El hijo oculto del CEO
añana encerrada en el qu
al mirarla se lo decía todo. Odiaba ser la persona que le quitara su tranquilidad, él no se merecía más que amor de su parte, pero no podía continuar
nca, incluso más que
era tan grande, debido al amor que
a una y mil veces! Sexo, eso necesito, ¡quiero sexo, fuerte
lumen de sus gritos hasta que escuchó la vo
n duro, o que me dé, Halim hace tanto tiempo que se marchó de viaje, que
í que abrió la puerta del despacho y s
e fueras con él, pero según tú tenías mucho trabajo. -Con un ge
la palmara igual que tu marido. Sería horrible verlo así, todo tieso, cu
r con esto, creía que podría, pero es imposible. Él anula mi voluntad, cuando se me acerca olv
me preguntó si yo también tenía el pene plastificado? ¿Tú crees que puedes aceptar consejos de una persona que piensa que el miembro vir
ermana, ¿quién mejor que ella pa
de la familia, ya me canso de repetirlo
na respuesta porque sabía bien
rupo de amigas, pero las amistades eran como las plantas, había que regarlas y ella desde que se marchó del país se convirtió en un cactus y orilló al resto de la humanidad a lo mismo. Su prioridad siempre
itos tuyos sin importancia provocaran que, una vez que tu hermana se marchó, aquel grupito tan interesan
cidió ser pintora y se dedicaba a vender sus monstruosidades en un puesto del mercadillo propiedad de Kavi. Él era gitano, y a p
Dice que mis pechos son mejores que lo melone
hace falta. No podrás negar que es guapo hasta decir basta. P
do tus insinuaciones
e lo llevaría al huerto y
manos y negó
alquier tema que tenga que ver con el sexo. Ahora mi
s -Elián la silenció y detuvo la huida qu
guraba un sinfín de problemas. Porque ese hombre era incapaz de entender que sus «yo lo arreglo» s
as a decir. ¿Tengo que recordarte la última v
o que planeo es fabuloso, como yo, y que estaríais en la miseria si no fuese por mi excelente ayuda. A p
as de las manos abiertas y sus ojos mostraban la incredulidad que s
os sin im
is porque te pareció muy buena idea hacerle
o era capaz de reconocer que amaba a mi nal
a los medios! Te lo
as? Deberíamos hacer lo mismo con Junior, lo metemos en un ataúd y lo llevamos a las
árcel por tu culpa! Ni te atrevas a m
puerta con un leve empujón en el pecho. Ya s
o en este mismo instante voy a buscar a Junior y
rrer con tal intensidad que toda se agolpó en su cabeza. La sentía bajo los oj
e su hijo, había estado buscando el momento oportuno, pero aún no lo había logrado. La única persona que lo sabía
se retorcería en la tumba si fueses capaz de insinuar algo así. Por respeto a su memoria te pido que no use
tuación. Ni ella lograba explicarse cómo logró pronun
nico. Aquella sonrisa cargada de mal
nada que ocultar como dices, ¿por qué tu familia no está enterada de la existencia de ese pequeño? Es de tu difunto marido, ¿no? -Elián de
fuera a lograr que no se le notaran los nervios-. Yo necesitaba un cambio de aires,
regaste a tu primo hasta las muelas del juicio, te abriste de piernas y l
manos al cuello y des
. Por eso mismo me marché, no era correcto y decidí poner tierra de por medio para que se me quitaran esas to
barazada, ¿o creías que no investigaría sobre tu vida? Lo hice, como también lo hizo Aledis, tu madre, ¿la recuerdas? La misma que te dio dinero y te pagó el viaje para que escaparas. Y tu padre... No, tu padre no hizo nada porque es tonto
do se dejó caer en la pared y resbaló hasta el suelo. Colocó la cabeza entre sus rodillas y cer
s encerrada en tu casa, escondiendo a tu hijo de sus abuelos, negándote a que te visi
as, o quizá las lágrimas ya se habían apoderado de su c
lo rodeó con los brazos y ambos se fundieron en aquel gesto de
amos ir porque sabíamos que sufrías demasiado y necesitabas ese cambio, después nos enteramos de tu embarazo y tu madre y yo quisimos traerte de vuelta, pero entonces te casaste y el resto es historia
po-. Intenté decirle cuando estaba embarazada y él me acusó de estar celosa, me echó de su vida, me humilló. Lo odio
a, en esta ocasión mi insistencia no se debe a mi enorme ego, lo hago por ti. Necesitas ser feliz y sacarte esa espina que llevas clavada. Nadie merece vivir con el corazón repleto de odio
o un día muy duro y lo único que quería era que fin
toda oídos, cu