantener el odio de Aiden hacia Rossette, no requería mucho esfuerzo, ya que las huellas de su plan de hace tres años hacía dejado heridas profundas en su prometido, y su rencor no era algo para tomar a la ligera, de otra forma, ya habría perdonado a la tonta esa, pero la muy lenta, probablemente ni siquiera sabía aún de dónde venía tanto odio.

El sonido de su teléfono sobre el escritorio la sacó de sus divagaciones y maquinaciones. Miró la pantalla y gruñó hastiada, pasando una mano por su larga cabellera rubia, se acomodó en la silla detrás de su escritorio y tomándose unos segundos para buscar su calma, contestó…

—Hola preciosa —saludó Erick al otro lado de la línea, era tan empalagoso que resultaba una molestia.

—Hola cariño, —contestó ella con su mejor versión de dulce y melodiosa voz - ¿Qué tal todo por Madrid?

Erick, al otro lado de la línea, había sido el mejor amigo desde la infancia de Aiden. Soltó un suspiro, cansado.

—Lo mismo de siempre, las negociaciones para las nuevas centrales petroleras, son una molestia - dijo hastiado,— No quiero hablar del trabajo, ¿Dónde estás? ¿Qué estás usando?

Ella soltó una suave risa aguda y falsa, pero el tonto de Erick se la tenía más que creída

—Estoy en la oficina, he tenido varias reuniones durante la mañana — mintió, por supuesto, Erick no tenía por qué enterarse de que había estado en la fiesta de los Campbell — y utilizo el vestido palo rosa que me regalaste.

—mm… amo quitarte ese vestido —dijo el otro —¿Has podido hablar con Aiden?

—aún no— se hizo un tenso silencio en la línea, la rubia hizo rodar sus ojos, sabía por supuesto lo que venía, Erick llevaba años queriendo lo mismo, el pobre no tenía idea que ella jamás haría sus sueños realidad —¿Qué sucede, corazón?

—¿Cuánto tiempo más, Amelia?, Llevamos saliendo a escondidas de Aiden durante muchos años,— se quejó con pesar, porque, pese a todo, Erick era una buena persona, un amigo leal, lamentablemente se había enamorado de la mujer equivocada —Aiden todavía piensa que se comprometerá contigo, incluso cuando se casó con otra, es nuestro amigo, debemos confesarle nuestro amor. Él no nos juzgará cómo crees… Es Aiden, no se enojará con nosotros.

“Menudo idiota”. Pensó Amelia haciendo rodar sus ojos.

—Lo sé cariño, pero no es tan fácil, si lo fuera ¿No crees que ya habría gritado nuestra relación?

—¿Entonces? —presionó él.

—Nuestras familias han sido amigas y socios durante años, hay demasiado en juego con este compromiso, Erick, no puedo simplemente enviar todo el trabajo de Aiden a la basura, no es justo…— Ambos sabían todo lo que había trabajado su amigo para sus planes y tener todo lo que tenía— o es que … ¿O es que acaso no confías en mí?

Preguntó ella fingiendo a la perfección su papel de víctima.

—Sabes que no es eso.— dijo rápidamente al otro lado de la línea con un tono lleno de comprensión —Conozco tu amor Amelia, sé que al final seremos muy felices.

—Por supuesto, solo dame algo de tiempo ¿Sí? — pidió ella.

—Claro, he esperado años por esto, puedo esperar un poco más —Dijo finalmente Erick, resignado— Por cierto, ¿Ya supiste quién es la esposa de Aiden?

—No, cómo te dije, no he podido hablar con él aún —mintió descaradamente la rubia.

—No hay noticias sobre la boda en ninguna parte y no he podido hablar con Aiden— dijo Erick— Estoy preocupado por él. ¿Quién les habría hecho algo así? Drogarlos para meterlos en la misma cama…

Otro asunto que debía averiguar, según sus informantes, alguien los había drogado a ambos, pero ¿Quién? Muy probablemente algún competidor del rubro, era lo más certero, alguien que quisiera arruinar las relaciones económicas, las negociaciones entre Campbell y Hamilton, las dos empresas más grandes del rubro logístico comercial. Mientras Campbell tenía la delantera en poder en lo que respecta a las importaciones en navío, portuarias y terrestres en todo Reino Unido, Hamilton tenía las aerolíneas comerciales más grandes del país y una de las más importantes a nivel europeo.

