el jefe de mi padre
ith punt
tristeza que el mango del hacha
ntenerme ni un segundo me echo a reír, nunca en tod
o trolleo. Pensar que me enamoré de toda esta charla de m
erio. - Habla con un
ué opina mi padre de tu idea de convertirme en p
o que te he di
nvolucrarme en este oscuro mundo suyo, mucho menos con usted. Miento la última parte descaradamente, va
te digo que de ahora en
nto poniéndome de pie, él hace lo m
o. - Hablar
criatura. Quer
Tengo el poder de ten
que amo mucho a mi Padre, pero él tiene que cargar con las consecuencias de sus actos. - Digo todo lo que pienso y salgo del recinto y voy buscando la salida de la casa, después de una larga caminata encuentro la p
ra. Miro a mi alrededor, las paredes son muy altas, imposibles de escalar, he tomado una
ue me ha metido la voz del mismísimo Lucifer, alias Lorenzo Giordano. Sin decir una palabra, regreso al interior de la mansión, paso junto a él
lo que dice, me siento en el sillón de aquí y no en el s
l más. - Empieza a hablar sentad
e se interpuso en mi camino no murió, lo último. Lo que quería era dejar de prestar ayuda, pero tengo una imagen que cuidar. Antes de salir del auto, todo lo que podía pensar era e
ndo todo esto. - pregunto sin pod
scúchame sin
bien.
por alguien más, una mujer que nunca había visto en mi vida. De camino aquí encontré su identidad en sus cosas y descubrí que el ángel que atropellé era la hija de uno de mis soldados más leales. Mientras el doctor te examinaba y tomaba tu sangre para examinarte, Taylor limpiaba cualquier rastro de que estabas conmigo, di esa orden por impulso, actuando instintivamente y sin pensar, solo quería asegurarme de que nadie te alejara de mí. Puede parecer mentira que un
tratar. Solo porque soy una novedad, ¿tienes la intención de mantenerme cautivo? -pr
e ele se aproximava eu me afastava mais ainda dele dando passos para trás, até que chega um momento em
mía y concedo rápidamente, besando de vuelta. Muerde y lame mis labios de una forma deliciosamente placentera, apretando su cuerpo contra el mío y destrabando nuestros labios, baja su boca a mi cuello, repartiendo besos sobre él, saliendo de mi cuello, vuelve a tomar mis labios de nuevo y sin poder para contenerme, dejé escapar un gemido. Mis manos que hasta ese momento estaban en su cuello van bajando, recorriendo su espalda, y de pronto sie
Pregunta demasiado calmado para una
dos veces. - Hablo con voz firme, a pesar de controlar
no? Piénsalo porque te mato sin im