UNA TRISTE HISTORIA DE AMOR
os los dÃas me tiro a la cama e imaginó cómo serÃa el
odo lo que he sufrido sola aquà sin unas pa
ago m
sufrido mucho con
su hija y no cómo un mueble de la casa
da por un largo rato hasta que
oco de miedo sera por la soledad. Creo que dormi mucho ya es muy tarde y no me habal
lago. Sólo prendió una pequeña lampara para que nadie se diera cuenta de que ya habÃa despertado no querÃa que na
ar e ingeniar muchas ideas porque es c
ón donde se encontraba una pequeña puerta con candado. Es ahà donde ella guarda esa apreciable caja con diarios escritos desde que tenÃa 6 años de edad. Los diarios eran simples libretas pero contenÃan emociones y grandes recuerdos de su infancia
con mucho detalle aquella caja sola
y sus grandes libretas y soltaba una y otra sonrisa con unas
bitación. Ella con la desesperación puso la caja bajo la cama. Pero
anca es
estás de
pada por ella, ya que no habÃ
porque no esperaba que aún alguien estu
a me sentÃa algo cansada y no tenÃa hambr
tienes esas lagrimitas en tus ojitos algo te preocup
despertar y ver que ya era de noche, y que no pude cenar
n quedado dormidos pero
dres se dieran cuenta, me podrias traer uno u mi vaso de leche y me pláticas aquellos cuentos de aquel lindo pueblo que te vio
a delociosa cena de Vianca. Mientras se acerca a la cocina se preguntaba ella
er para poder reflejar esa sonrisa q
esto si no le puedo enseñar ya que es solo mio mis recuerdos mia emocey mis tristezas
ana con la cena
itas algo más
latiques del pueblo que te vio nacer para poder tran
pre jugabamos en los frondosos árboles y pastilazales. Cada uno subia
y que fe
nos gustaban. Otros se subÃan para poder tomar las manzanas rojas y grandes que con una mordida tenias para se te quit
ar me gustarÃa comer de esas
niña pero por ahor
ón y Vianca cubrio bien la c