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La puritana

Capítulo 4 Un nuevo horizonte

Palabras:1506    |    Actualizado en: 13/10/2022

ITU

VO HOR

er aquellas partes del navío que habían sido dañadas, y los dos carpinteros de a bordo, no daban abasto. Una vela se había rajado en vertical de arriba abajo y había que sustituirla por otra. Y la cubierta, estaba llena de algas negras, y restos

pero si numerosos…-le rendía informe

bles al respecto. Y que suban a la cubierta en cuanto esté despejada, las mujeres y los niños

ella y así poder gobernarla en caso de necesidad. Bajaron a la cubierta inferior y de esta a la bodega, donde se apilaban en con

cañones habrán de estar listos, como lo estaban los israelitas cuando recorrían Canaán. Tenemos pocas posibilidades si se nos acerca un

s mujeres y

n la parte más vulnerable de nuestra nao, pero les defenderemos y el Señor lo

an. El contramaestre Mason les había pedido que subieran a fin de participar en la acción de gracias a Dios. Todas iban muy limpias y

r en nuestra vieja Inglaterra…en una

í, un círculo de mujeres, niños y marineros, que les esperaban. Entre ellos uno llevaba una Bib

s cielos, tú eres mi

que nos ha librado una vez más, de la mano de la m

illiam Sentheyr, se situaron a su derecha e izquierda y le hablaron a la totalid

a oportunidad de ser sus siervos y vivir una vida plena, llena de virtud y servicio. Se asignará a cada hombre y mujer su tarea en el barco y deberá cumplir con ella como para con Dios, no como para con los hombres…si así lo hace cada cual, conseguiremos l

labras de ánimo, se dispusieron a cumplir con lo asignado por Mason. Anne y su hija Eleonor, las más afectadas por la situación que estaba teniendo lugar, subieron y ayudaron en lo que les fue posible a las demás mujeres. Fueron acogidas con amplias sonrisas y

su curso…solo espero que aquel galeón español no nos de

vío se hallaba escorado a estribor. La marinería se aprestaba, rauda, a reparar cuanto podía y reponer en lo posible el velamen del palo mayor, pero solo tenían una vela para colocar en este. Las mujeres desalojaban de astillas, tablas sueltas y restos de algas salidas de las entrañas del mar, mientras el carpintero de a bordo trazaba líneas sobr

ablones que está cortando la cerraremos con seguridad, en cuanto al velamen ya se está

eocupa Tom, díga

han volado, abriendo un enorme boquete por la cubierta inferior y cayendo al mar en medio de la tormenta. Y además las mujeres y niños que viajan

narlas por nosotros mismos, es para que veamo

da y a punto para proseguir la travesía. Ahora la prioridad sería localizar a “La Aurora” y seguir juntas con el rumbo previamente fijado para ambas. Pero eso no iba a ser tarea fácil. Los viento

Unos delfines acudieron a sus cantos y risas y siguieron en paralelo a la nao, desafiando su ahora escasa velocidad. Pronto como si ellos pudiesen conjurar el peligro y evitar la maldad de los hombres, lograron que todos dejasen temporalmente sus tareas y se arracimasen en la baranda de estribor, para observar sus evoluciones

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