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Roomies

Capítulo 2 Lista para Gringolandia

Palabras:1672    |    Actualizado en: 05/10/2022

o des

ba al cucaracho tanto como creía, que era más bien la idealización del amor o de lo que yo esperaba resultaría en la institución del matrimonio. Llegar virgen a mi noche de bodas er

turo, pero principalmente largarme del pueblo. Soy la comidilla de la gente, el mitote de las doñ

sen de mí porque sabía que no había un f

jores universidades de Monterrey. Mis vacaciones eran un ir y venir, en uno de esos viajes conocí a Ramón, originario de un pueblo cercano al mío

ltimo que supe es que ella quedó embarazada de él y que este se peló

ferta de trabajo. Sin embargo, después de meses de tocar puertas y mandar currículos, logré conseguir trabajo en una agrícola com

familia me acompaña a tomar mi

ador? —pregunta por m

ro cuando veo que una vez más abre m

fuerte—. Te voy a extr

dola entre mis brazos—. No te preoc

dejando que mi padre y hermana me abra

e con la cabeza

en Durango, pero dicen que cuando llegues les mandes mensa

la cabeza y me

ando mi bolso y poniéndolo en mi hombro para luego t

indiferentes a mi madre, Karla y a mí. Se pued

mi padre haciendo que las tres giremos nuestr

me volteo para seguirlo viendo. Cuando está por cruzar las puert

¿Pretencioso

me dirijo a documentar mis maletas en la terminal. Mientras espero a que nos llamen a embarcar saco mi móvil y

ivo que llamó nuestra atención en la entrada. Vestido de Jeans, una cazado

as se ruborizan, no sé si sentirme incómoda o alagada… o mejor con miedo. Al cabo de

Va en el mismo

sela a mis amigas antes de que tenga que apagar el teléfono. Meto el móvil a

o el proceso de abordaje subo al avión buscando mi asiento en la clase económica ya que s

boleto y las guías encima de los asien

é si decir bendita casualidad o un trágame tierra. Él alza la vista de sea l

spañol mocho, es gringo

a, cual campesina ant

mi asiento —lo

el portamaletas y espero que se mueva hasta que por fin entiende y se levanta

asando y acomodá

uevo siento como es que se rí

provoca tanta sonrisita?

puede llegar a ser tan intimidante. Noto como se da cuenta de su actitud y frunce e

la vi de nuevo no pude, sino comprobar que si es usted. Recordé su risa y bueno, digamos que me río con usted,

No puedo culpar a nadie más de mi humillación pública, cuando f

rar esa cuenta y hacerme otra pa

, en ese momento —digo con sarcasmo—. Y en efecto,

ivertido, pero no me causa gracia—. Considérese afortunada, puede disfr

nocido «aunque demasiado guapo», en

burlo—. El tamaño es lo de

énfasis en que realmente soy una ex

o hay peor vergüenza para un hombre que se rían del

cinturón y apago el móvil. No digo más y solo me dedico a ver por la ventana. El desconocido a

que puedo mandar a mi madre con el sueldo que la compañía me ha prometido. Al menos no debo preocuparme por dónde he de vivir, la empresa me ha alquilado una habita

antos años. No se ve muy mayor, pero tampoco se ve de veinticinco como yo. Su barba yace recortada y aunque

go dormida, es la azafata quien me despierta cuando aterrizamos en Tijuana. No sé cómo es que me he

sta para mi aventu

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