ADICTA A LO PROHIBIDO
na, la princesa guerrera. Así que mi motivación para lograr mis metas siem
ba el morbo de los hombres y mostraba una mala imagen de cómo debía ser una mujer. A mí, por el contrario,
e hasta el punto de someterla. Y así fue hasta el día de su muerte. Está demás decir que no lo lloré, más bien sentí pena por él. Murió sin ver cómo su hija, a
ción con sus padres la afectó eternamente. De hecho, se tra
es que le ofrecía a mi madre, sobre todo cuando prefería acostarse con otras en vez de su esposa
hacerme una promesa:
or ahí: nunc
el conocimiento necesario para lograr prepararme para mi profesión. Tenía una meta en mente, la de ser unas de las pocas muj
e implantaban, lo completaba, pudiendo ganarme la admiración de mis superiores. Tanto así que, luego de poco me
enes y las faldas son simples empleados sujetos a obedec
CEO, luego de un tiempo, reunió a todos los gerente
dos nos miramos con incredulidad -. No es secreto que mi condición de salud se ha deteriorado en este último
, creo
ale y yo no éramos particularmente un "dream team" -. Como sabrán, mi puesto estará disponible. Los accionistas al
entre todos no se hicieron esperar. Había mucha tensión. Al principio se creía que
ue la mejor opción para mi remplazo, estará aquí. Para mí, todos están capacitados para asumir responsabilidades - se l
profundidad de sus ojos penetró mis defensas. Él sabía
lograban crear cambios en mi vida. Me sentía pensativa y muy risueña. El
e pueda generar ciertas dudas sobre mí. No culpo a nadie de eso, incluso aceptaré qu
enos en las relaciones por obvias razones. Sin embargo, de alguna manera, Roy me
amor que nunca había experimentado. La manera en cómo actuab
o, por el contrario, un mar de aristas y directrices. Yo me incl
ndo le dije sobre mi posibilidad de ser CEO de la e
r - dijo mientras preparaba
o
ás consi
rso desnudo cubierto por un delantal negro mientras cortaba algunos vegetales. Siempre me impresionó loé tu silenci
a realidad. Poder era lo que mi padre tenía sobre mi madre, mientras que el dinero era lo que tenía para comprarme la
Paris, ser el Chef del Continental, el restaurante más imponente y con más tradición de Francia. Por otro lado, él había
icultades de mi propio destino. Yo no quería un título. No me importaba las etiquetas. Mientras él era llevado todos los días en auto prop
a absorbida por otra grande. Yo quería poder, yo quería ser la empresa que absorbe
decir. Pésima r
mi esposo era precisamente su capacidad para implementar una paciencia bendecida sólo por dio
do, se lavó las manos e hizo a un lado su delantal negro. S
encima de sus pómulos afeitados. Su nariz era perfilada y sus oj
ara mí -agregué al ver que
n oportunidad para
actamente a lo que se refería, pero inc
ros y una camisa de cuadros negra con las mangas rec
-le pregunté só
omo respuesta fue el sonid
harla -dij
z. Él era muy diferente a mí cuando se trataba de sobrellevar sus problemas, prefería sentarse al frente del mar y pensar. En cambio yo, era más del tipo de persona que ocupaba su tiempo con trabajo. Si
e al restaurante. Entendía profundamente a mi esposo, al igual que yo, él también tenía ambiciones, cosa que admiraba de él, pero esa oferta en Par
me en mi trabajo, había mucho por hacer y el tiempo parecía demasiado corto. No f
rminar la jornada, mis empleados
nos dio -dijeron un par. Uno de ellos sacó una
enían
mos hacer por usted. También se ha corridos un rumor,
iosidad. Los colegas se veían unos a otros
qu
la nueva CEO de Industrias Teck? -p
partir del momento exacto cuando me dieron la noticia, sabía que no podía cometer la impr
-. Le dije a Rick que tales preguntas no deberíamos
blando, si el de
luego te dije
hicieron silencio. Al igual que ellos, yo también estuve en sus lugares y me emocioné
ero los encargos que pedí. Con respecto a lo otro... -pude notar sus expresiones
ivo para salir hoy p
nté con una falsa mirada seria. Luego de ello
a jefa tambié
palabras y súplicas. Pero no podía, todavía el
s, yo después
a de sueños cuando vi su
lo mismo, pero
vez no será diferente? Vayan, y
dijo mi secretaria
rte es lo que me llevó a estar donde estoy. Aún así, no le vi la necesidad de segu
casi nada que recriminar. Siempre eran responsables y se adap
mi teléfono sonó. Al ver la noti
stás a
e lo olvidarí
ué estás
La
oy en buenos términos con mi suegra, muy al contrario de mi suegro, que curiosamente me llevaba mejor con él q
ento mucho. Llegaré
o, ya no nec
eando un odio. Mi actitud defensiva se postr
yer. ¿Qué mierda iba a creer qu
o simplemente lo hice. Y en el exacto instante de hacerlo. Me arrepentí
a disculparme.
creyendo que era mi esposo. Ésta vez no era él, provenía de
conocido:
so, pensé si era correcto o no hacerlo
persona más impresionante y dominante q
n una perspectiva en donde, desde donde est
nte, supe que serí