El mejor postor

n, con la cabeza aún agachada mientras mir

raro. Las mujeres cachondas se inventan esa mierda todo el tiempo... Estoy bastante seguro de que los hermanos normale

tras mi mente trataba de imaginar cómo tres h

va el tercero? Exclamé, sonrojándome al instante cuando la comprensión me golpeó como un ladrillo en la ca

obre el hombre que estaba entre nosotros para arrebatarle el teléfono. —Me voy a d

reó y me giré para mirarla por

ita. M

ombre estaba siendo llamado mientras me volteaba para ver a Damián diciendo mi nombre

importante conferencia telefónica con el director de operaciones de otra empresa. Era un asunto muy importante y habían cancelado todas las d

Sr. H

lle que nos rodeaba. Estaba oscuro pero las calles estaban tan animadas como

mián cerca de mi oído y lo miré con l

í, su cuerpo casi rozando

respuesta y eso ni siquiera era

profundamente, tratando de despejar la cabeza cuando de repente me echó la mano por detrás de la cabez

o contra mí. —Se ve mejor abierto...— Murmuró, sus labios se burlaron del lóbulo de mi oreja y salté ante la s

cionar en nuestra oficina, Julia...— Murmuró, sus labios burlándo

as Julia! ¿Acaso re

rapó hasta llegar a un punto justo al lado de nosot

ndome entrar en el cálido coche y cerrándolo tras de mí para entrar por el lado contrario. Me di cuenta de que Dave

voz era profunda y enviaba una deliciosa chispa por mi cuer

muslo cuando salté. No pude evitar mirar su mano, sin saber q

nde

. Jazmín sólo tenía dos años más que nosotros y era enfermera, mientras que Joaqu

ente el ceño. Un segundo estaba siendo todo formal y el otro, estaba

a porque había mucho tráfico. Habría lle

ó David y me encontré con su m

tre dientes, —vivo con mi

bajo la falda. Respiré hondo, tratando de no mirar su mano como una lunática

pero él ignoró mi protesta. —Nuestro padre e

re?— La voz de Dave sonó desde el asiento del

a, mojándome los l

o desde Seattle, cuando empe

ada, pero volví a saltar cuando me acarició la mejilla, moviéndome el pelo de la cara por det

úmedos. —Joder, realmente quiero besarlos...— Murmuró, agarrando mi cara entre sus ma

apretaron alrededor del volante por el ra

ando? ¿Me estab