Roomies
o des
ba al cucaracho tanto como creía, que era más bien la idealización del amor o de lo que yo esperaba resultaría en la institución del matrimonio. Llegar virgen a mi noche de bodas er
turo, pero principalmente largarme del pueblo. Soy la comidilla de la gente, el mitote de las doñ
sen de mí porque sabía que no había un f
jores universidades de Monterrey. Mis vacaciones eran un ir y venir, en uno de esos viajes conocí a Ramón, originario de un pueblo cercano al mío
ltimo que supe es que ella quedó embarazada de él y que este se peló
ferta de trabajo. Sin embargo, después de meses de tocar puertas y mandar currículos, logré conseguir trabajo en una agrícola com
familia me acompaña a tomar mi
ador? -pregunta por m
ero cuando veo que una vez más abre m
fuerte-. Te voy a extr
dola entre mis brazos-. No te preoc
dejando que mi padre y hermana me abra
e con la cabeza
en Durango, pero dicen que cuando llegues les mandes mensa
la cabeza y me
ando mi bolso y poniéndolo en mi hombro para luego t
indiferentes a mi madre, Karla y a mí. Se pued
mi padre haciendo que las tres giremos nuestr
me volteo para seguirlo viendo. Cuando está por cruzar las puert
¿Pretencioso
me dirijo a documentar mis maletas en la terminal. Mientras espero a que nos llamen a embarcar saco mi móvil y
ivo que llamó nuestra atención en la entrada. Vestido de Jeans, una cazado
s se ruborizan, no sé si sentirme incómoda o alagada... o mejor con miedo. Al cabo de
Va en el mismo
sela a mis amigas antes de que tenga que apagar el teléfono. Meto el móvil a
o el proceso de abordaje subo al avión buscando mi asiento en la clase económica ya que s
leto y las guías encima de los asientos-
é si decir bendita casualidad o un trágame tierra. Él alza la vista de sea l
spañol mocho, es gringo
a, cual campesina ant
mi asiento -lo
el portamaletas y espero que se mueva hasta que por fin entiende y se levanta
asando y acomodá
uevo siento como es que se rí
provoca tanta sonrisita?
puede llegar a ser tan intimidante. Noto como se da cuenta de su actitud y frunce e
la vi de nuevo no pude, sino comprobar que si es usted. Recordé su risa y bueno, digamos que me río con usted,
No puedo culpar a nadie más de mi humillación pública, cuando f
rar esa cuenta y hacerme otra pa
, en ese momento -digo con sarcasmo-. Y en efecto,
vertido, pero no me causa gracia-. Considérese afortunada, puede disfrut
nocido «aunque demasiado guapo», en
e burlo-. El tamaño es lo de
énfasis en que realmente soy una ex
o hay peor vergüenza para un hombre que se rían del
cinturón y apago el móvil. No digo más y solo me dedico a ver por la ventana. El desconocido a
que puedo mandar a mi madre con el sueldo que la compañía me ha prometido. Al menos no debo preocuparme por dónde he de vivir, la empresa me ha alquilado una habita
antos años. No se ve muy mayor, pero tampoco se ve de veinticinco como yo. Su barba yace recortada y aunque
go dormida, es la azafata quien me despierta cuando aterrizamos en Tijuana. No sé cómo es que me he
sta para mi aventu