—No podemos suponer nada aún —Dijo ella— Pero no me extrañaría que hubiera sido aquella mujer. Aiden era soltero y viene de una buena familia.

—¿Una cazafortunas? —Inquirió Erick al otro lado de la línea, escéptico.

—¿Por qué no? …

—Tienes razón, primero hay que ayudar a Aiden a salir de aquel horrendo matrimonio, después hablaremos con él —zanjó Erick

—¡Es una buena idea, mi amor!— contestó ella simulando sorpresa y alegría.

—Avísame si necesitas algo.

—Gracias Corazón. —contestó ella y luego de algunas palabras más cortaron la llamada.

Por otro lado, en la residencia particular de Aiden, Rossette se bajaba del Mercedes negro de su esposo, molesta e indignada luego de haberla tironeado y sacado a rastras de la casa de su abuelo. Y como si fuera poco, había tenido que hacer de celestina aquella tarde.

No fue hasta bien entrada en la noche, cuando ella bebía una copa de vino en la terraza de la casa, dispuesta a relajarse un poco, que Aiden entró por la puerta principal del domicilio, cansado se quitó la chaqueta del traje y soltó un poco el nudo de la corbata, entonces la vio, hermosa, siempre preciosa, ya en su camisola de satín verde esmeralda, corto hasta las rodillas y abierto en los costados hasta el muslo, la tela se ajustaba suavemente a su esbelta y delicada figura con alevosía, un generoso escote en V con un delicado toque de encaje sobre el borde y encima, ella siempre usaba una bata a juego abierta, descalza y su maravillosa melena negra caía sobre el satín, cuando la veía así… Simplemente, le quitaba el aliento, era la mujer más hermosa que había conocido jamás, y eso le enfureció aún más, ¿Por qué las cosas habían terminado así?, ¿Por qué demonios estaba tan podrida por dentro?. Sin poder contenerse más, se dirigió hasta ella para encararla.

—¿Cuánto más?— preguntó él, la ira en su voz era una cuchilla filosa y cruel — ¿Cuánto más planeas seguir humillándome?

—¿Disculpa?— preguntó ella, completamente indignada, que se había girado para verle cuando habló-¿Cómo es que yo te he humillado a ti? ¿No fuiste tú quien se presentó con Amelia del brazo frente a toda tú familia?

—¡Amelia no tiene nada que ver en esto! —le advirtió él y tuvo que usar todo su autocontrol para no seguir gritando, ¿Cómo se atrevía a cuestionarlo?— Apareces en la fiesta donde anunciaremos nuestro compromiso, estaba toda la élite Europea, ¡haces que me droguen y me obliguen a casarme contigo!, ¿Tienes idea de lo que está en riesgo?

—¡No! ¡No lo sé! — respondió ella perdiendo la calma unos segundos, Aiden quedó en silencio en su lugar, incluso años atrás, jamás le había visto perder la calma— Porque pese a lo que creas, ¡también fui embaucada en esto!, ¡No vine a Londres para tratar de casarme contigo!, ¡Ni siquiera esperaba volver a verte en mi vida! - Exclamó ella dejándolo estupefacto, una parte de él entendió, que incluso en lo malvada que pudo haber sido aquella mujer en el pasado, tal vez y solo tal vez, en eso estaba siendo sincera.— Mi honor… ¿Cómo enfrentaría a mi familia si aquel rumor se espacia? ..

—¿Cuál honor?— se burló él —Tu pésima reputación deja mucho que desear, tus amoríos son prensa pública.

Aquello fue suficiente para terminar de acabar con el temple que ella había practicado durante años, normalmente no le importaba lo que dijera de ella, estaba acostumbrada, pero que ÉL la tratara como una cualquiera… Simplemente lo sentía imperdonable. Rossette no había tenido un solo amante en su vida, lo más cercano a un novio había sido Aiden, cuando ella había malinterpretado sus sentimientos años atrás.

—Rumores falsos.— aclaró ella, su postura y su voz era una absoluta seriedad, no había pizca de duda o mentira en su voz o su mirada, Aiden se arrepintió para sus adentros de sus palabras en aquel mismo segundo— Mentiras que yo misma difundí, una pantalla.

