Una noche, dos frutos
, Madeline sacó su carnet de identificación de la empresa pa
ano para verificarlo. "Mmm... bueno, desafortunadamente para u
iabierta. ¡Hasta se había aplicado su mejo
eresado en una mujer ele
a chica al volver a sus sentido
nsidero que no está bien echar a un empleado solo por su apariencia.
espejo antes de venir aquí? ¿Por qué se viste de esa manera? Su mera presencia
tando el pronunciado escote de su camisa. La verdad era que no se había dado cu
dedor y dígame qué opina", contes
ue todos los empleados masculinos parecían esta
una brillante idea. Entonces, miró a cada uno de los sujetos presentes y gritó: "Además de mi gran talento,
us se despertó, por lo que cruzándos
leados varones para pronunciar las siguientes palabras: "Ten
gundos, todos comenzaron a teclear vigorosamente frente a sus
una leve sonrisa antes de
que volvió a alcanzarlo para consultar con una risita nerviosa: "
ius le arrojó el c
que no rechazaría a nadie que
a mientras trataba de procesar todo lo que acababa de suceder. Luego, apret
n de tiempo para que Julius cambiar
la oficina con un maletín en la mano. Al verlo
acia hacia el ascensor con su habitual expresión de indiferencia, al tie
as esperaba! ¡Ya ni siquiera necesitaba pensar en c
nte en el espejo, agarró su ca
que es el primero en terminar su trabajo el día de hoy. Dígame, ¿a dó
él replicó con friald
acer tener una c
s de decir: "Lo siento, pero no me interesa. A
, y salió del mismo dejando a Madeline petrificada. De alguna manera estaba co
cían una cosa cuando en realidad querían otra, así que el rechazo de Julius no era gra
ocupe, si en algún momento quiere terminar la cita, me iré sin problemas. No hay nada de m
e, diciendo: "Nos vemos en la puerta de la empresa mañan
había accedido a