icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

Algun día serás mía

Capítulo 2 2

Palabras:2678    |    Actualizado en: 19/10/2022

cuerpo se resentía por ello. Me puse de pie con cuidado pues temía que mis piernas no aguantasen el peso de mi cuerpo. Afortunadamente conseguí mantener el equilibrio. Fue entonces c

lugar como un sitio

s de mí. No tendría más de seis años. Tenía el pelo rubio y recogido atrás en una trenza. Vestía un vestid

la niña peinaba y acunaba a sus pequeñas amigas. Estaba sola pero su sonri

hombre de pie en el porche de la mansión. Era alto, moreno y delgado. Vestía un traje elegante con un sombrero a juego

Pero él tenía una expresión diferente mientras lo hacía.. Me pareció una mezcla de enfado y tristeza. No me f

ayos de sol pasaban a través de las cortinas de mi cuarto. Salí de la cama y las aparté para poder echar un vistazo al exterior. En el cielo no había ni una sola nu

ñana escasas. ¿Cómo me había levantado tan temprano? Normalm

sentarse en mi cuarto para decirme cuales serían mis tareas así que decidí prepararme. Cogí mis cosas y me dirigí al baño para asearme y cambiarme. Cuando salí al pasillo vi como Rebecca salía también de su cuarto perfectamente ve

unté antes de que desa

e oírme pronunciar aquellas pa

or eso anoche llamé a mi novio y le pregunté si podía qued

i alguien me empujase contra la pared y me amenazara

con una sonrisa diabólica―. Claro que no estaré todo

y no acabemos de

a eres cua

apá cuando vea

ema, le he de

. Segundos después oí como la puerta de entrada se cerraba. Sin duda, me queda

me estaba sirviendo el desayuno, unos minutos más tarde, él apare

ía la diminuta nevera y sacaba la mantequi

días ―repetí n

tendremos que repartirnos las tareas de limpieza ent

regunté, aunque ya

s para ayudar a los padres de su novio. ¿Sabes? Parece ser que los pequ

ularlo. Y además, que yo recordase, Paul, el novio de mi hermana, no

Sabía que papá no me creería, solo era la hija pequeña, la chic

on exactamen

piso. Excepto las habitaciones de papá y la de mi hermana. Aún así era bastante trabajo. Decidí emp

l desván. No me extrañaba, se habían guardado tantos trastos inútiles

n más suciedad? De modo que el día se me pasó de un soplo. Y cuando quise darme cuenta, ya había anochecido. Lo único positivo de todo, y

sto en la acera de enfrente. Me acerqué a él y tiré las bolsas. Aprovechando que estaba ahí, miré nuestra nueva casa, Rosink Hall, desde fuera tenía un aspecto más siniestro que visto durante el día. Después observé la casa que tenía detrás. La recorrí con la vista de arriba abajo. No parecía tener nada inusual. De hecho era una casa normal, como todas. Pero h

había equivocado o ese tip

vienes pronto la

dirigí una mirada de reproche. ¿Y si el anciano se daba cuenta de qu

había razón para no hacerlo. Y antes de irme volví a p

me vendría bien descansar. Sea como sea, cuando por fin bajé, encontré a mi padre en un pequeño cuarto, que había redecorado con más esmero que ninguno para utilizarlo como su estudio. Estaba mez

―me preguntó sin aparta

ue deberías hab

quitarle importancia al asunto

ada mejor que hacer, podríamos hacerles

Incluso sería una buena oportunidad para sonsacarles algo de informació

ndo i

timbre, ¡todo un adelanto! Apenas habíamos llamado un par de veces cuando nos ab

nos. Los Mayson ¿verdad? ―dijo doña si

e visita ―dijo mi padre―. Me temo

ero pasen…― diciendo esto, se apartó para dejarnos

ocke nos condujo a través de un largo pasillo hasta llegar al salón. Estaba muy bien decorado, aunque los muebles

eran de toda la vida y se sentaron en uno de los sofás sin dejar de hablar ni un momento. La Sra.

ala y se dirigía a mí. La recordaba per

cey ―ahora

rdida en este barrio de locos ―di

tenido mucho tiempo pa

lgo pero se contenía. Hasta que no pudo más―

tado con un oído puesto en la conversación―. ¿No cr

ás de la cuenta. ¿Qué mi casa estaba enca

breves segundos, pero enseguida volvió su habitual

o por las escaleras hasta el segundo piso y una vez allí, entramos en la primera habitación a la derecha. He dicho que entramos pero la realidad es que Pamela abrió la puerta y me

erla justo enfrente de mí, luego, todavía em

a. ¿Qué tal se vive e

Sí, era un poco lúgubre pero no es para tanto.

hablas ―dije co

Todo el mundo sabe que R

anto de los cotilleos del barrio. Lo entendí todo, Pamela no era ninguna psicópata. E

ad pero solo si prometes

¿cuánto din

a de chantajista?―. Quiero inform

Rosink Hall y luego yo te

al ver que mi interlocutora parecía decepcionada opté p

―gritó euf

a visto al fantasma y creo que es

barrio al que le diviertan estas tonterías inventadas―. Tu secreto e

ribí al hombre de mis sueños aunque por supuesto no le conté que

levar algunos trastos al desván vi a ese tipo siniestro. Cuando terminé la historia le hice u

a saber qui

jo cascarrabias. El Sr.

avía ―Procuré que se notar

tipo antes era po

xtrañamente familiar ese comportamiento, en Salem también había conocido a un par de personas que pensaban exactamente de

echo tarde y era hora de volver a casa. Antes de salir de aquel cuarto, la chica, que ya empezaba a parecerme un poco

Obtenga su bonus en la App

Abrir