PRINCESA DEL ORIENTE

s brazos de Hassan, su sola presencia la reco

ficiente para

debería ser un requisito para el amor, o quizás no un requisito,

trasmitía paz, sosiego y una adoración infinita. Él la amaba e Isabdiella no lo dudaba, aunque él nunca se hubiese atrevido a besar sus labios, aunque no le hubiese hecho una declaración formal, sabía que la quería, para ella era tan claro como su mismo amor por el pueblo, sabía que él se limitaba a acercarse, por el profundo respeto que sentía hacía ella, y porque además

, Hassan— dijo

el mismo aire.—Voy a besarte— le advirtió ella,

busca de afecto. Sí, todos la querían pero, ella necesitaba sentirse amada por alguien que no fuese de la familia, amada profundamente por un hombre que no fuese su padre, su hermano o su tío. Lo besó, lo besó como si se le fuese la vida en ello, primero con ternura bien correspondida, co

sucedió lo

golpeándola con fuerza, y su firme mirada taladrando sus r

, los labios hinchados de tanto besar y una delicada mano temblaba sobre ellos, sus ojos ab

.lo sie

u lo hagas— le sonrió con dulzura— es lo mejo

irme

favor— la miró con súpl

oy tan avergonzada!

lla no escuchó, dio media

el rubor que cubría su rostro debía deberse al hecho de haber sido ella quien comenzara aquel ardiente

no le era indifer

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sus ágiles dedos viajaban desesperados sobre el teclado. Llamaron a la puert

o final y suspiró. Sus hermosos ojos se posaron sobre su padre

o mío— respondió Matt

de poner el punto final, debes revisarlo para que me des tu opinión— repo

por tu esfuerzo— le sonrió orgulloso, se sentía satisfecho de que al fi

mi parte d

mucho, hijo. Estoy orgulloso de ti, Drew— él lo miró fijamente y

me gané unas vacaciones— di

ew , lo miró frunc

ando?— pregunt

has trabajado sin descanso, no has tomado día libre y

lo can

ue debes descansar. Toma unas v

ar a Vane, la extraño demasiado. Me gu

mana y descansa un par d

estar nada feliz

s hijos ya crecieron, no sie

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traron a la habitación.—¿Qué le ocurre a mi princesa?

les sonrió c

tación— Isabella, le acarició el cabello y

a recibir a Zashirah, ¿Qué ocurre, mi amor?— le to

adres que estaba avergonzada por haber besado sin pudor a Hassan, pero que había sido

algo?— los ojos de su madre r

— si se atrevió a lastimarte, haré que los animales del desierto se

a aspiró profundo — papá. . . mamá, no ocu

el entrecejo. —¿De qué hablas

— ambos padres asintieron —aunque no se ha animado a nada, creo que p

usakistana, eres mi hija, una Princesa, entiende que d

pensaba de mi, no como princesa, sino. . . como mujer, todos hablan de lo buena princesa que soy, pero yo quería saber cómo me veía más allá

a abrazó con ternura y su padre acar

de malo, tesoro mío

ue un beso. . . un gran beso, pero — Isabella sonrió con ternura y Zabdiel frunció el entrecejo — ahora estoy avergonzada porque fui yo

sabella dulcemente— esas cosas suelen suceder. No si

por Palacio, ahora era una mujer— ten paz mi tesoro, todo estará bien, mi amor. Hassan, no debe estar pensando nada malo de ti, sólo que correspondes a sus sentimientos. — Isab

o. . . sólo lo besé por el impulso del momento, por

cial!— aseg

ber confundido al doctor. Él te quiere y seguramente ahora estará pensando que t

é — g

ntimientos.—Quería pensar en Hassan, pero entonces era Drew quien venía a su mente. . . Sus ojos

mando la entres sus brazos y estrechándola con fuerza— y si lo que de