—¿Por qué? —Cuestionó él, incapaz de retener su curiosidad, la pequeña esperanza que había perdurado en el fondo de su pecho durante años. Ella desvió la mirada unos segundos antes de mantener la una vez más.

—Porque tengo a alguien que proteger. — zanjó y las garras de los celos ardieron en el interior de Aiden, su mirada se volvió dura una vez más.

—¿Alguien que proteger? Vaya… — Su tono aún irónico— ¿Esperas que te crea? ¿Después de todo? ¿Por qué debería confiar en ti?

Ella le dio una mirada que caló en lo más profundo, atravesó toda su ira y rencor, una mirada llena de significado, de palabras no dichas y recuerdos hermosos. Sus hermosos y carnosos labios dibujaron una sonrisa triste que lo dejó completamente mudo.

—¿Confiar en mí? Nunca lo hiciste, ¿Por qué piensas que buscaría eso ahora? —Preguntó, e incluso le dio un par de segundos para que respondiera, pero Aiden no fue capaz de articular una sola palabra. — No buscó nada de eso Aiden. Asistí a esa fiesta porque fui llevada como invitada junto a varios actores de la empresa de entretenimiento con la que firmé, si no me crees puedes ir hasta ellos y preguntar, nuestra presencia estaba confirmada hace más de un mes. Recuerdo haber tomado una sola copa de Champán cuando el mesero me la entregó, luego me excusé para ir al baño, me sentí mareada, tenía el pulso acelerado, llegué al lavabo, me mojé con agua fría el cuello y lo siguiente que recuerdo es abrir los ojos y verte dormido a mi lado en aquel sofá, cubiertos por una manta, te iba a despertar cuando las puertas del salón se abrieron y toda aquella gente se quedó mirando.

Aiden escuchó atentamente cada una de sus palabras, él había sentido lo mismo, en el mismo orden, había tomado una sola copa de Champán, luego salió al balcón para respirar un poco de aire debido al repentino mareo y después nada…

Rossette no mentía… Su instinto le decía aquello, y la gran mayoría de las veces, aquel sexto sentido no se equivocaba. Entonces…

—¿Tienes alguna idea de quién pudo habernos hecho esto? —Preguntó finalmente, cauto, pese a lo que creía, no podía creer en ella ciegamente, sería un idiota si se dejaba engañar una segunda vez.

Ella negó con la cabeza.

—He tenido fans intensos y Anti fans violentos, pero jamás me habían tratado de drogar o hacer daño de forma física. — aseguró ella.

—Entonces, muy probablemente, tú fuiste solo un mal necesario, un chivo expiatorio, su verdadero objetivo era yo y mi próxima asociación con los Hamilton. — concluyó él. — Incluso si decidiera creerte, tengo una duda. ¿Por qué un mes?

Rosette tardó en contestar, al Aiden del pasado no habría dudado en decirle toda la verdad, su identidad y aquellas preocupaciones que atormentaban su corazón día y noche, pero aquel chico universitario que alguna vez pensó en confesarle todo y entregarle todo… No era el hombre cruel que estaba delante de ella. Y no se sentía segura para vulnerar su corazón una vez más.

—La persona que quiero proteger. En un mes, es probable que ya no se entere de esto. Ya no estará para saberlo.— dijo finalmente y el orgullo de Aiden gruñó, las garras posesivas que pensaba muertas en su interior rasgaron con toda su fuerza. ¿Tanto lo amaba? ¿Qué clase de hombre sería?

—Bien. Te voy a creer, por ahora. — dijo tenso, casi había escupido cada palabra— seguiré este juego, de cualquier forma, si nos separamos antes, alertaremos a los malnacidos que nos pusieron aquí y no pienso dejarlo pasar. También investigarás. Si eres inocente quiero que me lo demuestres. Solo entonces volveré a confiar en ti.

Rossette suspiro, cansada y hastiada.

—¿Por qué te ayudaría en esta búsqueda? —preguntó ella finalmente.

—Porque me necesitas por un mes. ¿Tienes que protegerlo no?— preguntó y una mueca de desagrado se dibujó en el rostro de ella.

