Un Contrato Con El Diablo

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luego de decir. - Acepto. - Me tiemblan las piernas, y mi co

engañadora, sé que no lo haré se trata de la vid

a cama que no ocupo al lado, asignada para los familiares del paciente

cuando le estoy dando el desayuno a mi hijo como si fuese un bebe, el

ue esto es demasiado apresurado, vino p

pregunta él, con tristeza en la m

Me dice él haciéndome una carita a la que nunca le puedo decir que no, se ve tan

fuera, por lo que es normal para el no verme durante mucho tiempo, casi no comparto

habitación, esta un maniquí con el vestido de novia puesto, ¡es un vestido de princesa!, que debe costar miles de dólares, quizás pueda venderlo después de la b

mi, esta situación es inconcebible, todos los hombres que se me acercan a mí, al saber que soy madre soltera, se e

tratare de ser rápida, aunque esas ojera

mo, en ningún momento pensé en la boda, mis pensamientos se centraron e

erte del mundo, por mi hijo le ve

pez gordo y sobre todo guapo. -Parlotea ella, y no puedo creer que un hombre adinerad

lograr comprender nad

ni determino mi existencia cuando nos conocimos, si no ahorita e

ría tocarme, o si Dios quiere impotente, y necesita de este matrimonio para fingir ante la sociedad., piens

l espejo seré un payaso, ¡pero no!, me quedo literalmente con la boca abierta estoy impresionante, casi

con una sonrisa satisfecha c

la, hago una mueca viendo la sexy y transparente ropa interior y decido quedarme

ueda los ojos cuando me meto

ella se acerca a terminar de hacer su trabajo, me cierra el vestido des

de mesera, me obligan a ponerme unos similares, pero ni la mitad de lo bellos y costosos que son estos

hombre vestido con un traje de negro me espera con la puerta abierta, en lugar de ir a mi boda siento que voy a mi funeral, me coloc

ni una sola de mis pecas, las detesto, en el or

y suspiro, parece que en la vida todo me sale mal, porque aunque soy feli

que te llamara, has tenido muchas ausencias y él decidió prescindir de tus servicios. - Me dice ella haciéndome boquear de

in importarme que el maldito chófer que me lleva me e

yudarte?, menos dinero cuenta conmigo. - Me respond

tiene piedad, se arrepentirá de haberse metido conmigo, algún día le haré pa

e, llego ante una de las catedrales mas importantes de la ciudad, me quedo i

lesia estaría llena de personas, pero no es así, solo el primer puesto está ocupado por un anciano y la mujer de la clínica con su hermosa y detestable sonris

problemas de dinero, pienso mientras mis manos sudan, mis piernas par

n mi nombre: Fernanda Smith, ¡Yo no soy Smith!,

ón la verdad, estoy en shock, ¡en serio me estoy casando!, hace dos dias entregaba comidas en es

esponda ni siquiera he tenido el valor pa

n cara de sorpresa y por supuesto que también estoy sorprendida, no es feo, de hech

lo nuestro es odio a primera vista, apenas roza mis labios y sé