Curvas para el CEO
que irme a casa sin dar muchas explicaciones de qué o por qué, y a nadie tampoco le importo mucho. Brandon no volvió a contactarme de nuevo y fue
oche? No, realmente no tomé. ¿Estaré alucinando? Mi mundo se había vuelto de cabeza, así que toda opción por improbable que fuera, seguía compitiendo en la carrera de locos. La peor parte es que sé que yo estoy aquí, des
esto beso que me dio. No, no, no tiene que haber sido un error. Gran error, seguramente él debe estar arrepintiéndose tanto como yo. Pero aun así, no estoy totalmente segura de qué sucedió en ese preciso momento en el restaurante... mi mente
mientras yo estoy imaginando una vez más, como una tonta. Debe haber pensado.
dos junto a los escasos de esa especie en mi vida. Quizás hasta como un sueño, para la pequeña princesa Adelaida. La niña y adolescente tonta enamorada de Brandon, antes de que me rompiera el coraz
cliente y empezar a trabajar en ello, ya que al parecer yo tendré que hacer todo el trabajo, para variar. Mucha celebración, vino y restaurante elegante, pero el trabajo no s
ía hoy con el vecino lindo. Robbie me va a pasar buscando a la puerta de mi casa e
mis opciones. Como se podrán imaginar, una chica que casi no tiene citas, no tiene un gran stock de ropa, femenina y favorecedora. Demonios, oj
bastante bueno, sin ser vulgar, cosas que hay que destacar o al menos que no se fije en mis otros defectos. No sé por qué sigo pensando en mis defectos. Aunqu
a comenzar bien, algo dentro de mí se contenta. Casi voy dando pequeños saltos hacia la puerta. Esta
rtida cuando me quedo muda, espantada y congelada como una estatua al ver quién está en mi puerta. Y no... no es Robbie mi lin
sí que quería sorprenderte... Ady. Me alegra haberte encontrado en casa. Estás vestida como para sa
la basura y encontró oro. Tiene esa sonrisa de lado que siempre me encantó, su cabello peinado hacia atrás, una camisa blanca, sin corbata, con un pantalón azul oscu
lamente. Intentando sopesar la situación. Yo tenía una cita, abrí la puerta porque pensé que era Robbie, y ahora es otro tipo. Pero no cualquier ot
i a parpadear, sino que observo su expresión... ¿deleitada? ¿Puede ser? De repente veo que en sus manos se mece nerviosamente, un elegante pero
o muchas veces, y tú te has negado... de muchas maneras la verdad. Pero lo digo en serio Ady. Quisiera hablar contigo... pero en verdad... jamás, pero jamás imaginé que me recibirías a
s yo sigo sin reaccionar, todo se vuelve más enredado y co
uier momento me dicen que esto es una broma. Robbie parece bastante tranquilo... quizás hasta divertido con la escena que sucede en la puerta de mi departamento, él me viene a buscar para nuestra cita y aquí encuentra a un rubio bie
mi vida se volv