La elegida del señor Lombardi
#2. LA
ojos si
ada ino
ene alg
ombre tiene una mirada intensa. Me miro en el esp
una chica saliendo de
pero hay unas chicas que envidio en específico,
a, en el fondo logro ver a mi hermana hablando con un hombre, no logre verlo bien
-. ¿Por qué no fuiste co
a su lado. -. Llámame por mi nombre
empre -comenta mi hermana dándonos frente a
e cerca se veía además de alto, gran
ombardi -dice mi padre. -. Lombardi,
aca su mano de su bols
susurro acept
alor de su mano áspera, demasiado para ser un riquillo ya que
lia -dice
rmuro y formo una li
quedó, yo busqué un lugar un poco silencioso para hablar con Lenin, mi novio, r
l otra vez, raro, está sonriéndole a mi hermana, cuando lo vi p
s fijamente en los suyos hasta que él aparta l
e gustó mucho el señor Lombardi, y como estaba buscando esposa, me imaginaba l
sí no querrá que me case y podré seguir viviendo en casa con ellos.
como algo y me voy a la cama, durmi
de un lado a otro y con pereza me paro de la cama para alistarme e ir a la universida
-pregunto para pode
ano linda -me co
r sin guardaespaldas?
s que
fo
di
ra cuando tenga que salir con Lenin, así no sólo nos vemos en la uni
nos fuimos al jardín, donde casi
ate esa idea de la ca
ice como si no fuera nada de otro mundo.
mprano -le contesto con l
a. Sé que sus palabras tienen doble sentid
y es como si fuese todos los
ha
ar nada con él, pero cuando nos vemos esos pensamientos
ás y me besa, apasionadamente, como sabe hace
vido que mi novia es hija de unos grandes jefes de la maf
le el beso. -. Me tengo que ir -me alejo
emos una cita -a
o de regreso y le lan
e mis padres alterados, no hago mucho ruido y avanzo en
-pregunto miránd
esponde mi padre
cambio y me acuesto en mi cama pensativa, no logro ll
atar de hacer
cé a escuchar y fue m
ue se trata y veo a mi madre irrumpir en mi habitación. Con
tengo tanta curiosidad de si en realidad es feliz, o todos en casa aparentamos. Se ac
historia de amor?
e niego, de esos oscu
isa y empieza a reda
pero llegó un motivo tan fuerte que no la dejó con otra opción, pero no tuvo que postularse, sólo tuvo que mirar a aquel hombre a los ojos y ya él la había elegido como esposa. ¿Negarse? Imposible, debía
i cabeza para v
istoria completa en un día?
miro a los ojos mientas ella juega con mi cabello que cae sobre mi hombro derecho. -. ¿Sabes? Opino que si se su
ulgar alrededor
ez por lo estricto que somos yo y tu padre, hay muchas cosas en la v
Tal vez sólo no ha llegado un
ríe negando c
mis salivas, aunque ella es mi madre, se me ha quedado esa
te lo demostr
labios en una
go celosa -exclama Mariell
mimarte -mi madre es la
e ella -reprocha subiéndose a la cama. -. Adem
ara algo. -. Tenemos fiesta, ya sa
yo ésta vez? -propu
ra? -i
meto, siempre las organizas
terrumpe. -. Le diré
ent
lla baja de la cama
cultando alg
ra haciéndose
tal Lombardi como si se conocieran desde antes, a mí no
e no te conci
Ya estás en los negocios de la fa
voz alta pero no
todo, sí, ¿de qué hay que quejarse? Preguntaría cualquiera que no est
de. -. Nuestros
e la mafia, o una la reina y la otra princesa, te recuerdo
igaría a algo que n
confía y quiere como a un hijo par
idad que me confunde, porque lo dije por decir, no pensé que ella estuviera en los negocios de la familia. -.
quejo -
e así nada más y aba
e la vida nos obliga