El Placer Del Odio

eja

n a quien dañar. Tal parece que ya mis fuerzas de lu

ar, incluso de querer acabar con tu vida. Puede

inal. Unos hermosos ojos verdes me observan atentamente en busca de algun

arías llevar por mis caricias. Pero veo que lo mejor

ellos es fácil. Siempre es lo mismo. Su trato como si no fuera de su misma especie. Y disculpen que ut

. aunque más estúpida yo, que le habl

una a

ier especie puede ser un gran amigo. Una

sien

ue pedir; la que es masoquista con su secuestrador; y, para cu

ndo ya de tu mal

ud cada vez que él está cerca y decide tom

deja l

tan cansada que no haga más que taparme el rostro con la almoha

igo, antes de que comience a gritarme en una de su

s aún no me he dado el golpe necesario para desper

que la dejes en mi cama par

ente. Pero en serio no qui

istiré, pero en ser

e te lleve el desayuno a la tuya. Estás pálida, ¿sabe

o reunir, me levanto de la cama en busca de mi ropa, salgo de la habitación ya vestida,

así me

n en el aire, y co

a es tarde para ello, el tiempo se encargó en encerrarme en

dad: soy de él, le pertenezco desde el día en que deci

es como quitar no sólo de la piel sino también de mi alma todo rastro de odio, t

ento por Kyle se está convirtiendo en un placer que no sólo mi cuerpo siente,

r vivir cada mald

de hace de tu vida un desborde total, con las emociones más obsesivas del