—Usaré la habitación de abajo.— anunció Aden finalmente antes de darse media vuelta y dirigirse al dormitorio señalado. Rossette se quedó ahí, confundida, herida y agotada. Se dejó caer en el sofá más cercano, pasó su mano por la sedosa melena negra y durante algunos minutos solo se quedó mirando la puerta de la habitación donde había desaparecido Aiden

Obtenga su bonus en la App

Abrir
1 Capítulo 1 Boda 2 Capítulo 2 Tres años atrás, Escuela de Economía, Oxford. Flashback 3 Capítulo 3 Cumpleaños 4 Capítulo 4 Identidad 5 Capítulo 5 Tentación 6 Capítulo 6 Cómo piezas de Puzle 7 Capítulo 7 Dudas8 Capítulo 8 Trato y cosas claras9 Capítulo 9 ¿Celos 10 Capítulo 10 Rumores11 Capítulo 11 Rumores y verdad12 Capítulo 12 No puede ser tan sencillo 13 Capítulo 13 Poner en orden14 Capítulo 14 Figura pública 15 Capítulo 15 Caretas16 Capítulo 16 Sospechas17 Capítulo 17 Interruptor18 Capítulo 18 Sentido de posesión 19 Capítulo 19 Tensión 20 Capítulo 20 Conjeturas 21 Capítulo 21 Accidente 22 Capítulo 22 Panico23 Capítulo 23 Mía 24 Capítulo 24 Memoria25 Capítulo 25 Verdad26 Capítulo 26 La fragilidad de la memoria27 Capítulo 27 Despertar 28 Capítulo 28 De las cenizas 29 Capítulo 29 Control30 Capítulo 30 Cambios31 Capítulo 31 Detalles a confesar 32 Capítulo 32 Escudriñando33 Capítulo 33 Convivencia 34 Capítulo 34 Mancha en el corazón 35 Capítulo 35 Un hilo menos 36 Capítulo 36 Un hilo más 37 Capítulo 37 Elegir un solo bando38 Capítulo 38 Recursos y Amigos 39 Capítulo 39 Confusiones 40 Capítulo 40 Dignidad 41 Capítulo 41 Vulnerable 42 Capítulo 42 Giovanni 43 Capítulo 43 Verdad44 Capítulo 44 Necesidad de poder 45 Capítulo 45 Reflexión 46 Capítulo 46 Cruda verdad 47 Capítulo 47 Casi48 Capítulo 48 En busca de respuestas 49 Capítulo 49 Corona50 Capítulo 50 Juntos51 Capítulo 51 Francia, 8 años atrás (Parte 1)52 Capítulo 52 Francia, 8 años atrás. (parte 2) 53 Capítulo 53 Francia, 8 años atrás. (Parte 3) 54 Capítulo 54 Francia, 8 años atrás. (Parte 4)55 Capítulo 55 Francia, 8 años atrás ( Parte 5) 56 Capítulo 56 Londres. Actualmente 57 Capítulo 57 Nueva oportunidad 58 Capítulo 58 Regalo de cumpleaños 59 Capítulo 59 Valor de un regalo 60 Capítulo 60 Negocios 61 Capítulo 61 Desenredando la verdad62 Capítulo 62 Flashback, Atte Marcus. 63 Capítulo 63 Amigas de la facultad 64 Capítulo 64 Tierra Hamilton65 Capítulo 65 Final de lo que nunca fue y de lo que pudo haber sido66 Capítulo 66 De vuelta 67 Capítulo 67 Despecho 68 Capítulo 68 Una pequeña nota69 Capítulo 69 Vigilancia 70 Capítulo 70 Después del Ocaso …71 Capítulo 71 Hola… Otra vez.72 Capítulo 72 Primitivo73 Capítulo 73 Propuesta 74 Capítulo 74 La ciudad del amor 75 Capítulo 75 Solo... Vivir76 Capítulo 76 Negación 77 Capítulo 77 Deseo78 Capítulo 78 Confesión 79 Capítulo 79 Interrogatorio de Meliak80 Capítulo 80 Delicioso control81 Capítulo 81 Fiesta de compromiso 82 Capítulo 82 Solo un baile83 Capítulo 83 Semántica 84 Capítulo 84 Lealtad 85 Capítulo 85 Final