la sumisión
ario en el otro extremo de la habitaci
l de conejo. Regresé a la mesa, mis pie
fuerte que de costumb
saber don
aún estaba
cel
engo? — pregunté, aunque sa
vemente, pasé las correas de las pesta
n cosquillas en la barriga. “Oye
e quedó atascado
l. Ordenarte que permanezcas en sil
pestañas en su estómago. "Pero harás
llevaría en algún momento, donde me co
Pero aún no había llegado a ese punto
bien; toma
ntamente me abrí paso a través de su
e que yo tenía el control. Podría
que podía confiar en m
suavemente sobre sus pechos, primero u
correas, aumentando lentamente la veloc
so había sido antes del castigo. Quería
fuera demasiado de
uierda y pasé mis dedos derec
is, luego sumergiendo un po
rfe
o golpeé en la parte superior del muslo.
ntrada. Levanté la mano
le pregunte a ella. — Con suficiente
e para da
ambiando de posición y alternando don
cuerpo se puso
tu vientre. “No usaré nada más duro c
te advertiría c
spiro y la tensión
átigo una vez más por su pech
cuerpo y golpeé su clítori
olsillo y lo encendí, dejá
más? Pregunté, sab
y con la otra empujé lentamente el v
te y demasiado rápido l
nte, permitiéndole acost
más dura, presionando mis pantalones
a noche era suya, para que se acostumb
resentamos un nuevo tipo de control, a
quité mientras continuaba provocándola
uando empujé el vi
para que ella es
por evitar el orgasmo, le quité
i a su lado y acarici
s ojos, m
e veces antes de c
en sus ojos casi me dejaron s
stás
stro", su
rocé sus labio
comenté, antes de alejarme. “Pu
antalones. De pie lo suficientemente c
udiera ver, me bajé los jeans y tragu
ie
. Me quedé quieto durante unos minut
acaricié mi pen
acerqué a la mesa. Ella yacía inmóv
sobre ella: desde sus duros y puntiagu
moria, ya tendría un sa
rrer hacia la mesa y enterr
ella aprendiera a controlarse s
omin
ué uno de l
dije, apretando firmemente
, ponte a cuatro patas y leva
dando sobre su costado y ponién
con las piernas sep
s y bajé lentamente la mesa. Mi mesa
ajada. Después de llegar a la altura
ta que te diga
ó y puse mi man
a ba
manos po